Capítulo 2

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Estaba tan agotada que me dormí.

Me levanté asustada. Si me había hecho algo mientras dormía? Descarté esa idea pues, esos no eran los objetivos que él tenía. Edward solo quería tenerme ahí amordazada hasta vaciar mis cuentas bancarias.

Cuando mire alrededor de mi cuarto, lo vi a él, sentado en una silla al lado de mi cama.

-Buenos días, al fin despiertas- Me dijo aún mirándome- Seguramente quieres algo de comer.

-Bingo- Dije un poco sarcástica- Así que esta será mi rutina de todos los días, acostada en una cama, atada de una muñeca sujetada con esposas, sin bañarme, y comiendo una vez al día. No sé porque, pero no me agrada.

-Mira, tu padre es el presidente de USA, si te suelto y te escapas no tardarán en encontrarte. Luego me encontrarán a mí y perdería todo el dinero que voy ganar teniéndote aquí, sin contar que no soy un chico de cárcel- Me explicó entre sonrisas.

-Vamos que no soy capaz de escaparme, que no sé ni donde estoy, si salgo para qué lado iré? Con qué me encontraré?

-Bueno- Dijo él pensativo- Podría dejar que te bañes.

-Maravillosa idea- Dije yo, sonriéndole sarcásticamente- Quisiera ir ahora- Dije mirando las esposas.

-Quiero que sepas que si te escapas, te encuentro- Me dijo, en un tono desafiante pero con una pizca de diversión en él.

Se paró, y me sacó las esposas.

Me guió hasta el baño, y comencé a bañarme. Al salir me puse mi nueva ropa interior, cosa que se encargó de comprar él, y luego otro camisón que agarré al azar antes de entrar. 

Al salir del baño, me acosté nuevamente y le pedí comida, lo que cambió esta vez es que comió conmigo. Charlamos e hizo que me de cuenta de, a pesar de todo no es un mal chico, el secuestro no lo hizo más que por necesidad, descartando ya varias opciones antes de llegar hasta este punto.

-¿Crees que yo disfruto tenerte aquí encerrada? ¿Que disfruto estar lejos de mi familia para tenerte en malas condiciones? Claro que intenté ganarme la vida de mil maneras antes, pero todo me cuesta, me rechazan en las empresas y si me contratan me despiden rápidamente. Si robo me descubren y si pido donaciones no recibo nada simplemente por el nombre que lleva mi familia. Mi padre se encargó de mancharnos, al irse de casa cuando yo tenía 8 años luego de violentarse con mi madre cada vez que podía y llegar borracho todas las madrugadas. El último día que estuvo en casa, sacó un arma y le apuntó a mi madre. Me puse en el medio y le pegó en la pierna. Desde ahí todo el vecindario cree que por ser el próximo hombre en la familia soy igual que ese hijo de puta- Se quedó en silencio, mirando el suelo, como tildado. Luego me miró. Yo no sabía qué decir, cómo reaccionar- Siento mucho tenerte aquí.

-Entiendo tus necesidades, pero no crees que podrías haber llegado a mí desde otra manera? Y no lo sé, las cosas serían distintas- Dije mientras con la mano que no tenía atada me acomodaba un mechón de pelo. No le dije nada pero me di cuenta de lo que hizo, me contó parte de su vida, de su dura vida. Estaba empezando a abrirse conmigo y yo no sabía para qué lado iba esto.

Él suspiró y con sus índices en la sien murmuró- Mierda- Se quedó en silencio, como analizando algo, hasta que decidió hablar- Es que, mira, nuestro plan es que al final yo te mate, y mientras reclame dinero por tu salvación mintiéndole a tu familia con que estás aquí, te vacíe las cuentas bancarias.

-Cosa que nunca va a pasar, verdad?- Le interrumpí- ¿Qué sentido tendría tenerme aquí? Matame de una vez.

Se quedó en silencio y a mi me cayeron dos o tres lágrimas de los ojos. Le dí la espalda y me puse a pensar en todo lo que no llegué a hacer y nunca podría. Moriré sin casarme, sin tener hijos, sin perder la virginidad, sin haberme enamorado.

Me acosté mientras esos pensamientos me atormentaban, hasta que me quedé dormida.

Cuando me desperté, él estaba en la habitación, y al parecer, hablaba por teléfono, cuidando de no despertarme. Hablaba muy bajo, pero parecía tener una discusión.

- Que no quiero deshacerme de ella!- Decía Edward. Luego se quedaba en silencio.

-Si, ya se. Pero tiene algo especial, su ego, su personalidad- Se quedó callado y pude escuchar como sonreía- Su manera de contestarte. Es una chica que no se lo merece- Se acercó para ver si seguía dormida. Yo cerré los ojos, y él volvió a caminar a mis espaldas.

-Mira Emmett, si quieres puedes matar a todo el mundo pero yo a ella...- Se quedó callado y se podían escuchar los gritos desde el otro lado del teléfono.

-Ya lo sé, ya lo sé, pero no entiendes? Los planes no están saliendo como yo lo planeaba, solo quiero cuidarla!

-Sabes qué? Después de todo, yo soy el que maneja este atraco- Lo volvieron a interrumpir- Si querés matar a Hale, mátala.

No por favor, no. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo de solo pensar en mi vida sin Hale.

-Adiós Emmett, se está despertando. Luego hablamos- Murmuro rápidamente antes de cortar. 

Mi SecuestradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora