Tenias que ser tú

Parte 5

 - ¿Que haces aquí?-. Pregunto asustada

William parece sorprendido pero después una sonrisa asoma en sus labios.

- La pregunta seria mas bien ¿que haces tu aquí?

-¿ Acaso no puedo entrar al baño? ¿Necesito un permiso especial?

El niega con la cabeza riéndose como si estuviera ante una niña pequeña. Abre la puerta del baño y me señala el cartel en el que hay dibujado un hombre. Mierda. Me he metido en el baño equivocado. Inmediatamente mis ojos empiezan a recorrer el escenario sin poder creérmelo. Mi mirada se detiene sobre los orinales que hay pegados a la pared, definitivamente este es el baño de los tios. Siento como me sonrojo pero decido mantener mi postura y elevo mi barbilla orgullosa mientras camino hacia la salida pasando delante de el. Antes de que pueda salir del baño William me sujeta por la muñeca y me hace girarme hacia el.

- ¿Sabes? Me parece fatal que tu sepas mi nombre y yo no sepa el tuyo

No puedo evitar decepcionarme, no se acuerda de mi. Suspiro e intento disimular mi descontento.

- No creo que seas mas feliz si lo sabes así que no creo que te afecte en nada.

Se que me estoy comportando fatal pero en mi mente esta la idea de olvidarme de el, de pulverizarlo de mi cabeza y para eso tengo que ser borde, fría, no mostrar sentimientos. Es obvio que el no me conviene y yo no le convengo a el. No soy para nada como esas cabezas huecas con las que pasa la noche. Conmigo se aburriría, esto es lo mejor para mi y lo mas sano. Suena raro, me enamore de el sin que el supiera nada y de la misma manera me rompió el corazón en millones de veces, sin que se diese cuenta

Vuelvo a intentar salir pero me empuja contra la pared y me mantiene contra la pared con l¡sus ojos clavados en los míos. Solo le tengo a unos pocos centímetros de mi rostro, mi cuerpo no reacciona ni un musculo y se espera su contacto. A veces odio las sensaciones que este chico logra provocar en mi desde hace tiempo aunque nunca nos hayamos dirigido ni una misera palabra.

- Creo que necesito saberlo pequeña

Su voz se ha vuelto ronca tanto que toda mi piel se ha puesto de gallina. Mi ojos van hacia su piercing clavado es su labio y no puedo evitar pensar en que se ven muy carnosos. Las lineas negras de sus tatuajes se marcan tras sus brazos musculados y me gustaría pasar una mano por ellas. ¿Porque tiene que ser tan endiabladamente sexy?

Sigo queriendo mantener mi postura firme, hacer como si mi respiración no se hubiese agitado, como si corazón no bombardeara como un maldito tambor, como si mis piernas no temblaran, como si mi estomago no se estuviera contrayendo pero me resulta imposible. Trago saliva y le miro a los ojos.

- Me llamo Tessa-. Toso-. ¿Ahora podrías soltarme ya?-. Dijo con la voz temblorosa

Mi tono no resulta tan convincente lo que provoca otra sonrisa en su rostro. Despierta Tessa por dios, no eres una de sus zorras, no eres una chica fácil, definitivamente no eres una chica hecha para el. Su mundo no es el tuyo y sobre todo esto no es una maldita película de romance donde el chico malo cae rendido a los pies de las niña buena.

No se de donde consigo fuerzas pero consigo posar mis manos en sus hombros y empujarlo hacia atrás apartándolo de mi. El me mira sorprendido, creo que no se esperada esa reacción.

- ¿Que esperabas? ¿Que me enrollase contigo en ese baño? ¿Que caiga rendida ante tu aura de chico malo

No se de donde he sacado esas palabras pero me siento orgullosa, le estoy plantando cara y con ello le estoy plantando cara a mis propios sentimientos. El pasa sus largos dedos con sus labios en un gesto bastante seductor y tengo que controlarme para no mirarle con interés de nuevo. William me mira con atención como si intentara descifrarme.