primera parte

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Despierta con la vista cansada, los ojos pesados, con el sueño aún vigente en él, sin embargo el intentar volver a dormir se le hace difícil. Se sienta en el borde de la cama, buscando en el suelo las pantuflas, al hallarlas se las coloca de forma inmediata. Se levanta y camina al armario negro y saca su bata, decide antes de salir de su zona de confort, pasar al baño y admirarse un momento. Su tez más clara de lo normal, sus ojos más oscuros de lo ideal, su delgadez. Respira profundamente y decide que es tiempo de salir, al menos, fuera de esa habitación, tampoco corre peligro.

Las paredes se tiñen de un color celeste con cuadros de colores solamente, las fotos familiares también se logran ver, es grande la casa, tan grande como incómoda. Camina directo a la cocina, el refrigerador color rosado hace mezcla perfecta con las paredes pintadas moradas en el lugar. – Joven Min, veo que despertó antes que los demás – como siempre, pensó él – ¿le preparó su desayuno o prefiere servirse solo?

– No se preocupe señora Kim, me prepararé una leche con cereal – ella asintió y le dejó solo, procurando cerrar las cortinas de la cocina, antes de salir, dejando la luz encendida, color blanco como la nieve.

Pasaron unos cuarenta minutos cuando sintió bullicio, vio a sus padres ingresar junto a su hermano mayor y hermana gemela – oh, hermanito, tan temprano – aquella cuestionó, mientras tomaba su bol amarillo y lo colocaba frente a él – ¿qué? – cuestionó ella, cuando aquel comenzó a palidecer, dejando su rostro más pálido de lo normal.

Fue gracias a su hermano que no sufrió un ataque de ansiedad. Aquel tomó el recipiente y lo echó a la basura. Mientras se iba a su cuarto, escuchaba a sus padres gritarle a la mujer en la cocina.

Leves golpes a su puerta lo sacaron de su perdición – hijo, llego el doctor Lee – aquel volteó y admiro en la puerta a un señor de gran edad, su doctor desde los quince años.

– Joven Min – supe que casi tuvo un ataque hoy, por suerte no ocurrió aquello, sin embargo, debemos trabajar más arduamente – el menor asintió – entonces, Yoongi, cuéntame de tus días, no te veo hace tres días y me muero por saber si has hecho avances en tus composiciones y cosas – aquel se levantó y camino a su piano marrón, tomando las hojas de ahí y dándoselas al doctor – ¡Estupendo Yoongi! Has avanzado bastante.

Le regaló una sonrisa sincera a aquel y habló – he tenido ganas de escribir, creo que pronto seré capaz de hacerlo como antes del accidente – comentó, logrando un asentimiento positivo del contrario en la habitación – aunque, a veces, Yoon Ji noona no me dejé de atormentar – la cara del doctor cambió un poco, tocó levemente el hombro del menor y le señaló:

– Depende de ti olvidar y sanar, llevamos cinco años en tratamiento Yoongi – los ojos del mencionado comenzaron a aguarse – debes dejar que ella te malogre, siempre que tienes avances, vuelves atrás, por ella – la lágrima que en aquel se creó, comenzó a caer por su mejilla, te dejaré medicamentos para dormir mejor ¿Estamos?

Eso tenía un solo significado, le subirían la dosis. Para Yoongi nada era fácil, desde aquel día, desde aquel momento, desde aquel accidente. Cerró la puerta de su cuarto cuando el doctor se fue. Se recostó en su cama y lloró desconsoladamente.

– él es Jeon Jungkook – miró al joven junto a su hermana y sintió como una parte de él se sentía extraña, luego vio a sus padres y la molestia creciente – amor, espérame en la sala – su hermana habló, aquel salió como ella le mandó – no pueden fingir siquiera –

Miró a su madre caminar donde YoonJi y darle una bofetada – estás comprometida con el hijo de los Kim, no con ese muchacho que es menor, Dios santo, qué vergüenza – sintió los ojos de su hermana en él, en señal de apoyo, más no pudo decir nada y ella salió echa furia de la sala.

Él la siguió y vio como YoonJi besaba a ese tal Jungkook, sintiendo como el arte se revelaba ante él; cabeza, tronco y extremidades, todo lo que él también poseía pero Jungkook no era un simple personaje más. Aquel era sin duda algo más, algo que Yoongi quería conocer. 

xantofobia; yoonkook .-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora