10.

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En mi mente aún está presente cuando me informaron que los caballeros se estaban acercando al lienzo perdido. En ese entonces Radamanthys, Kagaho, Lune y Pandora eran los únicos que me quedaban. Ese día me aislaron y me encerraron para que nunca nadie se enterará de que existía, porque si lo hacían, me matarían. Todo el tiempo que estuve encerrada me contaban lo que pasaba en el exterior. Cuando me contaron que el caballero de Libra, Dohko, estaba luchando contra Kagaho, me escapé. Huí en su búsqueda y cuando lo encontré, estaba muy herido, pero el caballero dorado lo estaba aún más. También estaban Kardia y Freya cerca.

No me importó que alguien me viera y me lancé hacia Libra, le dí un golpe en la cabeza con un palo que encontré tirado. Solo lo distraje. Kagaho lo tomó por la espalda y se elevó al aire junto a él. Estaba usando una técnica suicida.

Empecé a gritar como loca. ¡Kagaho se estaba suicidando! Fue entonces cuando sentí que una mano me atravesó el abdomen. Era la de Freya. Caí al suelo, ví cómo Kardia se acercaba a mí y me acostaba sobre su regazo. Él lloraba mientras me abrazaba

Yo solo levanté mi brazo, hacia donde Kagaho se había ido. Comenzé a llorar mientras veía ese punto fijo en el suelo. Me estaba muriendo.

-¡No! Sombra, no te vayas. ¡No me dejes solo! ¿Qué no lo ves? ¡Te amo!-escuché que Kardia decía. Él me amaba, nunca lo pensé. Pero no le podía corresponder.

Sonreí. Pensé que si moría estaría con Kagaho.

Pronto estaré contigo. Te amo, Kagaho.

| Hélène | Saint Seiya: The Lost CanvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora