Perfectos || Mangetta

6

Él siempre me ponía debajo, me hacía mirarlo con respeto y cierto miedo, sabía que si él quería me haría el amor como nadie nunca me lo había hecho, que yo lo dejaría, que sentiría dolor, pero por ser él...lo dejaría así me desgarrara por dentro con su miembro grueso.

Ahora él estaba debajo, desnudo, yo, sobre él apenas con el boxer puesto le besaba el cuello haciéndolo gemir fuerte, su cuello es su punto débil.

Sus abuelos nos dieron cuartos separados, desde que llegamos no he podido tocarlo y ya que aún no tengo confianza en que la casa aisle los sonidos tampoco me he podido ayudar a mi mismo, pero hoy estamos solos.

Y tengo mucho para él.

Sujeto sus manos a los lados de su cabeza y lo miro, está rojo, despeinado, sexy… él nunca ha sido poca cosa para mi, recuerdo las noches completas que pasé masturbándome e imaginando cómo sería estar dentro suyo, ahora lo tendré...si, no pienso parar hasta tenerlo.

Él sonríe y tira con su mano libre del elástico de mi boxer, me mira y desliza su mano dentro buscando por mi erección que no tarda en encontrar, la acaricia suavemente de arriba a abajo y yo gimo fuerte perdiendo un poco el control, soltando su otra mano que al momento trato de contener pero él no me deja, no comprende mi estrés, desliza su mano por el borde del boxer bajandolo y yo debo dejar de buscar su mano para apresarla sencillamente para poder sujetarme con ambas manos, en 4 puntos, sobre su cuerpo, con los boxer a medio muslo y jadeando por el placer que me da…

Miguel me mira y sonríe, siento que es un poco en burla porque incluso cuando está debajo lo he dejado ser el dominante, miro en sus ojos y él me mantiene la mirada, fijamente, sus ojos en los míos.

- No… basta… - susurré - no es así como quiero… ahmnn… - gemi y me silencie al momento, él me miró
- ¿Asustado? - pregunta y yo desvío la mirada, me mira e introduce uno de sus dedos a mi cuerpo, sin gel, solo así
- ¡Ahhhhh! - mi grito resuena en mis oídos, no lo esperaba, lo miró
- Tengo un dedo suyo en mi culo y la otra mano me masturba, estoy sobre él a 4 puntos y él me mira directo a la cara.
- Quiero metertela hasta el fondo… - susurra y sé que me he perdido, esto es lo que más temía...me he perdido entre lo que quiero que me haga y lo que quiero hacerle, perdí el control y ahora deberé… - Samuel… - me llama
- Miguel… - jadeo
- Debes recuperar el control, cielo - dice mientras mete otro dedo y juega con ellos dentro mío y da embestidas, me muero del dolor pero a la vez es delicioso...quiero que siga.
- No lo quiero… - susurré y él me mira
- ¿No te arrepentirás? - pregunta antes de besar mi cuello, yo jadeo enamorado de la humedad que siento
- Miguel… - susurro, he dicho que no lo quiero, pero lo quiero, no quiero esto, me asusta mucho, él me mira, sabe que no quiero pero me está retando, buscando mi límite
- Vamos, puedes hacerlo, sabes que si - dice y trato de sobreponerme, muevo una de mis manos y busco su erección, la acaricio suavemente y él sonríe, entonces lo siento y casi me desarmo de nuevo, golpeó mi próstata y el placer está por todos lados

Debí imaginar desde un inicio que él no me dejaría tener el control tan fácilmente, él es dominante y yo… yo lo soy también pero en este juego dónde él tiene mi corazón entre sus manos mi mente ha salido del tablero, él no va a ayudarme a tenerlo, incluso si está herido debí saber que es fuerte, ha sobrevivido todo esto con apenas analgésicos, contiene el dolor bien, es fuerte aún si no lo parece y yo… yo soy masa play-doh entre sus manos. Joder.

Me dejo caer casi penosamente sobre su cuerpo y él se detiene, extrae sus dedos de mi y me abraza, me besa la cabeza y yo lo miro, no sé qué sentir, una parte de mi quiere que siga, la otra parte me grita la retirada y volver cuando sea más fuerte, él me mira con comprensión, el calor en su mirada es hermoso, me conforta, me derrite más aún.