PRIMERÍSIMO

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Lucas estaba sudando. Demasiado.

La razón era simple, estaba apostando con sus amigos.

Si nos remontamos al por qué o el cómo, todo era debido a su bocota y personalidad extrovertida.

El profesor había terminado la clase dejando las instrucciones de siempre: Hagan la tarea, esperen al siguiente profesor, no hagan bulla, y algunas otras cosas más.

Entonces todos hacían todo lo contrario, era justo en ese momento cuando Lucas se sentía mucho más activo, como si el hecho de que el profesor dijera algo, su creatividad estallara en el lado opuesto.

Había tenido la brillantísima idea de hacer una apuesta relacionando al 'chico nuevo' no tan nuevo.

Simplemente tenían que jugar y el que perdía, pues tenía que pedirle una cita al chico nuevo. Si lo rechazaba, el perdedor y rechazado además debía darles a todos una pequeña cantidad de dinero. Y si lo aceptaba, pues tenía que salir en la cita de 24 horas.

A Doyoung le emocionaba eso, desde hace algún tiempo le estaba echando ojitos al 'chico nuevo' no tan nuevo y esta sería la perfecta excusa para animarse a invitarlo a salir. Sabía de por sí que no lo rechazaría, él no parecía ese tipo de persona.

— Me apunto.

Lucas sonrió al ver que su plan hacía efecto. Siempre era bueno perder el tiempo hasta que el siguiente profesor viniese.

— Que conste que solo quiero perder el tiempo.- dijo uno de los que se acercó.

Al final hicieron un círculo de 10 chicos. Si bien no era del todo un juego de apuestas se emocionaron como si fuera uno. Al final todo estaba en la suerte. Un amigo de Lucas, quien siempre traía cartas, las repartió rápidamente y empezaron a jugar. Como es bien sabido, este tipo de juegos pueden durar horas, por lo que se saltaban algunas normas y reglas que comúnmente hacen el juego de cartas más complicado y largo.

Entró la auxiliar del colegio y todos se pusieron en sus lugares de manera rápida, guardando las cartas en sus bolsillos.

Kun, quien también estaba jugando, vio las cartas de Lucas muy rápidamente en un descuido del contrario y empezó a pensar en su próxima jugada.

— Alumnos, su profesor no podrá venir hoy, no hay otro profesor que lo reemplace por lo que tendrán esta hora libre. No hagan bulla por favor.

Y seguidamente se fue, no pasó mucho tiempo antes que el grupo que jugará con las cartas se reuniera de nuevo.

— ¿En quién lo dejamos?

— Me toca a mí.- dijo Kun efusivamente.

El juego pasó de ser uno de apuestas a proteger la dignidad de cada uno como jugador.

Pasaron aproximadamente 20 minutos antes de que alguien perdiera.

Kun se levantó aplaudiendo y sonriendo a sí mismo, Doyoung miraba sus cartas como si tuvieran algo malo en ellas mientras los demás le daban palmaditas en la espalda a Lucas.

— No te preocupes hermano, seguro y te acepta.- dijo uno de los que fueron parte del juego.

— Y tendrán que salir en una cita todo el día.- añadió pícaro otro.

Lucas seguía estático preguntándose como había perdido. Cuando la auxiliar entró al salón y empezó a hablar, él ya había creado toda una jugada en su cabeza, donde obviamente él salía ganador.

— ¿Y si jugamos de nuevo? -propuso poniendo una sonrisa falsa.

— Nop, tienes que invitarlo a salir y si te rechaza, nos pagas.- dijo Kun, empezando a sentir una picazón en sus manos esperando el dinero que Lucas les daría. Ya estaba planeando que comprarse ni bien sonara el timbre del recreo.

— Bien.

Lucas se levantó mientras su amigo guardaba las cartas y pedía las faltantes a los que se habían unido al juego. Caminó entre las mesas y sillas yendo hasta el otro extremo del salón, justo a un costado de la puerta.

— Lucas, ¿qué color me queda mejor?

Lucas bajó su mirada hacia la chica que le hablaba mostrándole dos esmaltes de uña de colores totalmente distintos.

— ¿El rosa?

— Sí, ¡era justo el que estaba pensando!- dijo ella emocionada, pero Lucas sabía que ella prefería el otro color, no era la primera vez que ella lo intentaba.

Lucas dio una sonrisa leve antes de seguir su camino y ser poco a poco más consciente que le iba a pedir una cita a un chico en frente de todo el salón. Lo cual no era nada raro, sino el simple hecho de él hablándole al 'nuevo' no tan nuevo.

No es que ese fuera su apodo, solo que así lo llamaban algunos chicos, entre ellos claramente Lucas. Su nombre era Jungwoo y había entrado al colegio hace medio año. Su cabello era de color negro y dado el tiempo que estaba en el colegio, parecía crecer al mismo ritmo que Lucas, con una diferencia de tal vez 4 centímetros. No era del tipo de chicos llamativos, simplemente había hecho su grupo en el colegio como todos, sonreía cuando todos lo hacían, reía cuando todos lo hacían y a veces era un poco extraño con un humor peculiar.

Lucas no se hablaba con él, y era por eso que era tan raro verlo al frente de su carpeta mientras Jungwoo hacía la tarea del curso que les tocaría después.

La razón nadie la sabía, no era la gran cosa así que todos suponían era porque simplemente no tenían amigos que los relacionaran y las actividades de clase, en donde se supone son hechas para juntar a los alumnos, ese año habían sido escasas casi inexistentes. Así que no, no hubo ninguna oportunidad en la cual pudieran hablar y conocerse. Lo podía usar como excusa si no lo aceptaba.

Hola, oye, ¿quieres ir a una cita este sábado?

No, eso era demasiado rudo. Algo más... normal.

Estaba pensando, este fin de semana, tú y yo, jeje.

Improvisación, mejor eso. 

— Hola, eh...

— ¡Hola!- sonrió Jungwoo dejando de lado lo que sea hubiera estado haciendo con SiCheng, quien estaba sentado a lado suyo. Inmediatamente el amigo de a quien saludaba le dio una inspección completa y no exactamente en el sentido que a Lucas le hubiese gustado.

— Esto eh... ¿harás algo el sábado? – el compañero de Jungwoo empezó a toser de manera estrepitosa.

Jungwoo miró a SiCheng como si él tuviera la respuesta o su horario escrito en una agenda. Este solo miró a otro lado como si no hubiese escuchado nada. Lucas no sabía si estaba de su lado o solo no quería meterse en su conversación.

— No lo creo, ¿por qué?

— Salgamos ese día.- dijo decidido.

Lo mejor en estos casos, cuando invitas a alguien a una cita, era no dejar que la otra persona lo pensara demasiado, mientras más espontáneo y rápido sea todo, le dejabas menos opciones por escoger a la persona en cuestión. Podías pedirle para salir, imponer la salida y luego salir corriendo, con estilo claro. Y eso era justo lo que Lucas iba a hacer.

Jungwoo abrió sus ojos sorprendido, sabía de Lucas obviamente, pero era la primera vez que le hablaba y ya estaba... ¿invitándolo a salir? — Eh... ¿te refieres a una cita?

— Sí, te recojo a la una en tu casa.

Lucas volteó dispuesto a irse, dejando a Jungwoo boquiabierto, cuando recordó que no tenía la más mínima idea de donde vivía el otro y tampoco tenía su número. Regresó sus pasos y sonrió levemente al que anteriormente le había hablado.

— ¿Me das tu número y tu dirección? 

𝓾𝓷𝓪 𝓬𝓲𝓽𝓪 𝓬𝓸𝓷 𝓳𝓾𝓷𝓰𝔀𝓸𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora