Calidez. Sería esa la palabra correcta para describir esa agradable sensación que recorrió todo mi cuerpo cuando le besé?
Me sentía perdido en sus labios, aunque fugaz, fue eterno, tan tierno, tan agradable, maldita sea me sentía un viajero en ese camino que quería recorrer, el cuál acababa entre sus piernas.Mi cara ardía, aunque no era lo único. Una sensación ardiente se deslizaba desde mi boca hasta mis pantalones.
Estaba frente a él, ambos en estado de confusión, sin reaccionar.
Su mirada se clavaba en mis ojos, profunda, devastadora.
Querría él seguir ese beso tanto como yo?
No, no, no, no... estoy muy confuso.
Salo...
Cómo puedes provocar estos sentimientos en mí?FR- Ejemm... EJEM!
KB - Eso ha sido jodidamente inesperado, eh? - Soltó Kabesa un tanto desanimado.
FE - Salo yo... Siento si te ha moles-...
SA - No, no. No pasa nada. No me ha desagradado.
Mi cara era un cristo. Cómo me tomaba yo eso ahora?
Era un sarcasmo, o realmente le había gustado tanto cómo a mí?
Joder quería preguntarle pero no estaba seguro de si quería saber la respuesta...
Creo que aún es muy pronto para ese tipo de preguntas o cosas.FE - Gracias, supongo... - Me encontraba extremadamente sonrojado, Kabesa no dejaba de observarme desde la distancia, pero yo solo tenía ojos para el hermoso chico que se encontraba a mi lado.
Me dedicó una tímida sonrisa para animarme que solo yo pude observar.
Mi corazón iba a mil.
Estaba más nervioso que Fran en una guardería.FR - Bueno, creo que esto se esta poniendo violento, y si nos terminamos esto y nos vamos a dormir?
KB - Estoy de acuerdo, creo que ha sido demasiada acción por hoy.
Entre todos limpiamos los restos de cena y despejamos el salón, pues dormiríamos todos allí en un sofá bastante grande.
Nos colocamos Kabesa, yo, Fran y Salo, justo en ese orden a lo largo del sofá.
Era un poco incómodo así que teníamos que volcarnos unos encima de otros para echarnos medianamente bien, total que acabamos abrazados entre nosotros.
Conseguimos dormirnos sobre las 5 de la mañana, un tanto demacrados.*POV SALO*
Después de media hora durmiendo, me desperté porque tenía ganas de ir al baño. Realmente me daba mucha pereza, pero así aprovechaba y buscaba algo de comer entre las sobras.
Una vez hecho lo primero, me dirigí a la cocina donde encontre unos ganchitos a medio acabar.
Me los llevé al salón y me senté en una silla cercana a los chicos, sabía que no los despertaria con ese ruido.Cuando estaba devorando mi
post- cena, mi mirada se dirigió al rubio más alto, Fermín.
Se encontraba abrazando a Fran mientras le agarraba una teta.
SA - Bonita imagen que me estoy llevando - pensé.Segundos después vi algo que extrañamente me disgusto. El Kabesa estaba abrazando a Fermín.
Lo estaba sujetando por la cintura, demasiado cerca diría yo.SA - Pitufo cabrón... - susurré en voz baja.
Porqué acabo de decir eso? Se supone que no debería molestarme, es mi amigo.
No es para tanto... Ellos hacían esas cosas continuamente no?
En que demonios estoy pensando?
"En lo bien que le queda esa camiseta holgera" dije para mis adentros.Tiré los ganchitos como acto reflejo, necesitaba despejarme.
Solté las gafas y me fui nuevamente a dormir, antes de que la confusión y la picardía me invadiesen, pero antes, rocé suavemente la mejilla de Fermín y lo arrope, esperando que estos pensamientos fuesen simplemente tonterías.*POV KABESA *
Yo notaba cuando se movían al dormir, al menos, cuando Fermín lo hizo.
Me giré sobre mí mismo sin esperarme que la cara de Fermín quedase a centímetros de la mía .Mi corazón se paro por unas milésimas de segundo, mi respiración se corto automáticamente.
Era tan guapo, tan perfecto....
Mis sentimientos por él estuvieron claros desde hace unos meses, cuando pasamos el verano de acampada y compartimos la tienda.
Esas noches, me di cuenta de que quería compartir con él la cama para algo más que dormir... Me gustaba Fermín.
Nadie se había dado cuenta en ese lapso de tiempo, pero tengo miedo de que estos sentimientos salgan a la luz y no sea correspondido.Lo ocurrido hoy con Salo me había dejado mal sabor de boca, a diferencia de a él. A qué sabrían sus labios? Me pregunté observandolos tentadoramente.
No... No podía jugarmela de esa manera. Si él se despertaba yo estaría perdido.
Pero estaba justo ahí, solo para mí.
No lo pensé, deslice mis manos sobre su cara, sujentandola suavemente.
Su tacto era suave, estaba recién afeitado."Qué mono" - pensé en voz alta.
Sin darme tiempo a cuestionarme nuevamente si aquello estaba bien o no, estampe mis labios contra los suyos suavemente.
Solo me mantuve así unos segundos, lo suficiente como para no despertarle, y lo suficiente darme cuenta de que no dejaría de amarle.
Me retiré lentamente, agitado. Mi estomago no dejaba de revolverse por los nervios, y "mi amigo" por la excitación. No levantarme al baño a solucionar eso, porque podría despertar a alguien.
Así que no se me ocurrió mejor idea que abrazarme contra Fermín hasta que eso se calmase. Aunque difícil lo veía estando tan pegados.
Sin darme cuenta, el sueño me venció estando en brazos de él.
Sin duda el día no había terminado tan mal para mí.***
Después de este día tan movidito y lleno de emociones, había una persona que ante este último suceso, puso la oreja alerta para enterarse de todo y no, no era Paulo.Era Fran, que estuvo escuchando medio despierto la actividad nocturna del Kabesa y lo sucecido en aquél sofá.
Solo sabía, que la amistad que los unía a los cuatro, pronto sería algo más que eso.
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Lo que la bandana no nos dejó ver
ParanormalHistoria turbia y torrida sobre unos amigos muy peculiares🌸