Parte 3

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- Su... su cara -Erick se rió con fuerza, demasiado ebrio como para ser consiente de que al inclinarse, su rostro quedaba peligrosamente cerca del amante de su ex.

Luego de haber humillado al castaño de la forma más cruel y despiadada que puedan imaginarse, Erick acabo por echarlo de su hogar seguido de gritar que se jodiera mientras caminaba hacia el auto con Joel. La cara que Christopher había puesto al verlos a ambos juntos había sido digna de una fotografía, claro, si el ojiverde no hubiera estado tan ocupado riéndose.

- ¿Llorar por él? -había cuestionado cuando la primer cerveza había sido colocada frente a él- yo no derramaría ni un solo moco por alguien como Christopher.

- ¿No sería lágrima? -se burló.

- Eso es cliché y casi romántico, ese bastardo no merece que saque mi lado poético con él. Por mi, que se atore con un pene.

Y ahora, total y completamente controlado por el alcohol, ni siquiera recordaba el nombre del castaño mientras reía, lo único que pronunciaba era "su cara de imbécil" una y otra vez sin poder dejar de reír. Lo cual hacia reír a Joel como demente.

- Oye... -Joel llamo su atención, sonriendo abiertamente- tienes algo en el labio...

- ¿Eh? -balbuceó- ¿donde?

- Aquí... -murmuró antes de acortar la distancia entre ambos con un beso. El azabache se tensó en su lugar, eso había sido rápido e inesperado, sin embargo no tardo en relajarse y corresponder al hambriento beso. Bendito sea el alcohol por hacerlo acceder tan fácilmente a todo.

Suspiró cuando la lengua del rizado invadió su cavidad bucal, comenzando a enredarse con la propia con necesidad. Erick alzó sus manos hacia su rostro, acariciándolo mientras movía torpemente sus labios e intentaba seguir el ritmo demandante y agresivo. Jadeó cuando Joel succionó su lengua, y sin hacerse de rogar se separo para arrastrarlo en dirección al baño de aquel bar de mala muerte en donde habían parado.

Joder, ¿bendito alcohol? bendito Christopher por haberlo engañado con un hombre que claramente sabía lo que hacía.

Gimió cuando fue empujado bruscamente contra la pared antes de que su boca fuera invadida una vez más, ahora de forma mucho más agresiva. El sonido de sus besos húmedos y respiraciones agitadas era lo único que se oía en el pequeño lugar, acompañado por pequeños y suaves gemidos que no se molestaban en ocultar.

El moreno se inclinó hacia su cuello para comenzar a marcar, a lo que Erick respondió tirando de su cabello y enredando las piernas en sus caderas, ambos más que dispuestos en terminar lo que habían comenzado. Tiró del hombre más cerca queriendo sentirlo con urgencia, su miembro maldita y dolorosamente erecto bajo las ajustadas prendas.

- Umh... hay mucha ropa... - murmuró ronco Joel antes de comenzar a desabotonar su camisa. Besó y mordió sus clavículas, dejando pequeñas marcas rojizas que no tardaron mucho en tomar un color morado, y continúo repartiendo marcas sobre sus hombros a medida que la prenda iba cayendo al suelo. Una divertida idea cruzó por su mente cuando noto su propia corbata.

Volteó al ojiverde en un rápido movimiento, sujetando sus manos tras su espalda y frotando su erección contra el trasero del policía susurró- te mostraré porque Christopher me quería.

Erick gimió cuando una tela cubrió sus ojos, demasiado urgido para juegos. Sintió segundos más tardes también, el sonido metálico de sus esposas al ser colocadas en sus manos. Rogó internamente tener las llaves de las mismas en su traje.

- Maldición, eres tan caliente...

La imagen del policía medio desnudo, esposado y con los ojos vendados contra la pared, con su redondo y tentador trasero alzado y sus gemidos llenando sus oídos, era simplemente la gloria. Por un momento la idea de tomar su celular y enviarle un agradecimiento a Christopher cruzó por su cabeza, no obstante, se concentró en acariciar la suave piel de su trasero antes de dar el primer golpe. 

Infidelidad ↳ JOERICK OS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora