Capítulo 30

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Daniel
Cuando Nataly llegó, traté de hablarle o hacer que me viera, pero me evitaba.

¿Y ahora qué mosca le picó?

  Agarró ropa y la puso en la cama.

-¿Vas a salir?- Pregunté.

  Me ignoró y ni siquiera me volteó a ver.

>>Nataly, ¿estás bien? ¿Estás enojada conmigo?

  Agarró su ropa y salió del cuarto.

Okey, creo que está enojada conmigo, ¿pero por qué?

  La seguí (hasta que llegó al baño) y me detuve.

>>Nataly, si estás enojada conmigo, perdón, por favor no me ignores.

  Abrió la regadera.

Creo que hoy no tuvo un buen día.

  Regresé al cuarto. No tenía ni la más remota idea de por qué Nataly actuaba así y eso me preocupaba, pero, sobre todo, me ponía triste que me ignorara de esa forma.

Nataly
Tal vez era injusto lo que le hacía a Daniel, pero, en mi defensa, según la ciencia, los fantasmas no existen y hay pruebas de ello. Dejé que el agua cayera en mi cuerpo para relajarme, mojé la esponja y el jabón, froté el jabón sobre la esponja para crear espuma, cerré la regadera y enjaboné mi cuerpo. Agarré el shampoo y me lo puse en el pelo, abrí la regadera y dejé que el agua cayera en mi pelo, cerré la llave e hice espuma con mis manos para lavar bien mi pelo. Abrí la llave, me quité el shampoo y el jabón, cuando ya no tenía nada entonces cerré la llave, agarré la toalla y la envolví en mi cuerpo. Tenía una toalla especialmente para mi pelo, me la puse y salí de donde estaba la regadera. Me sequé bien y me puse mi ropa (me puse unas sandalias porque mis pies aún estaban húmedos). Salí del baño y fui hasta mi cuarto. Daniel se veía sin vida.

¿En serio Nataly? ¿Un muerto sin vida?

Aguanté la risa. Daniel alzó la mirada, pero la volvió a bajar.

Okey, normalmente cuando uno tiene un amigo imaginario se lo imagina todo feliz, no todo deprimido con cara de "nada tiene sentido, mejor mátenme", tal vez... Solo tal vez, Daniel si exista.

  Me acerqué a él.

Daniel
-Perdón por ignorarte -dijo Nataly y alcé la mirada con cierta duda-, la verdad es que pensé que no existías.

  Dolió. No se imaginan cuánto dolió. Decir que no existes es peor que decir que estás muerto, es como si todo lo que viviste nunca hubiera pasado.

-Descuida.

Deseo que seas real (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora