Never Abandoned You |Ziam|

III

Caminaba con las manos dentro de mi chaqueta, el frío estaba insoportable que hasta dolía en la cara cada aire que se daba fuerte, mi nariz estaba helada y la podía sentir. Apresuré mi paso y me encaminé hacia aquel parque casi desierto que había en nuestra zona. Miré a todos lados tratando de encontrar a Liam. Camine más adentro del parque casi llegando a un árbol, note un cuerpo que salía de los lados. Sonreí y saque mis manos calientes al aire frío, me acerqué más y me posesioné detrás del árbol junto a su oído.

-Hola- le dije y de inmediato se sobresaltó dejando su móvil de lado.

Me sonrió como si tuviéramos años de no vernos y se abalanzo a mis brazos, robándome un abrazo fuerte y cálido.

-Estoy aquí- cerré los ojos poniendo una sonrisa en mi rostro, lo apreté más a mis brazos y fue cuando oí un sollozo.

Lo alejé cuidadosamente y levanté su mentón para encontrarme con esos ojos color miel que tanto me ponían triste.

-No llores, estoy aquí...estamos juntos- traté de limpiar sus lágrimas pero me fue inútil, salían a chorro de esos hermosos ojos.

-Zayn- susurró mientras limpiaba él mismo sus lágrimas, trató de detenerlas y suspiró mirándome a los ojos.

-¿Que sucede?- me estaba incomodando ese silencio. No iba a poder si me decía una mala noticia, no lo soportaría.

-Zayn, nos van a separar- volvió a romper en llanto y no pude evitar atraerlo hacia mis brazos escondiendo mi rostro en su cuello.

Tampoco pude evitar derramar lágrimas. ¿Por qué nos hacían esto? Porque me tenían que separar brutalmente de él. Pareciera que nadie en este mundo había amado, pareciera que nadie conociera la palabra amor. Me sentía ido, sentía que había decepcionado a Liam, prometí cuidarlo y protegerlo y es hora en la que no iba a poder cumplirle aquellas promesas.

Me separe de él a como pude y limpié mis lagrimas, le sonreí pese al momento para hacerlo sentir bien.

-No nos van a separar- articulé en sollozos.

-Si lo harán Zayn, he escuchado a mamá hablar con papá, me llevarán de regreso con él.

No, no dejaría que me lo arrebataran más.

Tomé su rostro con mis dos manos y le sonreí mirando detenidamente esos ojos miel que aun estaban cristalizados. Me acerqué mirando sus labios y acorté la distancia que había entre ellos. Lo bese suave y delicadamente cerrando los ojos y sintiendo lágrimas recorrer entre nuestros rostro. Tomó mi cintura con sus frágiles y delicadas manos y me acerco más a él. Lo apoyé con cuidado en el tronco del árbol y devoré su boca, si me lo iban a quitar sin que pudiese hacer algo, por el momento, tendría que hacerlo sentir amado, amado por la única persona que amó en su vida. Seguían derramándose cada vez más las lágrimas, con mis labios titiritando y con nerviosismo, mordí su labio inferior y recuperándonos de aquella respiración acelerada.

-No me dejes- oí decirlo y abrí lentamente mis ojos.

-No lo haré- le sonreí y tome sus manos entrelazándolas con cuidado y transmitiéndonos calor.

-Pero tenemos que ser realistas Zayn, mi madre ahora que se lo ha dicho a mi padre, esta echó una furia y sé que harán todo lo posible para que me alejen de ti- tragué saliva y traté de que mis ideas se pusieran en marcha.

-Tengo una idea- él sonrió mirándome a los ojos, yo solía ser el de las ideas para poder vernos cuando nos tenían castigados por cosas de la escuela.

Suspiré relajado.

-Primero, ¿te has salido de casa con dinero?- él asintió y fue cuando una sonrisa se me puso en el rostro.- Escapemos- le propuse y de inmediato su sonrisa desapareció.