Never Abandoned You |Ziam|

XX

A como pude moví mis pies para que no me viera. Me escondí detrás de un árbol que había del otro lado de la calle. Mire como sonreía y acariciaba su mejilla con suma delicadeza, ¿porque diablos no era yo al que le estuviera acariciando la mejilla? Liam a simple vista se veía muy enamorado de Niall, conocía esa mirada, era la que me daba cada que estábamos solos, compartiendo momentos que solamente entre nosotros habíamos hecho. De nuevo acepto que había sido un idiota al dejarlo sin ni siquiera volver a llamarlo. Y ahora estaba pagando con esto, el enamorado de un rubio oxigenado que ahora que volvía, juraría que me iba hacer la vida en cuadritos. Me lo había dejado claro en la charla anterior.

Niall se despidió de él, caminó hacia el otro lado de la calle y entró a tres casas después de la de Liam. Suspiré y miré a Liam con su papá en la puerta, supongo que iría a trabajar porque se despidieron y mi tío subió a su auto y partió. Liam entró a la casa y me puse más nervioso pero decidido.

No iba a permitir que nadie me alejara de nueva cuenta de él. Caminé de nuevo atravesando la calle y me puse frente a su casa, mirándola por todos lados. Era una casa muy hermosa en destellos de piedra. Suspiré profundamente y me arme de valor. Toqué el timbre y esperé tan solo unos minutos hasta que alguien se veía por el cristal de la puerta que venía. Mordí mis labios a consecuencia de los nervios y esperé. Liam abrió la puerta, al verme se quedó paralizado.

***
{Narrador POV}

Dieron las cinco de la tarde y Harry no estaba en buenas condiciones. Estaba en su cama recostado pensando en algo, o mejor dicho en alguien; Louis. Algo le había llamado la atención, quizás sus ojos, sus labios, o quizás su pelo rebelde. Pero algo de él lo había flechado de una u otro manera. La pregunta que le había hecho Niall si tenía algo que ver no se la había respondido ya que Liam había entrado al sótano, y tuvo miedo por su amigo que hubiera oído algo. Pero al parecer no lo había hecho. Los pensamientos del rulos estaban vagando fluidamente, pareciera que aquel hombre lo hubiera hipnotizado desde la primera vez que se topó con él, en el pasillo de la universidad.

Estaba en un dilema, amaba a su vecina. Una rubia de estatura alta, con ojos color azul de un sagrado cuerpazo. Pero también estaba un castaño con color de ojos iguales que los de la rubia. El chico era bisexual, y en gran dilema se había metido. Su corazón latía cada que veía a uno de los dos. Pero los pensamientos de a diario, le pertenecían al castaño de ojos azules.

Salió de casa con las manos en su chamarra por el alto frío que se había formado en la ciudad. Caminó rumbo al parque donde suele ir a despejarse de cualquier cosa. Caminaba con la mirada baja, tratando de acomodar sus pensamientos, el pasto frío casi congelado sonaba cada que Harry daba pasos sobre de ellos. Levantó la mirada y con una sonrisa en su rostro, miró al que ocupaba sus pensamientos. Se acercó un poco sin querer asustarlo.

-Hola-le habló por detrás.
Louis se volteó y le sonrió levantándose.
-Hola...-el rulos rió por lo bajo.
-Me llamo Harry. ¿Tan pronto te olvidaste de mi nombre?-ambos rieron y el castaño negó con la cabeza.
-Lo siento, me agarraste pensando en cosas-el rulos miraba cada gesto que hacia el castaño.
-¿Qué haces aquí?-le pregunto recordando en la zona donde estaban.
-Vivo aquí cerca-le dijo con sus manos en los bolsillos del pantalón.
-¿De verdad?
El ojiverde abrió los ojos sorprendido. Y comenzó hacer conclusiones.
-Si, vivo con Zayn en uno de los departamentos que hay en esta zona. Compartimos piso.

El rulos trató de asimilarlo, Niall estaba jodido si Zayn se diera cuenta donde vivía Liam.
-Vaya, yo también vivo por aquí-le dijo tratando de que los nervios no le invadieran.

Aunque después de esto, retomaría su camino de vuelta a casa en otra dirección por aquello que al ojiazul le diera por seguirlo.

-¿De verdad? Y en donde-el ojiazul le sonrió acercándose a él de buena manera.
-Yo...pues...a dos cuadras de aquí-le dijo sinceramente. Con su cercanía, no le pasaba desviarse de una posible y entretenida charla con el castaño.
-Genial, ahora somos hasta vecinos.

Si Harry asintió con la cabeza mirándolo a los ojos. Aquellos ojos que ahora sabía eran su debilidad.