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-No se cuales sean tus gustos, y muy apenas tu madre me dejó arreglar un poco este cuarto.

Mi papá entró inspeccionando la habitación que había en el ático. Para mi gusto estaba bien, sencilla, con un gran ventanal en el techo que dejaba entrar la luz del sol y aclarar la pieza. Una cama en la esquina con un buró de lado. Cosas en un estante. Un baño frente a la cama. Estaba bien.

-Si, no te preocupes- traté de sonreírle, habían pasado 4 horas desde que llegue aquí. La noche ya estaba sobre nosotros.

-He preparado la cena, preparé pizza- me miró con una sonrisa, sabía que quería recuperar el tiempo, estar entre padre e hijo.

Asentí con la cabeza y me levante de la cama.

-Me encanta la pizza- ambos salimos de aquella pieza y bajamos al comedor que había en la cocina.

La casa estaba grande, dos pisos y el latico, una gran sala, un recibidor, unas cuantas cosas más, comedor y una cocina muy hermosa. Al entrar vi una gran piscina y un bello jardín.

-¿Vives con alguien? Digo, ¿te has vuelto a liar con alguna mujer?-pregunté sacando unas sodas del refrigerador.

-La verdad es que no, terminé una relación hace poco, así que no me apetece entablar otra.

Me miró y sacó la pizza del horno, la pasó a la mesa y comenzamos a comer.

-¿Por qué has dejado a mamá? ¿Por qué me has dejado a mi?-el me miró y bajó su mirada.

-Entre tu mamá y yo había problemas, uno de ellos los celos, siempre fue celosa ante a cualquier mujer que se me acercara, no toleraba eso de ella. Yo no quise dejarte, pero el querer alejarme de ella, implicaba que también tendría que dejarte, llegué a un acuerdo con Karen, pero al parecer, nunca hizo nada para que estuvieras a mi lado- me respondió soltando un suspiro.

-¿Sabes? Nunca me he llevado con mi mamá, y ahora menos lo haré, pero te puedo decir que no te odio por haberme dejado- dije con una sonrisa.

Él sonrió para mi y pasó una mano para removerme el cabello.

-Pero ahora haré lo necesario para que podamos recuperar el tiempo perdido- le sonreí y miré hacia un lado tratado de encontrar un teléfono.

-¿Qué buscas?- me preguntó y lo miré nervioso.

-Bueno...yo...mi mamá me quito el móvil y...-me encogí de hombros.

-Vale ya sé que quieres. Liam de verdad tenemos que hablar de este tema, no puedes amar a tu primo, es tu misma sangre- lo fulminé con la mirada.-No no, a ver espera, no me mires así, es por tu bien hijo, no te pido que cambies tu orientación sexual, pero... ¿Zayn?- me miró con un gesto el cual me dio algo de risa.

Sonreí al recordar a mi pequeño Zayn y suspiré bajando mi mirada.

-Lo amo papá-le confesé con vergüenza.

-Que no te de vergüenza amar a alguien Liam- lo miré y me regaló una sonrisa, pero eso no significaba que mi padre iba a dar su brazo a torcer.

-Yo lo quiero a él, no me importa que seamos primos carnales, él ha sido toda mi vida desde que tú te fuiste- me miró con algo de tristeza y pensé en qué pensaría que le estaba reprochando su ausencia, y no era así.

Pero de cierto modo, Zayn siempre estuvo conmigo desde que él nos dejo.

-Este tiempo en que estarás aquí te hará recapacitar- dijo y sonreí hacia mis adentros.

Zayn vendría y no tenía nada de que recapacitar.

***

Me levanté a pujones, era la primera noche en que no amanecía en la misma ciudad que Zayn, era la primera vez que no salía de casa casi corriendo por las mañanas en busca de Zayn.

Zayn. Zayn. Zayn.

Su nombre siempre ha estado en mi cabeza.

Bajé al comedor y mi padre estaba haciendo el desayuno, lo saludé y le dije que saldría un momento al jardín de enfrente a tomar un poco de aire.

Tomé mi reproductor y salí de la casa sentándome en unas pequeñas bancas que tenía mi padre en el jardín. El sol estaba en su pleno apogeo. En esta ciudad el clima era diferente a Londres. Aquí el invierno no solía ser muy frío.

Me puse mis lentes de sol y me acosté sobre la banca con el reproductor en mano mirando hacia el cielo. Lo extrañaba, lo extrañaba tanto. Sentí como una lágrima salía de mis ojos y me la quite. Quería hablar con él pero sin mi móvil, no podía hacer nada.

Una parte de mi vida se basaba en ese móvil, hablando horas y horas por las noches con aquel amor que me quitaron. Millones de mensajes de amor por las mañanas, tardes y noches.

-¿Hola?- pude oír una voz en cuanto una canción se terminó, levanté un poco mis lentes y mire a un chico alto, rubio y con unos ojos azules que con el sol se le sobresalían a la perfección haciendo conjunto con su playera azul.

Me incorporé en la banca y lo miré, dándome cuenta que había pensado mucho para contestar, extendí mi mano hacia él.

-Hola.

Never Abandoned You |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora