Un trato.

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—Me doy cuenta de que es un plan en el que pensaste bastante, porque está muy elaborado —Laura asintió. Después de todo, lo había planeado todo meticulosamente con Raini —. Aunque también puedo decir que es muy personal.

Y vaya que tenía razón... ser la Presidenta de una Empresa y tener que pasar el resto de tú vida al mando y encerrada no era del todo una vida bonita. Laura no sería capaz de hacer eso.

—Sé bien que no nos conocemos del todo y no somos tan amigas —Mary asintió, habían tratado en pocas ocasiones, aunque se llevaban bien —. Pero eres la única esperanza, la única solución. Por eso te lo estoy pidiendo.

—Eso suena a una gran responsabilidad —Mary tembló por un segundo, aunque rápidamente se controló —. Ross ha sido como un hermano para mí, me ha ayudado mucho —Laura asintió, sentía que estaba consiguiendo algo —. Aunque quisiera, aún hay algunos inconvenientes.

Una breve esperanza renació en la castaña, Mary parecía querer ayudar.

—¡Te ayudaré en lo que sea necesario! No solo yo, sino que también Raini. ¡No estarás sola!

Mary rió ante la insistencia de Laura. Ella se daba cuenta de que esa chica realmente amaba a su primo.

—Bueno... es que para ser la Presidenta de la Empresa debo tener la mayoría de edad... y aún no sucede —explicó —. Aunque no falta tanto, en Abril cumpliré los dieciocho —la esperanza renació en Laura.

—No es tanto tiempo.

—Lo sé. Pero... tampoco soy la mejor de todas en Matemáticas y creo que debes saber de eso para llevar la Administración de una Empresa.

—Yo no soy muy buena en eso, pero podría darte clases. O sino, contratamos un ayudante para ti. Todo tiene solución.

Mary se daba cuenta de que ella realmente contaba con ella, que la necesitaba. Se sintió algo mal, tenía una enorme responsabilidad encima ahora.

—Me gustaría contar con tú ayuda —Laura sonrió —. Pero aunque quisiera quedarme, debo volver hoy mismo. Aquí no tengo dónde quedarme, y prácticamente escapé, porque vine a escondidas y...

—Podrías quedarte aquí, así nos ponemos de acuerdo con todo lo que haremos —Mary la observó con gran sorpresa en el rostro —. Puedes dormir en mí cama, yo dormiría en el sofá y...

—¿En serio me dejarías vivir aquí?

—Obvio.

Mary sintió algo muy lindo en su interior. ¡Ella siempre quiso una hermana! Y toda su vida vivió con adultos, sería lindo pasar tiempo a solas con Laura, ¡podrían jugar mucho!

—¿Aceptas? —preguntó Laura, estaba ansiosa.

—Solo si prometes no decirle a nadie que estoy aquí. En serio, ¡a nadie! Si alguien se entera, me pueden venir a buscar —volvió a tiritar un poco.

—¡Claro! Mis labios están sellados.

Ambas sellaron el trato al estrechar sus manos, ahora empezaba realmente todo el plan. Laura sentía que todo podría mejorar, que pronto podría ver de nuevo a Ross y comenzar desde cero.

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