Planes y reunión.

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—¿Crees que ellos estén dispuestos a venir? —preguntó Laura con algo de emoción en su tono de voz —. Supongo que Ross no podrá venir, pero, ¿crees que los demás acepten?

—Estoy seguro de que apenas les escriba, vendrán volando —aseguró Riker —. Y que todos querrán ayudar, siempre hemos sido los Reyes en los planes —sonrió de modo orgulloso.

—Ellos siempre hacían travesuras, pero siempre se ayudaron entre ellos y a sus más allegados —dijo Mary. Riker asintió.

Después de eso, Riker se despidió porque debía volver con su abuelo y con Vanessa, ya comenzaba a anochecer.

—Laura, siento que las cosas se están descontrolando un poco —dijo Mary una vez que Riker se fue.

—¿Qué? Al contrario, ahora tendremos más ayuda —respondió la castaña un poco confundida.

—Siento que mientras más personas seamos, será más complicado aún arreglar los problemas.

Laura se cruzó de brazos, definitivamente pensaban de modo distinto.

—Creo que aquí tú eres la clave —puso su mano en el hombro de su amiga —. Tenemos que prepararte bien para que todo funcione como esperamos.

Laura no se dio cuenta pero en ese momento, Mary trago saliva en seco. Estaba algo nerviosa, ahora comenzaba a sentir más presión que antes.

—...—

Dos días después de la visita de Riker, aparecieron Rydel y Ellington. Estaban felices, lo primero que contaron fue que ya estaban casados, lo que ambas chicas los felicitaran. Poco después, aparecieron todos los demás.

Era un reencuentro hermoso, aunque aún faltaba Ross. Pero arreglarían eso pronto, o eso esperaban todos ellos.

Todos los presentes felicitaron a los casados.

Después de la felicidad, vino el punto feo. Margareth contó toda la verdad sobre Mark Lynch, tal y como habían acordado.

Todos se molestaron mucho y hablaron mal sobre Stormie, contaron cosas que había hecho antes, en resumen: todos estaban indignados.

Y, como es de suponer, todos estuvieron de acuerdo en ayudar con el plan. Todos querían que Ross regresara y que fuese feliz.

—Supongo que estar aquí reunidos es algo hermoso —dijo Riker, provocando que todos asintieran —. Solo que aún falta algo muy importante. Laura, debes llamar a Ross.

—Pero... es muy pronto —ella parecía contrariada.

—¿No es el fondo de todo esto volver a unirlos a ustedes? —respondió Ellington con picardía. Laura se sonrojó, pero bajó su cabeza.

—Quizás... es solo qué... no sé qué decirle —admitió tímida.

—Solo llámalo, aunque le digas simplemente un "Hola", eso lo hará muy feliz —le aconsejó Calum.

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