Tráeme la Primavera

- 5 - Me hace soñar.

“¡NO QUIERO!” 

“Niña, ¡tenemos que llevarte!”

“¡N-No! ¡Por favor! ¡D-déjenme en paz! ¡AYUDA!”

Gritaba para que me quitaran las manos de encima. Los policías querían meterme a la fuerza al carro de policía. No quería ir. Helen siempre me ha dicho que cuando los hombres vestidos de policía aparecían, debía correr. Lo más rápido que pudiera. Sin parar, hasta perderlos. Lo hice, pero me agarraron.

Y ahora, estaba intentando salir de los brazos del fornido policía.

“Niña, ¡deja de pelear! ¡No te haremos daño!”

“Gustavo, ¿qué pasa?”

Inicié a llorar. No quería más problemas.

“La niña no quiere entrar al auto.”

“Deja – yo hablaré con ella. Ven acá, Elena.”

Volteé a ver quién era, y me encontré con el policía José. Me miraba con ojos de amor, como de un papá que quería a su hija. Me tomó en sus brazos – los cuales también eran fornidos – y me sentó en la grama, al lado de él. La casa de Helen tenía un pequeño – muy pequeño – patio en frente de su casa. Estaba inmensamente descuidado, pero estaba cómodo.

“Elenita, ¿por qué no quieres entrar en el carro?”

“H-Helen m-me dijo que c-cuando los hombres policías llegaran que corriera y no los d-dejara atraparme porque eran malos,” expliqué.

“¿Crees que yo soy malo?” Me preguntó, viéndome a los ojos.

“No… Usted parece un buen policía.”

Él se echó a reír. “Es porque lo soy. ¿Confías en mí, Elenita?”

“Sí,” respondí segura. Sí confiaba en él – José había sido el único que no me forzó a entrar en el auto ni me regañó fuerte. Parecía como si me quisiera.

“Bueno, entonces, a Helen le pasó algo muy malo. Ella se… se enfermó porque comió algo que no tenía que comer. Ahora, ella ya no está aquí y tú tienes que buscar un nuevo lugar donde vivir.”

“¿Por qué?”

“Porque en esa casa,” –señalo la casa de Helen; estaba sucia y descuidada– “no es apta para niñas como tú.”

“¿Por qué?”

“Porque está sucia y fea. Queremos que vivas en un lugar lindo y donde hallan niños con quien jugar. ¿Te gusta ir?”

Asentí con la cabeza, pero luego el miedo me invadió.