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Suspiro frotándome los ojos y mirando el gran ventanal de mi cuarto, del cual asoma el amanecer.
Escucho pasos por el pasillo. –¡Rachel despierta! -Grita papá.
Ruedo los ojos y bufo.
Hace 10 minutos que me ha sonado la alarma y sinceramente no tengo ganas de vivir ahora mismo, solo quiero dormir. -pienso.

–Malditas galas de empresa, maldito todo. -Refunfuño entre dientes mientras busco algo que ponerme en mi armario.
Me pongo unos vaqueros blancos de tiro alto, una sudadera amarilla mostaza y mis Nike del color de los vaqueros. Recojo mi largo pelo castaño en una coleta de caballo alta -que aún así, me llega por debajo del sostén- una cosa que más amaba de mi era mi pelo, mi precioso y lacio pelo.
Repaso bien todo, mi maleta y mi ropa.
El olor a café recién echo hacia que avanzase más rápido hacia la cocina.
–Buenos días Maria. -Recito acercándome a su mejilla y plantarle un beso.
–Buenos días señorita Roy. -Habla dulce.
–Oh venga ya... Sabes de sobra que me puedes decir Rachel. -Le digo mientras sorbo de mi bote de café.
Sin duda María ha sido como una madre para mí y para mis hermanos, ya que papá siempre ha estado trabajando de aquí allá.
Aún que Jason, -mi hermano mayor- esté por su camino. Así que solo quedamos yo y mi hermano pequeño Lucas ya no tan pequeño, con 15 años parece más mayor que yo...Aún que yo tenga 17 años.
Lucas es una copia a mi padre, rubio con sus ojos azules casi blancos y bastante alto, al igual que Jason, el único monigote de 1,68 en la familia soy yo.
Jason es mas de lo mismo, rubio y el mismo color de ojos, son dos gotas de agua.
Luego estoy yo, caso a parte, morena y con ojos de color, ¿caca?

¡Rayos! Tuve que tener unos ojos tan simples como los míos, cuando casi toda mi familia es de ojos claros, menos mamá. Ella era como yo, castaña y ojos similares.

Pero volviendo al tema, Jason es el "segundo jefe" de la gran empresa de papá, siempre está de aquí para allá, como él. -vaya cansancio.

–Buenos días mocoso. -Alboroto el pelo de Lucas.
El pone los ojos en blanco. Se le nota cansado, tiene unas ojeras inmensas, cosa que en su piel pálida se hace más notable.
–Hey ¿que te pasa? -Murmuro de una forma en la que el solo puede escucharme y se limita a negar con la cabeza mientras sorbe de su batido de chocolate.
–Venga ya Lucas, sabes que me puedes contar todo, soy tu hermana. -Hablo un poco más alto, ya que estamos solos.
Bufa. –Conocí a una chica en uno de los partidos estatales, me gustó y ella decía que sentía lo mismo, salimos un par de veces pero me he ilusionado tan rápido que me he estampado. -Frunce sus labios.- Dejó eso que teníamos por otro chico.
–Oh..-murmuro sorprendida. –Sabes...Eres un chico muy guapo, inteligente y bueno. Si no quiere nada, ella se lo ha perdido, no te merece esa guarrindonga. -Éste sonríe por el comentario.
–Y ahora alegra esa cara mocoso que no me gusta verte así. -Lo abrazo.

–Buenos días hijos. -Entra firme mi padre, con su traje de chaqueta negro y bien peinado.
La verdad es que mi padre, siempre se ha cuidado, físicamente. A pesar de sus 45 años no tiene ninguna arruga notable, aún.

Le devolvemos el saludo y por último baja Jason, vestido con un traje gris similar al de mi padre. Me besa la frente y a Lucas le alborota el pelo.
Jason tenía un gesto duro, desprendía respeto hacia el. Es bastante guapo, con su barba incipiente que lo hacía más atractivo.
-Vamos Rachel es tu hermano. -Dice mi subconsciente.

Salgo de mis pensamientos y mi padre comienza a hablar.
–Bien, hay que coger el avión, y con las mismas llegaremos al hotel. Comeremos y descansaremos o lo que quieran hacer. A las 8 comienza la gala, no deben retardarse, y lo digo por vosotros. -Nos señala a mí y a Lucas.
Ambos rodamos los ojos y seguimos escuchando. -Habrá una mesa para nosotros y la empresa que hemos aliado con la nuestra, cenaremos y después se harán los recitales de cada compañía. Cosa que hablaré yo o vuestro hermano Jason, recuerden que no deben perderse por allí. Ya después de eso podremos estar tranquilos y disfrutar de la noche. Aún que no demasiado. –Me mira fijamente y después a Lucas.
Asentimos y me despedí de María. El coche ya estaba en la puerta preparado con las maletas para dejarnos en el aeropuerto.

***

El coche de la empresa nos espera fuera del aeropuerto acompañado de uno de policía delante.
La empresa de papá era una de las más importantes de todo el mundo, era una de las empresas de arquitectura mundial mas famosa.
Estamos en Nueva York, es todo tan enorme y completo, la ciudad de ensueño por lo menos para mí.
No puedo evitar contemplar cada detalle que pasa por mis ojos mientras saco la cabeza por la ventana un poco.

Llegamos a la puerta de un gran edificio lleno de cristaleras, y de al menos 100 plantas, por lo que supongo que es el hotel donde nos alojaremos.

El lugar se adornaba de mármol negro y blanco y tenía bastante luz, muy elegante.
Solo pasaría una noche aquí así que no tenía preocupación de estar sola, ya que cada uno tiene habitación propia y voy a estar sola.

Mensaje de Rose:
—¿Llegaste a Nueva York? ¿Es grande? ¿Hay chicos guapos?

Reí ante su acoso a preguntas.
-Si, si y no lo sé, solo acabo de llegar al hotel, obsesa.

Enserio Rose tenía un problema con los chicos, pero es normal, la edad y las hormonas nos llevan de cabeza.
Bloqueo el móvil y abro mi habitación, es muy grande, un gran balcón la acompaña, a parte de una cama matrimonial y el baño propio.
Los muebles son negros, un simple armario, un escritorio y dos mesitas de noche adornan la habitación, a parte de un gran espejo de puerta de armario y un cuadro encima de la cama.
Me encuentro en la planta 64, da bastante miedo asomarse pero aún así, lo hago y observo gran parte de Nueva York.

Tocan la puerta.

–Hay que ir a comer, ¿vienes? -Avisa entrando Lucas a mi habitación.
Asiento y le sigo, en el hotel se respira tranquilidad, dejando a parte la mayoría de personas trajeadas que se adentran en el hotel con maletas.

Hoy va a ser una enorme velada.

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