–Siento lo de antes. -Habla este mientras andábamos a no sé dónde, mientras mete las manos en los bolsillos del sus pantalones.
–Descuida. -Hago un signo como quitando importancia al asunto.
Se volvió un incómodo silencio, solo se escuchaban mis tacones y sus pasos.
–Bueno y, ¿te vas a mudar a California? -Pregunto rompiendo el hielo.
Este asiente.
–¿Que carrera vas a estudiar? -Dice y me deja dudosa.
–Aún no lo sé, estoy entre medicina y magisterio así que...Todavía tengo tiempo de decidir. -Termino y cojo aire. -¿Y tú?
Sonríe de lado.
–Me han dado la beca de seguir con fútbol en esa universidad, así que estudiaré cualquier cosa mientras juego allí al fútbol.
Alzo las cejas sorprendida. Ya decía yo que esas piernas y ese cuerpo tenían delito.
-Deja de babear Rachel. -Pienso.
Llegamos a la puerta de un local, tiene pinta de pub, todo el mundo viste arreglado, es el sitio pijo de Nueva York, se hace de notar así que pasaré desapercibida con mi atuendo.
Connor me pasa el brazo por la cintura, me asusta ya que no me lo esperaba y lo miro confundida y nerviosa.
–Recuerda que sigues siendo menor de edad, si vas conmigo te dejarán pasar, así que actúa normal, Rachel. -Murmura en mi oído con su voz ronca.
Pasamos sin problemas y encima éste saluda al portero el cual ni me mira.
La música aumenta tal cuan entramos y bastante gente se encuentra bailando y bebiendo, algunos magreándose más de lo normal, etc.
Me dirijo a la barra directa a por una copa cuando me choco con una chica, su pelo es casi blanco de lo rubia que es. Me mira con el ceño fruncido y hago una mueca disculpándome, sigo hacia la barra y pido la bebida más fuerte, necesitaba beber algo y des-aburrir mi mente.
Pierdo de vista a Connor así que supongo que estaré sola por un buen rato.No sé qué bebida me echaron pero a parte de estar fuerte, me ha empezado a subir, y yo estoy más feliz.
–Hola preciosa. -Sonríe un rubio a mi lado.
Sus ojos eran como el cielo y su pelo era tan dorado.
A lo mejor lo estoy exagerando un poco por el alcohol.
–Hola. -Sonrío mordiéndome el labio inferior.
–¿Que haces sola? ¿Viniste con alguien? -Pregunta acercándose más a mí.
–Sinceramente vine con un tipo que es un poco gilipollas, por que me dejó sola. Ah si, y lo conozco de hace un par de horas. -Me echo a reír como una loca.
Digo cosas que no vienen a cuento. Pierdo un poco el equilibrio y caigo más cerca de él pegada a su pecho. Puedo escuchar su respiración hasta notarla, un milímetro más y nuestros labios se juntan. Pero un breve tirón de brazo hace que me quede con las ganas y me gire frunciendo el ceño.
–¿Que haces? -Digo casi gritando por la música, molesta.
–Nos vamos Rachel. Es tarde y vas mal. -Habla Connor en el mismo tono y parece cabreado.
Niego cual niña pequeña.
El rubio que ni si quiera sé cómo se llama ya se había ido, me quería enrollar con el pero no. El oportuno de Connor tenía que aparecer jodiendo.
Salimos de la discoteca y me agarra del brazo ya que con los tacones ando un poco estrambótica.
–Eres un aguafiestas, me iba a enrollar con ese tío Connor. -Digo mientras aparto su brazo del mío de mala gana.
Este bufa y no me vuelve a coger.
El frío se apodera de mi cuerpo haciendo que me abrace a mí misma y maldiga en voz baja las temperaturas de esta ciudad.
–Te hubieras puesto chaqueta. -Reprocha Connor.
–Oh perdona por ser de una ciudad más cálida y pensar que no saldría del hotel. Tal vez si hubieras negado a salir de fiesta en el hotel yo no estaría aquí pasando frío. -Hablo, el alcohol se me está pasando y hago más notable lo que digo.
Veo que se quita la chaqueta malhumorado y me la ofrece sin mirarme.
Me doy cuenta de que estamos parados en medio de la calle.
Niego.
–No la quiero. -Espeto y sigo andando.
Estaba molesta por su actitud, el tío pasa de mi en toda la noche sabiendo que no conozco a nadie y viene justo cuando iba yo a todo lo mío, encima me reprocha la chaqueta.
Que te den Connor Hall.
Veo de lejos el hotel y acelero mi paso, me adentro y froto mis brazos ya dentro, que hay calefacción.
Observo si la gala había terminado ya y me dirijo al ascensor, el cual justo sus puertas se iban a cerrar pero una pierna lo impide.El moreno de ojos grises se pone en silencio en la otra esquina del ascensor. Tiene quitada la chaqueta y se ha remangado la camisa. Puedo ver que tiene más tatuajes, hasta en las manos.
Éste me mira apretando la mandíbula y el ascensor pita accediendo a mi piso, sin despedirme salgo y me adentro a mi habitación quitándome los malditos tacones y dejando el vestido sobre el escritorio, ya lo recogería mañana.***
A las 11 tocaron mi puerta, por lo que abrí y era Lucas, que vino a decirme que a las tres nos íbamos al aeropuerto. Bien, me daba tiempo a bajar a comer.
Me visto con unos vaqueros rotos de rodillas, mis Vans blancas y una sudadera blanca. Me dejo el pelo suelto, ya limpio y liso.
Alisto todo en mi maleta tal cual como la había traído y lo tengo todo listo.
Llamo a la puerta de Lucas y bajamos a comer al bufete libre.
–Dime, ¿que pasó ayer? No subiste a tu habitación.
–Oh, fui a una discoteca con Connor Hall, el hijo de Dylan. -Ruedo los ojos cogiendo un plato para echar algo de comida.
–¿Papá te dejó? -Pregunta.
–Supongo que al ir con el hijo del aliado de la empresa no le molestó, a parte de que iba contento por que bebió, pero bueno.
Dejando ese tema, yo y Lucas nos sentamos esperando a papá y Jason en una mesa, casi toda la gente del día anterior estaba comiendo aquí.
La puerta del salón se abre y deja ver a un Connor despreocupado con las manos en los bolsillos de sus pantalones cortos de algodón, junto a su sudadera negra y unas Nike negras.
Andaba despeinado, a diferencia de ayer que iba engominado.Sus ojos buscan algo, o a alguien y avanza hacia delante. Su mirada se cruza con la mía, me mantengo estática.
–¿Ese es Connor Hall? -Pregunta mi hermano pequeño.
Asiento y vuelvo a lo mío.Papá y Jason aparecen y comemos en tranquilidad y paz.
A las 3 nos recoge el coche de la empresa. Nos despedimos de los Hall, obligatoriamente de Connor.
Por lo que dicen en una semana ya vienen a California a instalarse, genial.
Ruedo los ojos.Llegamos al aeropuerto y quedo dormida en el hombro de Jason, estaba cansada de la noche anterior.
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Aliados
RomanceLo que yo no sabía, es que ese simple viaje convertiría todo mi mundo patas arriba. Sus ojos hacían que por mi cuerpo recorriese una electricidad nunca antes notable, y eso; »me gustaba.