II

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Tras una tarde repleta de ver pelis en Netflix y llamadas con Rose -mi mejor amiga- después de subir de comer, miro mi reloj y tengo que comenzar a prepararme para la gala de esta noche así que me meto en la inmensa ducha y cuando termino me enrollo en el albornoz color beige que cuelga detrás de la puerta con el símbolo del hotel bordado en dorado, y hago lo mismo con mi pelo.
Saco mi precioso vestido del armario.
Es azul brillante de tirantes y un precioso escote en forma de V, largo y apegado a mis curvas.
Me maquillo concorde al color del vestido y me hago una coleta alta, haciéndome hondas en esta, y por último me coloco el vestido y los tacones negros de taco gordo.
Wow. -Me miro al espejo y doy vueltas buscando alguna imperfección, pero no. Lo veía todo perfecto.
Miro el reloj de mi móvil y lo meto en el bolso. 19:48, justa a tiempo.
Papá ya tiene que estar abajo en el recibidor esperándonos.
Llamo a la habitación de Jason y hago lo mismo con Lucas. Las puertas están una al lado de otra.
Se abren sus puertas y me miran anonadados.
Alzo los brazos en forma de pose y ellos sonríen.
–Vas guapísima mocosa. -Dice Lucas.
Ese mote nos lo decimos solo nosotros aún que yo fuera mayor que el.
Jason me ofrece su brazo y este besa mi frente.
–Deslumbrante enana. -Habla el mayor.
Lucas se posiciona al lado de Jason y yo estoy al otro lado agarrada de su brazo.

Todo el mundo mira cuando las puertas del ascensor se abren, hay gran multitud de personas vestidas de gala, con copas en la mano, un catering precioso.
Vemos a papá hablando con un grupo de gente y nos acercamos.

–¡Oh vaya! Aquí están mis tres hijos. Jason tiene 23 años, Rachel tiene 17 y el pequeño, Lucas que tiene 15. -Habla presentándonos como si fuésemos su gran trofeo de oro.
Sonrío al grupo de hombres bien trajeados.
–Guapísima Rachel Roy, tengo un hijo de tu edad más o menos, podrían llevarse bien. -Habla el hombre canoso con ojos grises besando mi mano.
Suelto una breve risa y le agradezco el cumplido, ignorando un poco el comentario de su hijo.
Aún que por otra parte... A lo mejor es guapo y todo.
Papá nos explica que ese hombre es Dylan Hall, el dueño de la empresa más importante de construcción, y futura aliada con nuestra empresa.
La puerta del gran salón del hotel se abre dejando entrar a la gran multitud de gente, yo sigo agarrada de Jason y Lucas ahora está a mi lado. Ni con tacones soy más alta que ellos.
Refunfuño en mi mente.
Nos dirigimos a una gran mesa redonda y me siento donde pone mi nombre y apellido, entre Jason y Lucas, papá al lado de Lucas.
La gente comienza a ocupar los sitios de todas las mesas del salón y una orquesta en directo toca de fondo.
Hablo animadamente con mi hermano Lucas de todo lo increíble que es esto y demás temas insignificantes. Todos los de la mesa hablaban de sus cosas empresariales pero mi mirada se fija en una silla vacía al lado del hombre de ojos grises.
La cena ha estado riquísima, y la verdad ha estado entretenida, la gente de esa empresa es muy graciosa, sobre todo Dylan Hall, que ha estado bromeando toda la noche.
El momento del recital de todas las empresas había llegado y nos encontrábamos en un salón con muchas butacas y un escenario enfrente, parecía un teatro.
Sin separarme de mi hermano Lucas fuimos donde en un cartel informa que ahí estaba el sitio de la empresa "Roy Architects" la sala se terminó llenando y la última empresa era la nuestra y la de Hall.
Ahora que miro donde está la gente de su empresa, ellos están en el lateral derecho y nosotros en el izquierdo pero ellos más abajo, hay alguien nuevo. Un chico trajeado de negro, que por su cuello asoman tatuajes y por lo que puedo ver, está chateando con el móvil.
Intento con cualquier movimiento suyo observar quien es pero no se mueve lo suficiente.

Termino ignorándolo y mi padre, Jason y Dylan Hall con otro acompañante salen al escenario y la gente aplaude, incluyéndonos a mi hermano y a mí.
Hablan de sus propósitos e ideas para la nueva unión y la gente por último aplaude dando por finalizada la charla.

Se hace pelotón al salir y me comienzo a agobiar, por lo que yo y Lucas esperamos a un lateral a que venga nuestro padre y Jason.
Los susodichos aparecen y los felicitamos por el discurso.
Y ahora la fiesta. -Pienso sonriendo.
Llegamos al salón del restaurante de antes y ahora está todo recogido, con barras libres y música sonando de fondo.

Lucas se sienta en la mesa donde cenamos y yo me acerco a pedir un vaso de algo.

–Una copa de Vodka. -Pido sonriente.
–Vaya, menor de edad y bebiendo alcohol, toda una rebelde. -Habla detrás de mí una voz ronca que me eriza la piel, ahora se ha situado a mi lado. Es el chico del salón, el de los tatuajes.
Le miro el perfil y está riendo con suficiencia.
–Un whisky, por favor. -Vuelve a hablar y gira su cabeza mirándome.
Frunzo el ceño.
–Sea o no sea menor de edad, hago lo que me da la gana. -Suelto dando un trago a mi copa de cristal y alzando una ceja.
–Wow, que dura. -Ríe.- Que tienes, ¿15 añitos? Pero no te enfades chica. -Sonríe mostrando sus hoyuelos, vacilante.
La gota que ha colmado mi vaso.
Me voy por que si no le arruino el traje.
Le dedico mi mayor cara de asco, vuelvo a la mesa y me siento.
–¡Rachel! -Grita mi hermano Jason a 3 metros de mi y me hace una señal para que vaya. Me levanto y cojo mi copa.
Oh no, para qué vengo.
–Mira Rachel, este es Connor Hall. Mi hijo, del que te hablé antes. -El chico de los tatuajes levanta la mirada del móvil y me sonríe alzando una ceja.
–Encantado, Rachel Roy. -Me guiña un ojo y me saluda con un apretón de manos.
Maldita sea, un cosquilleo se hizo dentro de mí cuando miré sus ojos, grises. Como los de su padre.
–A mi hija le han dado la beca en la mejor universidad de California, Clowfard. -Habla feliz papá.
–¿Vaya si? ¡Que gusto Rachel! Mi hijo también estudiará ahí este año. -Sonríe Dylan feliz.
Me digno a sonreír falsamente y me disculpo, para volverme a la mesa con Lucas pero veo que no está.
Qué extraño. -Pienso y saco mi móvil para escribirle.

-¿Donde te has metido mocoso?

Miro la pantalla esperando respuesta y automáticamente me llega un mensaje.

—Estaba aburrido y me he subido a mi habitación.

Hago una mueca torcida de labio y pienso si en subir ya o no, por que la verdad estoy sola, y estoy empezando a aburrirme, bebo lo que me quedaba en la copa y la dejo en la mesa, dirigiéndome a mi hermano y a papá.
–Papá, Jason. Me subo a mi habitación, Lucas se aburría y yo también la verdad. -Les informo y ellos asienten.
–Oye Rachel. -Dice Dylan y me giro de nuevo para ver qué quiere. –¿Por que no van a darse un paseo por la ciudad usted y mi hijo? Ustedes son jóvenes, hay una discoteca por aquí cerca. -Propone con una sonrisa.
Dios no, lo que me faltaba.
–Oh yo...Ya me iba a subir a mi habitación. -Digo entre dientes.
Papá ríe y le da la razón.
–Aay el alcohol...-Pienso.
–Enana ve, papá te deja y eso es muy extraño, aprovecha. -Me susurra en el oido Jason.
Al final acabo aceptando y me encuentro saliendo del hotel con Connor Hall a mi lado sin haber abierto la boca ninguno de los dos.

¿Acaba de empezar la noche?

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