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Las grandes manos del azabache rodeaban la cintura de TN, y el agarre se hizo cada vez más fuerte, llegando al punto en que TN comenzó a sentir un dolor punzante. El pánico empezó a crecer dentro de ella como una tormenta inminente. Desesperada, posó sus dos manos sobre las fuertes muñecas del hombre, tratando de alejarse y zafarse del abrazo asfixiante. Sus intentos fueron en vano, pues el agarre se intensificó aún más, convirtiéndose en una prisión de carne y hueso.

Me estás haciendo daño... Suéltame —se quejó en un hilo de voz, mirando con ojos llenos de preocupación al joven de cabellos oscuros. La mirada de Jimin estaba perdida, sus ojos oscuros y profundos reflejaban una confusión perturbadora, y su actitud errática aumentaba el temor de TN.

Un grito ahogado salió de la boca de TN cuando Jimin la alzó nuevamente, esta vez para depositarla en la cama sin ningún cuidado. El impacto la dejó aturdida, y su rostro se endureció mientras se removía ligeramente en el colchón, sintiendo cómo su espalda ya lastimada protestaba con cada movimiento. Intentó recomponer su postura, pero la presencia de Jimin, quien se aproximaba cada vez más, hizo que TN retrocediera lentamente, recostándose de nuevo en la cama en un intento vano de evitar la proximidad del azabache.

No, basta... Por favor, aléjate —suplicó con desesperación, observando cómo Jimin ignoraba cada una de sus palabras y ruegos. Las manos ásperas del hombre comenzaron a deslizarse por los muslos de TN, su cercanía era sofocante, y el fuerte aroma a alcohol que emanaba de él dejaba claro el exceso que había consumido.

TN giró su rostro al percatarse de la proximidad forzada que Park imponía. Una de las manos ásperas del hombre ascendió hasta el rostro de TN, tomando con fuerza su mentón. Su agarre era firme, casi doloroso, y la acercó a sus labios con una urgencia que la hizo estremecer de miedo.

No... —intentó protestar, pero sus palabras se ahogaron en la garganta.

Jimin no mostró piedad ni vacilación. Se inclinó hacia ella, sus labios encontrando los de TN en un beso cargado de necesidad y desesperación. La presión de sus labios era insistente y feroz, robándole el aliento y cualquier resquicio de resistencia que pudiera quedarle. El sabor amargo del alcohol se mezcló con el pánico que la inundaba, convirtiendo el momento en una pesadilla tangible de la que no podía despertar.

TN luchó por apartarse, sus manos empujando inútilmente contra el pecho de Jimin, pero él era implacable. Sus ojos se cerraron con fuerza, lágrimas de impotencia resbalando por sus mejillas, mientras su mente se debatía entre la desesperación y la necesidad de encontrar una salida. El mundo se redujo a la sensación abrumadora de su contacto, el peso de su cuerpo, y la inescapable realidad de su vulnerabilidad.

Finalmente, el asalto cesó, pero el eco de sus acciones permaneció. Jimin se apartó ligeramente, su respiración pesada y errática, mientras TN se quedaba tendida en la cama, temblando y tratando de recuperar el control de su cuerpo y mente.

El cuerpo de TN comenzó a removerse frenéticamente bajo el peso opresivo de Park, cuyo cuerpo fuerte y decidido la mantenía atrapada, imposibilitando cualquier intento de escapar. Su mente, nublada por el miedo y la adrenalina, se enfocó en un solo objetivo: liberarse. Con un grito ahogado de desesperación, TN levantó una de sus piernas y, con toda la fuerza que pudo reunir, le dio un golpe certero en la entrepierna. El efecto de sus acciones fue inmediato; el azabache soltó un gemido de dolor y se alejó bruscamente de ella, retorciéndose sobre la cama en un intento de calmar el agudo dolor.

Aprovechando el momento de desconcierto, TN se deslizó fuera de la cama, su corazón latiendo con fuerza descontrolada. La adrenalina alcanzó su punto máximo, dándole una energía frenética. Sin perder un segundo, salió disparada de la habitación, corriendo por el pasillo y descendiendo las escaleras a toda prisa. Se agarró con fuerza a la baranda, sus dedos blancos por la presión, para evitar caer mientras bajaba los escalones de dos en dos.

Una vez llegó a la planta baja, su mirada se dirigió inmediatamente hacia la puerta de salida. La esperanza floreció en su pecho cuando giró el pomo, pero su corazón se hundió al descubrir que la puerta estaba asegurada, impidiéndole la tan ansiada libertad.

¡Demonios! ¿Dónde están las llaves? —murmuró para sí misma, su voz temblando de frustración y miedo. Sus manos temblorosas pasaron por su cabello anaranjado, intentando pensar con claridad a pesar del pánico. Debía actuar rápido; sabía que en cualquier momento Park podría recuperarse y bajar, y entonces su oportunidad de escapar se desvanecería por completo.

De repente, su vista se fijó en uno de los sacos sobre el sofá. Era de Park. Sin perder tiempo, se abalanzó sobre él, sus manos buscando frenéticamente entre los bolsillos. Los sonidos provenientes del segundo piso se hicieron más fuertes, señalando que Park se estaba recuperando y pronto la seguiría.

Con un suspiro de alivio, sus dedos finalmente encontraron las llaves. Con movimientos torpes pero decididos, corrió hacia la puerta, insertando la llave en la cerradura y girando con desesperación. El clic del seguro al liberarse fue como música para sus oídos. Con un último vistazo hacia las escaleras, donde ya se oían los pasos apresurados de Park, TN abrió la puerta y salió corriendo hacia la libertad, el aire fresco de la noche golpeando su rostro mientras se alejaba de la casa.

Al momento en que la puerta se abrió, TN corrió con una velocidad frenética, sintiendo cómo la libertad se aproximaba cada vez más, cada paso la acercaba a lo que tanto había anhelado. Su corazón latía con una mezcla de adrenalina y esperanza, la promesa de escapar de aquel infierno la impulsaba hacia adelante. En un impulso de euforia, se volteó un instante para jactarse de que Park no la seguía; por suerte, aún no se había percatado de su huida.

Cuando volvió su vista hacia el frente, chocó de lleno con un joven que iba pasando por el bosque. El impacto fue inesperado y sus manos terminaron en el pecho del desconocido, sus dedos temblorosos se alejaron con rapidez mientras alzaba la vista para encontrarse con el rostro del chico de cabellos castaños.

Oh, lo siento... Yo, no te vi —se excusó, dando un paso atrás para verlo con mayor claridad bajo la tenue luz de la luna. Las facciones del joven eran delicadas pero firmes, y su altura y mirada imponentes.

No te preocupes, yo también iba desprevenido —respondió el joven con una sonrisa cálida, sus ojos recorrieron la figura de TN antes de dar un ligero paso hacia ella, reduciendo la distancia entre ambos.

Te ves preocupada, ¿está todo bien? ¿Estás bien? —preguntó, notando sus piernas y pies descalzos, una señal clara de que no era normal ver a una joven correr por el bosque a mitad de la noche.

Yo... Sí, quiero decir no —respondió TN con la voz agitada, su corazón latía descontrolado y le era imposible hilar palabras coherentes. Diversos pensamientos brotaban de su mente, la psicosis se hacía presente.

¿Quién era él?

¿Qué hacía a mitad de la noche en el bosque?

¿Por qué estaba solo?

¿Y a pie?

¿Estaba yendo en dirección a la cabaña?

¿Era seguro confiar en él?

Estas preguntas surgieron en su cabeza, alimentando su paranoia. Con la vista fija en el chico, TN se hizo a un lado, observándolo con recelo.

Yo, debo irme... Permiso —comentó, pasando rápidamente a su lado y manteniendo la compostura. Después de unos metros, comenzó a correr nuevamente, su deseo de escapar era más fuerte que su curiosidad.

Pero antes de que pudiera alejarse demasiado, un golpe fuerte y certero en su nuca la detuvo abruptamente. El dolor la hizo caer de rodillas, y su rostro rebotó contra el suelo terroso, dejándola completamente inconsciente.

Mierda, es muy escurridiza —se escuchó la voz del joven, ahora desprovista de la calidez que había mostrado momentos antes.

CONTINUARA...

—Editado.—

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⏰ Última actualización: Jul 01 ⏰

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Susurros de un encierro "Jimin y Tn"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora