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La luz matutina se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, bañando la habitación en un resplandor dorado que despertó a la chica de cabellos anaranjados de su sueño. Al abrir los ojos, una oleada de confusión la invadió. Recordaba claramente haber cerrado las cortinas la noche anterior, ¿cómo era posible que la habitación estuviera tan luminosa?

TN se movió inquieta en la cama, intentando estirar sus entumecidos brazos mientras su mente luchaba por procesar la situación. Había algo diferente, algo extraño en el ambiente, pero su subconsciente parecía decidido a ignorarlo. Cuando intentó moverse, descubrió con creciente angustia que sus extremidades no respondían como deberían. Un nudo de temor se apretó en su pecho.

"¿Era esto una parálisis del sueño? ¿Dónde demonios estaba? ¿Qué había ocurrido?"

Las preguntas resonaban en su mente como un eco alarmante mientras su corazón se aceleraba con cada latido desenfrenado. Recorrió la habitación con la mirada, confirmando que no estaba en su propia habitación. Era un lugar desconocido, ajeno a ella en todos los sentidos. Un escalofrío recorrió su espalda cuando sus ojos se posaron en la figura dormida a su lado. Un chico de cabellos negros, con una espalda ancha y una presencia que sugería fuerza y seguridad.

¡Tú! ¡Hey! ¡Despierta! —Exclamó TN, su voz cargada de urgencia y nerviosismo al tratar de sacudir al chico. Sus manos temblaban con el esfuerzo de liberarse del miedo que la aprisionaba, mientras él se removía en la cama con un gruñido de molestia por ser despertado.

Shh... No hagas tanto ruido —Murmuró él con voz ronca y somnolienta, apenas abriendo los ojos para luego acomodarse en la almohada, tratando de ignorar la intrusión en su sueño.Las dudas y la confusión inundaron a TN mientras se enfrentaba al chico, buscando respuestas desesperadamente.

¿Te conozco? ¿Quién eres? ¿Dónde estamos? —Las palabras brotaban de sus labios, una cascada de incertidumbre que reflejaba su miedo ante lo desconocido. Sabía en lo más profundo que algo no estaba bien, pero una parte de ella se resistía a aceptarlo.

Basta ya —Respondió el chico, apartando bruscamente la cabeza de la almohada con gesto irritado. TN logró despertarlo, aunque no de la manera más amable.

Si vuelves a gritar o a hablarme así, tendré que... —Intentó advertir él, interrumpido por TN, cuya voz resonaba con un tono desafiante mientras luchaba por mantener la compostura.

¿Qué harás? —Preguntó con voz entrecortada, levantando el mentón en un gesto desafiante, aunque su interior se retorcía de miedo. El chico se acercó lentamente, rompiendo las barreras personales de TN con cada paso.

No te mataré tan fácilmente —Murmuró él con desdén, tomando un mechón desordenado de cabello anaranjado. Una sonrisa macabra se dibujó en su rostro, aumentando la angustia de TN, quien agitaba las muñecas en un intento desesperado por liberarse.

Por favor, libérame... —Suplicó ella, clavando sus ojos en los del chico mientras inspeccionaba sus facciones, luchando por mantener la compostura. Los rasgos del chico eran marcados y severos, con ojos almendrados y cejas rectas que contrastaban con sus labios gruesos y rosados. Su piel pálida y las ojeras oscuras debajo de sus ojos revelaban el agotamiento que sentía. El aroma a cigarro que emanaba de su ropa comenzaba a marearla, pero no podía apartar la mirada de su rostro, atrapada en una lucha de voluntades.

La joven se encontraba en una situación desesperada, sus palabras resonando en la habitación cargada de tensión.

Hambre, tengo hambre... Solo libérame y juro que olvidaré todo esto —Susurró con voz temblorosa, mientras sus ojos buscaban desesperadamente encontrar compasión en el rostro azabache que la observaba con una mezcla de dominio y placer perverso. Sus muñecas y tobillos estaban aprisionados por grilletes gruesos de metal, un símbolo palpable de su cautiverio.

Susurros de un encierro "Jimin y Tn"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora