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Los días han sido lentos y hechos toda una tortura...

¿Cuanto a pasado? Dos meses con ocho días. Solo puedo anhelar el regreso de Rose aunque eso esté mal. La extraño tanto, la necesito...

Estoy perdiendo, me están ganando. Josh y Leandro están logrando vencerme, sin que yo pueda hacer algo... Bob dice hacer todo lo que está en sus manos, pero no es suficiente, no podré ganar..

Dos veces más he acudido a los juzgados, los alegatos de ellos son muy buenos, las contestaciones son congruentes y su dinero ha echo maravillas con el bufete de abogados que contrate, diez de mis abogados se han retirado de mi caso sin razón alguna. Dudo de todos, no puedo confiar en nadie y menos en Bob. Él ha cambiando, solo Lucas sabe de mis sospechas, nadamas él.

»—¿En serio dudas de él? —contestó Lucas detras de el teléfono.

La barrera de vidrio nos impedía el contacto físico. Él tuvo que tomar unos días en el trabajo para poder verme.

»—Si, amigo. Las cosas han cambiado, Bob en la última audiencia sedio mucho y contestó poco. Sabes que esté caso estaba casi ganado y que él no lo pueda llevar, siendo el mejor abogado de New York, es muy incoherente.

»—Josh y Leandro lo pudieron sobornar, sabes que cuando se trata de ganar ellos no se detienen, son capaz de eso y mucho más.

»—Lo sé, pero no puedo hacer nada desde aquí. Hablemos de mejores cosas... ¿Has visto a Rose? ¿sabes como está? ¿está viviendo en mi departamento? ¿está feliz?

Recuerdo que ese día parecía un niño pequeño preguntando por un regalo de navidad.

»—Si la he podido ver, ella no está tan bien y vive en tu departamento... el día que llegué a Londres fui al departamento con la copia de la llave que tengo y fue extraño verla ahí, ella me presto el departamento de al lado, ya que también es suyo... creo que no recordabas que el departamento siguiente es de ella. Y hombre como quieres que esté, su enamorado está en prisión, ella está devastada por momentos...

»—¿Entoces, ella sigue pensando en mí?

»—Ella habla de ti cómo si tú fueras quien pone las putas estrellas en el cielo.

Lucas se fue después de unos minutos, la hora de visita había acabado. Ese día llore por toda la noche, me duele y dolió ser el causante de sus lágrimas.

Hablando en temas de la cárcel;  no ha sido tan mala, la comparto con papá y ambos nos damos el hombro cuando sentimos el mundo caer en ellos...

Los compañeros de prisión siempre preguntan como fui capaz de ser tan estúpido y entregarme por una mujer a lo que yo siempre les respondo:

—Estoy enamorado, viejos. Y contra eso yo no puedo hacer nada.

Y ellos siempre contestan.

—Una puta de Brooklyn pudiera contra eso, te hubieras largado del país con una puta de Brooklyn.

Son buenos, algunos tan dañados que olvidan el dolor de no estar en libertad y otros tan despreocupados que no les importa una mierda lo que te pase afuera. Aveces, solo aveces quisiera ser como ellos. Pero no puedo, siempre pienso en ella, en su sonrisa, en su cabello, en su figura y otras veces logro verla en mis sueños o logro escuchar el latir de su corazón en ratos libres.

Estoy tan dañado, tan lastimado por no estar con ella...

Dentro de algunos días sera el último intento de ganar, el final del caso ha llegado.

No puedo con los nervios, si ellos ganan mi sentencia sería de casi sesenta años. Jamás la volvería a ver... jamás volvería a ver a mi mocosa... jamás volvería a escuchar su risa o ver su hermosa sonrisa.

El mejor amigo de mi papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora