Capítulo 2

256 19 0
                                    

Estábamos corriendo a gran prisa por medio del bosque, con mi tío liderando el escuadrón. Corríamos tan rápido que mis piernas perdían el equilibrio para moverse, pero me decidí a dar todo por la aldea, así que rendirme lo iba a dejar de lado.

En la noche, dejamos de correr para recomponer fuerzas, recolecté hierbas para crear mis ungüentos, hicimos una fogata en medio del solitario bosque. Hablé con primo Neji.

—Neji-san, no sé si te habrás preguntado, pero quisiera saber, ¿Porque las guerras?, ¿Tiene algún sentido perder la vida tan joven?, ¿Y si morimos?.

—Hinata-sama, me lo he cuestinado varias veces, no tengo una respuesta definitiva, pero lo que pienso es en que hacemos esto para las generaciones venideras, y si morimos habremos contribuido en algo para la aldea.

Me quedé callada, me acosté en el saco de dormir hasta que mis parpados no soportaron estar abiertos.

A la mañana siguiente partimos, llegamos en la tarde a la zona norte donde nos mandaron, nos instalamos; después de unas horas, nos pusimos en alerta, el Byakugan de mi tío dio a conocer a 10 kilómetros,el paradero de un grupo de ninjas forasteros. Íbamos poniendo hilo con filo transparente en medio de los árboles, colocamos sellos explosivos debajo de la tierra y nos colocamos en posición de combate.

Me acuerdo cuando en la academia nos enseñaban a hacer un jutsu del elemento que tú tenías, en este caso yo tenía Fuuton, pero yo tuve que hacer las técnicas mediante pergaminos ya que no es tan común que alguien tenga el elemento Fuuton. Después de aprender ninjutsu, mi padre me hizo aprender  las "Ocho Trigramas Sesenta y Cuatro Palmas", él veía que yo tenía potencial para ejercer el jutsu.

Me sentí nerviosa y a la vez excitada por el encuentro, me escondí detrás de un árbol, escondí mi chakra y activé mi Byakugan. Lo que ví me dejó atónita.

Mi fuerza internaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora