- Hola "Manzanita", ¿que tal estás?.- Preguntó Daphne burlonamente
- Ven, ¿no quieres venir con tus amigas "Manzanita"?- Dijo Livian
- ¡No sois mis amigas!- Dijo Victoria.
- Oh! Que pena - Escupió sarcásticamente Livian
- Pobrecita, no tienes amigos... - Dijo Daphne
- ¿Por qué no te mueres ya como tu madre?- Preguntó Livian
- ¡A mi madre no la metas!- Gritó Victoria.
- ¡No creo que le importe, ya que esta "muerta"- Dijo Livian poniendo énfasis en esta última palabra.
-¡Aunque su muerte fue por dar a luz a una monstruosidad como tu!- Chilló descaradamente Daphne.
A Victoria se le llenaron los ojos de lagrimas de rabia, y un sentimiento de culpabilidad le llenó. Observó al grupo que acompañaba a sus hermanastras, sobretodo se fijó en Jack, que las miraba con curiosidad, eso la cabreó a un más.
-¡Dejadme en paz asquerosas arpias! ¿vosotras y vuestro grupo de subnormales no tenéis nada mejor que hacer? - Devolvió Victoria
- ¿Pero la arpia y la subnormal no era tu madre?- Contestó Livian, se oyeron risas de Daphne y del grupo de estas.
Eso fue demasiado para Victoria. Le ardía todo el cuerpo y estaba muy mareada. Jack se levantó de golpe con cara de alarmado, y se dirigió hacia ellas. Pero era demasiado tarde, el suelo empezó a temblar bajo de ellos, todos estaban asustados y no sabían que hacer. Jack se acercó a Victoria, gritando algo incomprensible para ella. De lo único de lo que ella se había dado cuenta era de que su pelo estaba flotando y parecía verdadero fuego. De ella empezaron a salir ondas que alejaban a todo ser viviente de ella poco a poco.
-¡Cálmate, no dejes que despierte! - Gritó Jack como pudo.
Victoria no entendía el significado de nada de lo que estaba diciendo, y recordó la indiferencia con la que la había mirado días atrás, mientras la maltrataban, eso la puso más furiosa.
De repente sintió el dolor más insoportable que había sentido nunca en la cabeza y en la espalda. Victoria soltó un grito de dolor. Victoria entró en pánico y varias olas más salieron de ella mon mucha más fuerza.
-¡Cálmate! - Gritó Jack
Victoria no sabia que hacer, así que decidió hacerle caso a Jack, ella solo quería que el dolor parase. Lo último que recordó fue haber intentado calmarse, y negro. Se despertó al cabo de dos días en una cabaña que no reconocía, estaba asustada y confundida. Alguien abrió la puerta de la habitación donde ella se encontraba.
-¿Como te encuentras?- Preguntó Jack desde la puerta.
-¿Que...Que estás haciendo aquí?- Preguntó Victoria -¿Dónde estoy?
- Tranquila, luego te lo explicaré, ahora descansa. Llevas dos días inconsciente.
- ¡¿Tu me vas a decir lo que tengo que hacer?! Estabas allí, viste todo lo que me hicieron.- Dijo Victoria enfadada.
- Lo siento, lo tuve que hacer si quería descubrirlo.
- ¿Descubrir el el que?- Preguntó Victoria.
Jack susurro algo por lo bajo, y a Victoria le empezó a entrar el sueño otra vez, y se durmió al poco rato.
Se despertó por la noche. No recordaba lo que había pasado tres días atrás, solo se acordaba de la discusión que había tenido con Jack el día anterior.
Se levantó de la cama un poco asustada, ya que no sabía quién era exactamente Jack, ni donde estaba ni lo que había pasado días atrás.
Salió de la cama despacio y sigilosamente se dirigió hacia la puerta, bajó las escaleras y fue a comprobar si estaba Jack en la casa, para así poder salir sin problemas de esa prisión. Cuando estuvo fuera de la casa, el frío viento la heló hasta los huesos. Victoria se dio cuenta de donde estaba exactamente, estaba en el otro extremo del bosque, el contrario a su casa.
-¿Cómo he llegado hasta aquí? - Se preguntó Victoria.- Ahora tendré que atravesar el bosque para poder llegar a mi casa - Dijo mientras entraba al bosque con mucho cuidado de hacer el menor ruido posible. Llevaba caminado más de media hora, y ya se había cansado de ver todo el rato el mismo paisaje.
De repente escuchó un ruido proveniente de la oscuridad, lo volvió a oír, pero esta vez, el ruido se parecía más a un fuerte gruñido.
Victoria se giró repentinamente para ver de qué objeto o ser provenía el sonido. De las sombras surgió un ser parecido a un enorme oso mezclado con un rinoceronte, o algo así.
Victoria quedó paralizada del miedo, no entendía nada de lo que estaba pasando, no había visto un animal así nunca. El ser se acercó lentamente mientras gruñía, Victoria trató de alejarse tan rápido como fue posible, pero las pisadas del animal eran el doble que las de ella y no servía de nada que se alejara ya que este la alcanzaría igualmente.
Siguió caminando hacia atrás, pero tropezó con una rama y cayó al suelo, el animal se alzaba imponente delante de ella apunto de tirarse encima de Victoria. De repente, una sombra cruzó por delante de ella y encaró al animal.
El ser lanzó una bola de fuego desde su cuerno, que habría impactado de lleno en la sombra, de no haber sido por qué desapareció y apareció en un lugar distinto. Victoria no podía creer lo que estaba viendo, el hecho de que un animal lance fuego o la capacidad de un humano en desaparecer y aparecer en lugares distinto.
El desconocido lanzó un rayo de luz desde la palma de su mano al susurrar unas palabras incomprensibles para Victoria. El animal cayó inconsciente al suelo, la persona que la había salvado, se dirigió hacia ella y se apartó la capucha que le cubría el rostro. Era un apuesto chico alto de la edad de Victoria, con pelo rubio y ojos verdes como esmeraldas. Vestía una camiseta azul cielo y unos pantalones vaqueros.
- ¿Qui...Quién eres tú? ¿Co...Como has hecho eso?¿Q...Qué era esa cosa?- Preguntó Victoria asustada.
- Tranquila, soy Logan. Luego te lo explicaré todo. Pero... ¿estas bien?¿estas herida?- Dijo acercándose lentamente hacia ella.
-¡No te acerques!- Chilló Victoria aún incrédula por lo que había visto.
- De acuerdo, lo entiendo. Pero ahora debes volver a la cabaña donde estabas, ese lugar es seguro.
- ¡Jamás volveré allí!- Dijo Victoria negando rotundamente.
- No es como si tuvieses otra opción.
Victoria se levantó rápidamente y en su intento de alejarse de él, cayó por un dolor en su tobillo derecho. Le dolía tanto, seguramente se habría hecho un esguince o una rotura.
- ¿Te ayudo?- Preguntó él.
Victoria comprendió que no le quedaba otra opción que ir a la cabaña de donde había huido, pero lo que no dejaría es que ese monstruo la tocase.
-¡Ni se te ocurra!¡Puedo yo sola!- Dijo ella levantándose del suelo donde se encontraba y caminando dirección a la cabaña.
-Yo te sigo- Dijo Logan detrás de ella.
Cuando llegaron a la cabaña, encontraron a Jack sentado en el sofá con cara de preocupación.
- Descansa en tu habitación- Dijo Logan yendo a reunirse con Jack.
Victoria subió las escaleras como pudo, y se tumbó en la cama donde había despertado, gruesas lagrimas recorrían sus mejillas. No entendía nada de lo que estaba pasando, pero estaba segura de que lograría sacar la información que necesitaba al siguiente día, cuando despertase de ese largo y reparador sueño.
ESTÁS LEYENDO
LA CHICA DE FUEGO
FantasíaEsta historia trata, sobre una chica de 16 años que es despreciada por su pelo, no era común en su pueblo, ya que su pelo era de color rojo como el fuego. Su carácter también la hacía diferente, ya que era una aficionada a los libros de fantasía y l...