Era una calurosa mañana de septiembre cuando le vi por primera vez, en ese momento no me llamo la atención, pero pensé " vaya hombre" Era un hombre de unos 36 años , alto, con unos brazos forjados en el Olimpo y algo que me llamo la atención, sus bermudas. Llevaba unas bermudas color camel que le apretaban bastante, eso nos hizo un favor a todas las chicas de la clase para saber que este gladiador del que hablo tenía una buena espada.
Poco recuerdo de aquellos días, solo me presentaba en clase y no prestaba mucha atención a su tableta de chocolate, siempre solía estar con mi móvil o hablando con mi compañero Sebas.
Todo cambio un día cuando de tertulia, salió el tema de que poseía un gran sable.
Me sentí genial ya que pensaba que eran solo paranoias y mías y que estaba salida, pero no, la tenía grande.
A partir de ese día le empecé a poner más atención, a cada clase le analizaba más de arriba a abajo.
Pasan las clases y el cada vez está más bueno ¿ Quién se concentra así?
Mi deseo por el cada vez iba a más y con eso las bromas y la tensión sexual que yo notaba entre el y yo.
He llegado a la conclusión, si yo le pille mirándome el escote, ¿Él me habrá pillado mirándole el paquete ? Ojalá.