Llevaba dos días de estudio y ya tenía un amigo, es un buen avance para alguien tan reservado como yo, al tercer día llegue más temprano que los días anteriores para conocer más a Ricardo, hablamos por un buen tiempo hasta que inició la clase, estábamos en la clase de biología y habían pasado quizás 5 minutos de que el maestro había iniciado con la clase cuando el vigilante de pasillo la interrumpió y llamo al profesor, el profesor salió del salón y minutos después entró diciendo:
-Jóvenes tenemos una compañera nueva así que les pido que sean amables con ella.
Segundos después que el profesor dijera esto ella entró, no más al verla mi mirada y todo mi ser se concentraron solamente en ella, era una muchacha de piel color leche con café, su cabello rizado color castaño, sus ojos café claro y de una estatura promedio baja, el corazón casi se me salía del pecho y según Ricardo los ojos me brillaban como estrellas, se presentó ante todos diciendo que su nombre era Abigaíl Alvarado o al menos sólo eso pude escuchar con atención, el maestro le designo un lugar y continuó la clase. Al salir a receso Ricardo me invitó a jugar nuevamente, pero esta vez rechace la invitación pues quería que Abigail supiera de mí, la busque casi medio receso y no la encontré, tocaron el timbre para regresar a clases y ella fue la última entrar, sin hablar con nadie, sólo entró y se sentó en su escritorio, rápidamente pensé que le pasaba lo mismo que a mí; la timidez le ganaba y por eso era tan callada, sonreí y pensé que quien mejor que yo, que era igual de tímido que ella, para hablarle, pero ni siquiera me moví de mi lugar, recibimos todas las clases del día y al escuchar el timbre de salida, rápidamente guarde mis cosas e intente caminar hacia ella para hablarle, pero justamente cuando estaba por tocarle la espalda, un nerviosismo y miedo se apodero de mí y me impidió hablarle, Ricardo se acercó y me dijo:
-Me enteré que vivimos a pocas cuadras de distancia así que ¿Qué dices si caminamos juntos?
Volví en sí y respondí:
-¡Claro, vamos!
Caminamos juntos hasta nuestras casas, durante el camino Ricardo me iba platicando sobre su vida, él era un año mayor que yo, era el hijo mayor de dos hermanos, desde siempre le había gustado mucho jugar fútbol y más de portero, años atrás había viajado con su mamá a costa rica, pues ella era originaria de allá, me contó que a los 10 años se había fracturado el brazo y un par de costillas por defender la portería, me habló todo lo que se le ocurría sobre él, me tenía tanta confianza, incluso hasta me hacía reír, pero en esos momentos yo sólo tenía una cosa en la cabeza; que iba a hacer para hablarle a Abigail. Llegamos a la puerta de su casa y dijo:
-Pato, aquí vivo yo.
Reaccione en un instante y le pregunté algo confundido:
-¿Quién es pato?
Se rio a carcajadas me tomó del hombro y me respondió:
-Como sé que vamos a ser muy buenos amigos así decidí llamarte, es que Patrick se escucha muy serio, así que tú eres pato y ve buscando un sobrenombre para mí, nos vemos mañana.
-Hasta mañana respondí. Y otro pensamiento surgió en mi mente-Yo nunca había tenido un sobre nombre, quizás este era uno de esos privilegios de tener amigos, y continúe caminando hacia mi casa, pensando en un sobre nombre para él.
Al llegar a casa le conté a mi madre que ya tenía un amigo y que se llamaba Ricardo, me sonrió y me dijo:
-¡Que aleje! Dicen que a esta edad las amistades duran para siempre así que ánimo.
Mi madre dijo algo muy cierto, pues Roca, es el sobrenombre que le puse a Ricardo, no me culpen era mi primer amigo y no sabía cómo ponerle y a él le gusto, en fin, mi madre tenía razón pues Roca y yo llevamos más de 40 años de amigos y cuando nos reunimos pareciera que aún somos aquellos jóvenes que se conocieron hace ya muchos años atrás.
Al día siguiente, fui yo quien paso tremendo a Ricardo y al salir de su casa le dije:
-¿Cómo estás Roca?
Ahora fue él quien me preguntó algo confundido:
-¿Roca?, ¿Quién es Roca?
Me reí y le dije ese es el sobrenombre que he decidido ponerte. Me vio con un rostro de satisfacción y caminamos hacia el colegio.
Al llegar mi primer acción fue ver si Abigail ya había llegado, pero por alguna razón ese día no fue a estudiar, al salir a receso Ricardo, perdón Roca me dijo que fuéramos a jugar y esta vez sin pensarlo dos veces acepte, al momento de hacer los equipos Roca y yo quedamos en el mismo y rápidamente él dijo:
-No, no, no Pato y yo no podemos estar en el mismo equipo, pues su objetivo de hoy es marcarme un gol.
Me reí y todos aceptamos, jugamos casi todo el receso y no pude anotarle ni un solo gol, tocaron el timbre para regresar a clases y cuando caminábamos hacia el salón me abrazo Y dijo:
-Tranquilo mañana quizás si puedas anotar, sólo no te rindas.
Regresamos al salón y el maestro de contabilidad empezó a dar la clase, pero esa tarde no quería saber nada de balance, ni de debe o de haber, pues en mi mente sólo estaba ese pensamiento del porque Abigail no había llegado. La jornada termino y salimos del colegio, afuera estaba la mamá de Roca esperando en el carro, Roca y su mamá se ofrecieron a llevarme a mi casa, cuando nos subimos al carro, Roca dijo:
-Mamá mira, él es Patrick.
La mamá me sonrió y dijo:
-Así que tú eres Patrick, Ricardo me ha hablado mucho de ti, es un gusto conocerte.
-El gusto es mía señora. Respondí.
Durante todo el camino fuimos conversando los tres y me entere que la madre de Roca era una famosa escritora y que ya había publicado tres libros, también me enteré que 2 años atrás el padre de Roca había fallecido, motivo de un paro cerebral, al llegar a mi casa nos despedimos y baje del carro, al entrar a mi casa salude a mi madre y le pregunté:
- Mamá ¿Por qué algunas personas te tienen mucha confianza sin saber mucho de ti?
Y ella me respondió:
-Porque esas personas ven algo especial en ti.
Toda la tarde pase pensando estas palabras que dijo mi madre, ¿qué era lo que yo tenía de especial? Si siempre he sido tan reservado con todo mundo, era la primera vez que yo tenía un amigo y cada vez me sentía más dichoso de que la vida me hubiese brindado esta oportunidad.
Al día siguiente mi padre me llevó al colegio porque le quedaba de camino a su trabajo, al llegar al salón nuevamente mi primer acción fue ver si Abigail ya había llegado y efectivamente, ella ya estaba sentada en su escritorio, como siempre en silencio, note que estaba dibujando algo en su cuaderno, no quise interrumpirla o al menos esta fue la excusa que mi miedo tomo esta vez para no hablarle, me senté en mi lugar y espere a que Roca llegar, cuando llegó lo primero que me dijo fue:
-Pensé que te había pasado algo porque no pasaste por mí para venir al colegio.
-Mi padre se ofreció a traerme hoy al colegio, salimos con prisa y no me dio chance de decirle que pasáramos por ti, respondí.
-Entiendo muy bien me respondió y continuó, no me hables de Tu, me siento raro, mejor hablamé de vos para empezar a crear más confianza entre nosotros.
El maestro de matemática llego a la clase y empezó a dar la clase, recibimos esa y todas las clases de la primera hora, salimos al receso y Roca me pidió que lo acompañara a la biblioteca del colegio para que prestará un libro, no estaba muy convencido pues mi objetivo de los recesos era intentar hablarle a Abigail, pero acepte. Cuando entramos a la biblioteca lo primero que vi fue que allí estaba Abigail leyendo un libro, rápidamente pensé-quizás este sea un mensaje del destino, de que yo también pueda tener una historia de amor como la de mis padres, que todo empezó en una biblioteca, pensé en hablarle a Abigail y me sentí inspirado, pero Roca interrumpió mi acción, diciendo que fuéramos a comprar algo de comer. Él no sabía que tenía tantas ganas de hablarle a Abigail, pues no se lo había comentado aún, cuando íbamos de camino a la cafetería del colegio le pregunté:
-Roca, ¿vos alguna vez te has sentido apoderado del miedo o de los nervios, tanto que no te deja hacer algo que querés?
-Pues para serte sincero creo que nunca me ha pasado algo así, pues siempre me ha gustado intentar cosas nuevas y lo hago sin pensarlo dos veces, pienso que así debe de ser porque si pensas muchas veces esto, la duda y el miedo por decirlo así se apoderara de vos y tus pensamientos, me respondió Roca muy seguro de sí mismo.
A mí me gustaba mucho pensar las cosas antes de hacerlas, pero este comentario de Roca me hizo entender que muchas veces es mejor intentar y ver qué pasa en vez de pensar y pensar las cosas y no hacerlas por miedo a fallar en el intento. Tocaron el timbre y volvimos al salón, estábamos en la clase de filosofía, no recuerdo exactamente de que hablaba el maestro pero levanté mi mano y dije:
-Profe usted que conoce mucho sobre el actuar y pensar de las personas respóndame una duda, ¿por qué a veces, o bueno casi siempre, tenemos miedo de intentar algo nuevo? Un silencio inmenso se apoderó el salón, pero segundos después el maestro respondió:
-Es muy buena tu pregunta Patrick y sé que muchos de ustedes también se lo han preguntado, la filosofía nos dice que el ser humano es todo un universo y que cada persona tiene una manera distinta de pensar, el miedo es una de las emociones más complejas que tiene el ser humano, pues hace dudar hasta el hombre más seguro y hace caer al hombre más fuerte, pero el miedo no es nada más que una inseguridad de la persona misma pues al no estar seguros de que nosotros podamos lograr dicha acción, el miedo se apodera de nosotros y hace que nos limitamos a muchas cosas, como lograr un sueño, hacer alguna cosa que queramos hacer, etc. y es por ello que es de vital importancia que nos conozcamos a nosotros mismos, que nos analicemos y nos amenos tal cual somos, que nos entendamos y que estemos seguros que podemos lograr cualquier cosa incluso ser dueños del mundo, si es que así lo queremos, el miedo existe en todos y cada uno de los seres humanos, pero tenemos que aprender a ganarle y saber cómo usarlo a nuestro favor. Analice cada una de las palabras que dijo el profesor y entendí que el miedo es sólo una prueba que nos pone la vida para saber si somos o no merecedores de las oportunidades que ella mima nos da.
Termino la jornada de estudio y está vez iba de camino a casa con información muy valiosa para mí, la primera era que el miedo es algo que yo mismo puedo controlar y la segunda y más importante; que Abigail iba a la biblioteca cada receso.
Íbamos caminando a casa con Roca, cuando me dijo:
-¡Ey! Te invito a cenar hoy en mi casa y de paso hacemos las tareas pendientes para mañana.
Era la primera vez que alguien me invitaba a comer a su casa y sin pensarlo acepte, fui corriendo a casa para decirle a mi madre que por esa noche cenaría en casa se Ricardo, ella aceptó sin problema alguno. Llegamos a la casa se Roca y conocí a su hermano menor, también me mostro a su mascota que era un perrito algo juguetón, me contó que días antes que su padre muriera le regaló al Dogo quien ha sido su mejor amigo desde entonces, cenamos y el plan era hacer tareas juntos, pero la noche se nos fue jugando y perdiendo el tiempo, cuando ya era muy noche me acompañó a mi casa y en el camino me pregunto que si yo sentía algo por Abigail, me sorprendió su pregunta y dije:
-¿Por qué lo dices o preguntas?
Con una risa medio burlona me dijo:
-Yo no soy un experto en el amor, pues solo he tenido un par de novias, pero sé que a una persona no le brillan los ojos sólo porque si y el primer día que llegó Abigail los ojos te brillaban y caí se te salían del rostro.
Yo casi nunca le contaba mis pensamientos o sueños a nadie, pero Roca era mi primer amigo y me tenía mucha confianza, así que decidí contarle todo, quizás el sabría cómo ayudarme a vencer mi miedo.
-En el primer instante que vi entrar a Abigail sentí algo en el pecho que nunca había sentido, el corazón me palpitaba más rápido que nunca y me sentí muy emocionado al verla, le he querido hablar, pero el miedo me ha ganado en todo momento.
Me tomo de hombro y dijo:
-Ay el amor, el amor, nos reímos y continuó, comprendo por lo que estás pasando, a mí ya me paso hace un año atrás, Abigail es muy bonita, pero eso no es motivo para que te de miedo hablarle, en mi opinión te diré que no penses tanto las cosas, hablalé, hacelo y si te da miedo, hacelo con miedo, quien quita esta pueda ser tu mejor historia y algún día se la contés a tus hijos, yo me voy que me pueden regañar, nos vemos mañana. Se marchó y entre a mi casa y tenía otro pensamiento más en la cabeza, no sé porque esto me pasaba a mí. Le conté a mi madre que la cena estuvo muy sabrosa y que la familia de Ricardo era muy amable y atenta conmigo, me abrazo, me sonrió y dijo:
-Me alegra tanto saber que has encontrado a un buen amigo, a ver cuándo tú lo invitas a comer acá en la casa.
Le desee feliz noche y me fui a mi habitación, me cambié de ropa y me acosté en mi cama viendo hacia el techo, pensando en lo que el maestro de filosofía y Roca me habían dicho, era más que claro que tenía que ganarle a mi miedo y estaba dispuesto a que al día siguiente lo iba a hacer.
A la mañana siguiente me desperté muy temprano, algo muy raro en mí, ordene mi cuarto e hice mis tareas, estaba bastante motivado, salí de mi casa hacia el colegio, pase a traer a Roca y le comenté que estaba más que dispuesto a vencer aquel miedo de hablarle a Abigail. Al llegar al colegio deje mi mochila en el escritorio y me dirigí a donde estaba Abigail, nuevamente estaba callada dibujando en su cuaderno, me acerqué y los nervios se empezaron a hacer presentes en mí, no lo dude y en menos de un cerrar y abrir de ojos las palabras ya habían salido de mi boca, mirándola a ella dije:
-¡Hola!
Fue un instante tan raro en el cual no sabía qué hacer, no sabía si me iba a responder o no, pero ella volteó la mirada hacia mí y con una sonrisa difícil de olvidar respondió:
-¡Hola!
-Me llamo Patrick, proseguí y con una risa tímida respondió:
-Ya lo sé, he escuchado tu nombre cuando los maestros pasan lista.
Ricardo me cuenta que me puse del color de un tomate.
Ella se paró de su escritorio y me dijo:
-He notado que eres algo callado y reservado, dime ¿Te costó mucho el venirme a saludar?
Me quedé mudo por un instante, no sabía qué decir o responder, recordé lo que el maestro de filosofía había dicho; hay que estar seguros de sí mismos, y mis palabras le ganaron a todo nerviosismo en mí:
-La verdad si, eres muy bonita que los nervios siembre me ganaban.
-Bueno, me alegra ver que le ganaste a los nervios, me beso y en la mejilla y continuó, me llamo Sofía Abigail Alvarado del Rosario, pero me gusta que me digan Aby.
Cada vez me sentía más seguro de mí mismo y le respondí:
-Bueno Aby déjame decirte que es un gran gusto el conocerte.
Me sonrió y el maestro de literatura interrumpió nuestra conversación, empezó la clase y pidió que cada uno nos dirigiéramos a nuestros lugares, estaba tan emocionado pues al fin me había atrevido a hablarle a aquella muchacha que me hizo sentir que el corazón se me salía del pecho el primer día que la vi, de lo emocionado que estaba el tiempo de las primera hora de clases se pasó volando, salimos a receso y rápidamente me acerqué a Aby para preguntarle si la podía acompañar en el receso, ella aceptó y nos fuimos a sentar a las bancas del campo de fútbol a platicar, me contó un poco de su vida y yo le platique sobre la mía a ella, cada cosa que me decía, cada aspecto que me contaba hacia que el parentesco entre ella y yo fuera más grande, y como ya saben cómo se ilusiona uno de joven pensé que era ella mi alma gemela, pero no era así pues días después descubrí que la vida tiene maneras tan crueles de enseñarnos que no todo es como nosotros queremos que sea.
Ella me contó que vivía con sus abuelos pues cuando ella tenía 5 años sus padres habían muerto en un accidente automovilístico, me contó que su pasión era el arte de dibujar, que cada día hacia un dibujo sobre cualquier cosa que ella creí que debía dibujar, siempre había sido algo tímida y reservada, le gustaba mucho estar sola, leer libros y que ya había tenido uno que otro amor, descubrí que era un año menor y era hija única al igual que yo. Nunca había tenido un momento tan eterno como en esa tarde al receso, no pude borrar mi sonrisa en un solo momento y cada que me contaba más de ella me gustaba más y más. El timbre para volver a clases sonó y caminamos juntos hacia el salón, al entrar se sentó y en lugar y yo me acerqué a Roca, le agradecí por du ayuda a vencer mis nervios y le conté sobre el maravilloso momento que pase al lado de Aby, recibimos la segunda hora de clases y al salir me despedí de Aby y como cada tarde caminé con Roca hacia mi casa.
Al llegar a casa estaba tan emocionado por contarle a mi padre de que era posible que yo viviera una historia de amor como la que él vivió con mi madre, pues había conocido a una muchacha muy hermosa que le gustaba estar en una biblioteca, se lo conté y muy emocionado me dijo:
-No hay nada más bonito que el amor de joven hijo mío, yo siempre estaré agradecido con la vida por ponerme en aquella biblioteca y ver a tu madre, me alegra verte tan feliz y emocionado, pero toma con calma las cosas y disfruta este momento pues recuerda; que nada es para siempre.
Y efectivamente con el pasar de los años la vida me ha enseñado de que nada es para siempre, bueno en el ámbito material, pues lo que lleva en el alma y en el corazón eso si es para siempre.
Ahora tenía un nuevo motivo por el cual ir al colegio, el primero siempre fue seguir siendo un alumno ejemplar, el segundo motivo era Roca y el tercero en su momento fue Aby.
Los días fueron pasando y yo cada vez sabía más de Aby y cada vez me gustaba más, llegue a conocer sus gustos y fascinaciones por la vida, sus sueños, sus miedos y su increíble forma de ser, nos hicimos tan amigos que se volvió tan necesaria para mi pues era parte de mi felicidad, una tarde de un fin de semana la invite a caminar al parque de Antigua, ella vivía en una aldea de la ciudad llamada San Juan del Obispo que quedaba a pocos minutos del centro, estábamos centrados platicando en una banca del parque cuando apareció Roca, nos saludamos como siempre y a pesar de estar en el mismo salón ella y él nunca se habían hablado y como ambos eran muy importantes para mi decidí presentarlos, ella siempre algo reservada y él siempre tan alegre y aventado a todo, desde esa tarde los tres nos volvimos tan buenos amigos que siempre estamos juntos, salíamos a receso, a caminar, trabajamos los tres, siempre juntos, me sentía tan afortunado de tenerlos a ambos en mi vida, pero cada día que pasaba mis sentimientos por Aby crecían más y más, ya había pasado más de miedo año y descubrí lo increíble que puede llegar a hacer la compañía de una persona en tu vida, pues Roca me enseñó a ya no ser tan tímido y yo a él ser más aplicado, como siempre mis notas eran excelentes, las Roca y Aby también, Aby nos enseñó a dibujar con el corazón a Roca y a mí y nosotros le enseñamos a jugar fútbol a ella.
Era un viernes por la tarde en que pensaba que llevaba más de 6 meses de conocer a Roca y a Aby y fue ese día, después de pensarlo mucho, que decidí confesarle mi amor a Aby y pedirle que fuera mi novia, así que al salir de estudiar antes de despedirnos le dije:
-Aby, tengo algo que contarte, ¿te parece si salimos mañana por la tarde?
-¡Claro! Me parece muy bien porque yo también tengo algo que contarte. Respondió ella muy contenta.
-Entonces nos vemos a la misma hora y en mismo lugar de siempre, agregué y nos despedimos, camino a casa no podía dejar de pensar en que era lo que ella me quería contar y me emocioné al pensar que me diría que ella estaba enamorada de mí como yo de ella, Roca me vio feliz pero pensativo y me pregunto que qué pasaba, pero decidí reservarme el comentario.
Al día siguiente nos vimos con Aby en el parque central de Antigua como era de costumbre, nos saludamos y muy ansiosa me pregunto qué era lo que quería contarle, yo estaba muy emocionado pensando que me diría lo que yo quería escuchar así que le dije que primero ella me contará lo que quería contarme y para serles sincero me hizo sentir nuevamente algo que nunca había sentido; me destrozó el corazón con las siguientes palabras:
-Desde hace tiempo somos buenos amigos y la verdad tenerte a ti y Ricardo como amigos es lo mejor que me ha pasado, pero debo confesarte que me he enamorado de Ricardo.
Era la primera vez que me pasaba algo así, no sabía qué hacer, ni que decir, pero sabía que no podía confesarle lo que sentía por ella, así que sonreí le tome la mano y respondí.
-Ricardo es el primer amigo que tengo y puedo asegurar que es mi mejor amigo, lo conozco muy bien y es una gran persona, tú tranquila que yo me encargaré que él te corresponda con el mismo amor que tú sientes por él.
Aby me abrazo y me pregunto nuevamente que era lo que yo quería contarle, no sabía qué decir pues nunca imaginé que esto pasaría, le inventé una mentira diciéndole que me inscribiría en un concurso de dibujo y quería que ella fuera mi tutora, nunca supe si me creyó, pero en ese instante me abrazo y felicito. Nos despedimos y camino a casa no dejaba de pensar en esas palabras y como mi ilusión de meses se destruyó en tan sólo un par de segundos.
No pude dormir bien esa noche, pues lo que sentía en el alma era algo realmente doloroso. Roca era un gran amigo y una persona muy alegre y sincera, Abigail era una muchacha muy hermosa y talentosa, no lo quería aceptar, pero iba a hacer todo lo posible porque ellos estuvieran juntos, pues Roca ya me había ayudado a ser feliz, ahora me tocaba a mi llenarlo de felicidad a él, aunque de eso dependiera romperme un poco más día con día el corazón.
Roca sabía lo que yo sentía por Abigail y ella nunca supo lo que yo sentía por ella. Al día siguiente tenía que continuar con mi vida así que pase a traer a Roca a su casa, camino al colegio con una emoción hipócrita le dije a Roca:
-Me enteré de algo que te alegrará la vida.
-¿Así, y que es? Pregunto.
-Abigail está enamorada de vos, así que debes aprovechar esta oportunidad que ella y la vida te dan. Le respondí
Roca se quedó en silencio por un momento y sorprendido me dijo:
-Pato esto es un error, vos estás enamorado de ella, yo no puedo corresponderle porque sos mi amigo y sé que desde el primer día que la viste entrar por la puerta del salón sentís algo por ella.
-No se puede negar lo inevitable Roca, yo me enamore de Aby, pero ella de mí no, sino de vos, ella es una hermosa muchacha y vos un gran amigo, hacen una hermosa pareja y si las dos personas más importantes en estos momentos para mí son felices yo también lo seré, vos me ayudaste a vencer mi miedo y a tener un momento de felicidad en mi vida, algo por lo que nadie además de mis padres se había esforzado, las cosas de la vida pasan porque así deben de ser, así que es el momento de que yo te ayude a ser feliz. Respondí y seguimos caminado en silencio hasta el colegio.
Al llegar ambos saludamos a Abigail como si nada hubiese pasado, los días siguientes me esforcé porque Roca y Aby estuvieran juntos y una tarde de agosto se hicieron novios.
Es increíble pero esto fue el inicio de la historia de amor de Ricardo y Abigail, años después se casaron y hasta el día de hoy son los mejores amigos que la vida me ha dado, con el pasar del tiempo fui aceptando lo que la vida y el destino habían querido pues fueron ellos quienes me dieron a mi primer amigo, es más al único y el mejor amigo que he tenido y fueron ellos quienes hicieron que viviera mi primer desamor.
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Una hermosa, pero triste historia de amor
RomanceEn la vida existen distintas historias de amor y todos vivimos una muy distinta a cualquier otra. Patrick fue fiel participe de una hermosa pero triste historia de amor.