DOS

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-A ver mis muchachos.

Decía el viejo hombre - Chen Min Hyuk - Mientras adentraba a Jimin a la casa de manera brusca. Aunque en esos momentos podía estar tratándolos "bien", para estos chicos no había figura que inspirara más miedo y odio que la del hombre regordete.

El hombre que no solo los había comprado, los había tratado como animales - Literalmente - Sino que ahora los iba a vender.

Pero Jimin solo lo odiaba por una de esas tres cosas, solo lo odiaba por como lo había tratado durante todos estos 10 años.

Ya que, aunque por el simple hecho de creerse con el derecho de apropiarse de otras personas, ya era un ser despreciable. La verdad es que la culpa - Por lo menos en su caso - De que esté en esa situación, la tenía nadie más ni nadie menos que su padre. - Padrastro, mejor dicho - El cual lo había vendido hace 10 años, por unos cuantos billetes.

Jimin honestamente no recordaba mucho de aquel hombre, solo unos ojos que inspiraban terror. Pero de lo qué no olvidaba el más mínimo detalle, es del rostro de su madre. Y aunque no lo tiene claro, quiere creer que ella no tiene nada que ver en todo lo que ha pasado con él.

Por lo menos su madre si debió amarlo. Ella debió hacerlo. Ella lo hacía.

___

- Jimin - Dijo el hombre fuertemente - Ven aquí Jimin. - Repitió azotando la puerta de su cuarto

- ¿Qué pasa? - Dijo suavemente el chico levantándose de la cama, donde segundos antes se encontraba haciendo su tarea

Jimin siempre había sido un buen chico, era educado, buen estudiante y a sus cortos 8 años su hermoso rostro resaltaba dentro de los demás niños de su edad.

Cuando su madre se casó con un hombre al que Jimin nunca había visto en su vida, trato de integrarse a esa nueva familia de la que estaba empezando a hacer parte. Pero claramente no lo estaba logrando.

- Ven - Ordenó el hombre de manera prepotente - Ahora - Esta vez empleó unos 3 tonos más fuertes que los anteriores.

Jimin a rastras se dirigió a la sala de su hogar. Estaba muy extrañado por la actual situación, nunca le habían hablado de esa forma. Ni siquiera su madre. Así que era muy chocante que un extraño lo hiciera.

Al llegar a la sala, el pequeño pudo ver una gran figura sentada en uno de los sofás.

- Jimin, te presento al señor Chen - Dijo su padrastro tomándolo del brazo - Ahora él es tu dueño- Concluyó empujando el cuerpo del menor hacia la dominante figura.

- ¿Mi.... mi qué? - Cuestionó confundido el pequeño

- Hola pequeño - Saludó Chen - Es hora de irnos - Dos hombres imponentes entraron en la habitación y tomaron a Jimin. Uno de los dos recibió una maleta por parte del padrastro de Jimin, en la cual estaban sus pertenencias.

- ¡No! - Gritó alarmado Jimin - ¡Suéltenme, déjenme! - Pataleaba y trataba de zafarse del fuerte agarre que lo mantenía cautivo, pero era prácticamente imposible. - Po pueden, no tienen derecho a hacer esto - Gritaba el pequeño mientras los hombres se habían empezado a dirigir a la puerta - ¡Quiero a mi mamá! ¿Dónde está mi mama? ¡Ella no va a permitir que esto pase!

La paciencia no era uno de los atributos de Chen y ese chico había agotado la poca que tenía. Le propinó una fuerte cachetada al muchacho para que hiciera silencio de una buena vez.

- Cállate de una maldiga vez si no quieres morir tan joven. No te conviene muchacho - Le dijo fuertemente - No te conviene hacerme enojar.

En ese momento Jimin entendió vagamente lo que estaba pasando, entendió que su vida no sería igual de ahora en adelante.

¿Y si te compro? [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora