Sinopsis

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Cuatro años antes...

Era un medio día del viernes, llegaba del colegio sin ganas ya que estas semanas las cosas han estado mal en mi familia y en la escuela. Busque la llave de mi casa en mi mochila, una vez que lo encuentro me dispongo a entrar, lo que vi adentro fue una imagen que nunca olvidare era la de un Sebastian miserable, con los ojos llenos de lagrimas y una carta en la mano. Supe que nada iba bien y que tendría que ser algo demasiado fuerte porque nunca lo había visto de aquella forma, me acerque a él lo mas lento que pude y por alguna razón no quería saber porque él estaba así o de que se trataba aquella carta...

   -Sebastian ¿Qué ocurre? – le pregunté con una sensación de miedo y preocupación muy evidente.

Al oír mi voz me miro y noté que estaba como perdido en sus pensamientos, me di cuenta que en esos ojos en lo que antes había brillo y felicidad en este momento se habían extinguido, ahora solo había decepción, dolor o quizás odio. Vi la carta la cual me extendía como respuesta a mi pregunta y con miedo la agarre pensando en lo peor, pero jamás imaginé que sería una carta de mi madre, aquella carta que hizo dar una vuelta de ciento ochenta grados a la vida de Sebastian y a la mía...

"Sebastian, esta carta es muy distintas de las miles que te he escrito... después de cinco años de matrimonio siento que esto ya no funciona, esta decisión fue muy difícil de tomarla porque estoy dejando toda una vida atrás, tu me conociste cuando yo estaba casada con el padre de Valerie, evidentemente yo era joven e inmadura sin ser capaz de elegir buenas decisiones y a raíz de eso deje ir al amor de mi vida por un hombre que no amaba realmente. Sebastian solo te un ultimo favor, cuida de Valerie y quiérela como si fuera tu propia hija porque lamento mucho en esta aventura en la que me estoy embarcando que ella no pueda venir. Gracias por cada segundo de tu amor Sebastian y lo siento por no poder corresponderte..."

Te quiere Maira.

   -Esto no es cierto – susurré una vez que pude reaccionar por ese enorme golpe emocional que había recibido, los ojos se me nublaron por las lágrimas y lo único que sentí fue los brazos de Sebastian abrazándome contra su pecho diciendo las palabras que en ese momento eran las indicadas para poder darme un aire de seguridad que necesitaba.

   -Yo te cuidare, estaré para ti siempre en las buenas y en las malas porque a partir de hoy solos somos tu y yo – dijo con una sonrisa intentando verse lo mas fuerte posible en esta situación tan desagradable por la cual pasábamos.

   - ¿Sebastian? – susurre limpiando algunas lagrimas que aun caían por sus mejillas – nunca me dejes – le dije con un gran temor de perder a la única persona que me quedaba, aunque no era mi padre biológico y lo quería como si lo fuera.

-Jamás lo haré mi pequeña princesa...

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