No era nada más que un crío molesto. ¿Verdad?
No era como si su sonrisa atrevida le gustara. ¿Verdad?
Tampoco le interesaba que visitara a sanji y le "coqueteara" a reiju. ¿Cierto?
Nada de eso importaba por que katakuri era un adulto y no podía ni debía tomarle atención a un simple mocoso de por ahí.
Era simple.
El solo era el capitán del equipo de baloncesto de la Universidad de uno de los cuatrillizos,nada más.————————————————
él estaba ahí,mirandolo de pies a cabeza. No es como si le pusiera nervioso la maldita mirada del mocoso... para nada.
Además tener a un completo desconocido sentado enfrente de él es algo normal... la gente aveces así se conocía.
Claro,si esto ocurria en algun centro comercial ¡Hasta en un restaurante!
¡¡No en su jodida y puta habitación!!
- repiteme por qué estás aquí- ordenó hablando detrás del pañuelo que siempre cuabria su boca.
El mocoso de la cicatriz sonrío luego de un suspiro.
- vengo en busca de sanji - sonrío.
- y me puedes explicar....¿Por que demonios no lo vas a buscar?- el crio sonrío de lado para luego pararse de la silla en la que estaba.
- ¿Acaso no puedo deleitar mi vista unos momentos?- el menor hizo un puchero mirando el piso - Hace mucho que no veía a alguien tan lindo como tu- y como llegó al cuarto del mayor se fue. Sin ser visto.
Katakuri no estaba seguro si debía darle una paliza por entrar a su cuarto sin permiso o dejar que le diera el maldito paro cardíaco que intentaba no tener gracias al susto.
Pero... nunca olvidaría que ese fue el "maldito" día en que conoció a ese estúpido adolecente desenfrenado y a opinión del mayor; un hormonado.