Capítulo 2

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Ya llegamos al colegio, mamá paró el auto y me bajé. Siempre los primeros días dejan unos 10 minutos de la primera hora de clases libre para adaptarnos a la nueva aula y a los nuevos compañeros, aunque a mí me daba igual en que aula y con quién quedase. Esto de la depresión tiene su lado bueno, por ejemplo; al no querer estar con nadie tengo mucho tiempo para estar conmigo mismo. Este tiempo lo he aprovechado desde pequeño para conocerme y sobre todo preguntarme algunas cosas.

Entré al aula que me asignaron, un aula normal no hay nada destacable. Y vi a mis compañeros de aula, todos se veían normales. Me senté en un lugar alejado, suelo sentarme alejado y así nadie se sienta a mi lado, y como supuse nadie se sentó conmigo.

De repente entró al aula la directora; una señora con unos lentes más anchos que su rostro la cual tenía alrededor de 60 años. Entró junto a una chica, la cual no había visto antes, seguramente era nueva.

-Buenos días, les presento a su nueva compañera -Dijo mientras miraba a la chica- su nombre es Natasha Hudson.

La profesora que estaba de turno en el aula le dijo que escogiera algún lugar vacío y se sentara.

La miré y me sorprendí, me pareció linda pero eso no fue lo que me sorprendió, caminó por el pasillo hasta que llegó al fondo del aula me miró, sonrió y luego se sentó a mi lado.

-Me llamo Natasha pero suelen decirme Nash, mucho gusto -Dijo con una cálida sonrisa.

-Soy Josh, mucho gusto.

-¿Te molesta que me siente acá? -Preguntó con un tono de preocupación.

-No tranquila, está bien -Aunque en realidad si me incomodaba la presencia de alguien más a mi lado.

-Eres agradable Josh -Respondió con la más bella sonrisa que había visto jamás.

Luego de eso no hablamos más, debíamos prestar atención a la poco útil charla de comportamiento que se daba cada año. En mi colegio suele haber un alboroto frecuente, hay un grupo de chicos que se dedican a hacer vandalismo a lo largo del año, el líder de ese grupo Scott dice que lo que hacen es una forma de "Arte", si la palabra arte abarca tomar todos las sillas de un salón y pegarlas a la pared de la oficina del director, podríamos decir que sí, es arte. Scott ocasionalmente suele molestarme por estar siempre solo, la verdad he tratado de ignorarlo siempre.

Estando en receso me alejé a comer, suelo comer solo ya que trato de no hablar tanto con la gente, sólo tengo un amigo y no estudia acá, que injusto ¿no lo creen? Bueno, injusto o no, debido a eso no había con quien pasar el tiempo de receso, que al estar solo se convierten en 10 extensos minutos los cuales, si sabes aprovecharlos, se vuelven muy agradables. Me fui a un pequeño terreno alejado de las aulas, donde están los huertos del colegio; los cuales están fuera de uso desde hace unos años, ahí hay un árbol grandísimo el cual es uno de los símbolos del colegio, aquí es donde suelo comer ya que por lo general nadie viene debido a que está apartado. Es un lugar sumamente hermoso, hay un tiempo en el que el árbol florece, es hermoso; es el lugar perfecto para conocerse uno mismo, el lugar perfecto para perderse en un mar de ideas y pensamientos.

Estaba comiendo cuando observo que se acerca alguien, la verdad me sorprendió ver a alguien más, en todo el tiempo que tenía viniendo a comer no había venido nadie además de mí. Cuando alcé la vista por completo pude ver que era Natasha, camino lentamente hacia mí y con la mayor calma y armonía que jamás había visto, y simplemente se sentó a mi lado...

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