Era un día frío, la nieve cubría toda la ciudad y en la plaza central muchos niños jugaban en la nieve, a excepción de uno, Valentín era su nombre; el pequeño niño de 10 años no le prestaba atención al resto de Infante ya que toda su atención estaba centrada en un libro de cuentos de hadas cual tenía en su mano.
La mañana transcurría con tranquilidad, siendo ignorado por todos a su alrededor o eso pensaba; cuando sintió en su espalda un suave golpe cual ignoro al igual que un par más hasta que el último, muy certero, hizo caer su libro favorito a la nieve estropeándolo por completo. Valentín al levantarlo comenzó a llorar en silencio para que nadie pudiera notarlo cuando de pronto sintió como alguien lo tomaba entre sus brasas levantándolo unos pocos centímetros del suelo.
—Lo siento, enserio disculpa...No era mi intención arruinarlo —susurró él otro niño a su oído provocando que Valentín se quedará perplejo y algo asustado. —¿estas bien? No te dañe a ti. ¿verdad?—volvió a hablar el mayor separándose un poco al notar aquella reacción en Valentín.
— sueltame... Estoy bien, sólo....se arruinó mi libro favorito
— Que bueno que no te lastime...Me preocupé mucho al verte llorar, pensé que te había hecho— el mayor dio un beso en la mejilla de Valentín cual se ruborizó levemente y no tardó en escapar del agarre.
—No hagas eso...ni siquiera te conozco— dijo Valentín al momento de voltear para ver al otro niño. Al verlo se quedó sin palabras ante aquel niño cual era bastante alto, con los ojos de dos colores distintos y con el cabello rubio platinado.
—¿Sucede algo?
— No...nada...ahora dime como te llamas o me voy — amenazó Valentín cruzándose de brazos provocando que el mayor volviese a besar su mejilla.
— Que adorable eres... Te lo diré sólo si me dejas hacer algo
—Bien...hazlo, sólo date prisa que ya debo irme—El mayor no tardó más y dio un corto beso sobre los labios de Valentín antes de irse dejando al menor completamente impactado y sumamente ruborizado.
El resto del día Valentín quedó prendado de aquel niño, simplemente no lo lograba sacar de su cabeza. Cuando ya había logrado distraerse de aquel pensamiento vio un auto estacionar en la acera de enfrente en la casa que estaba desocupada, Valentín muy curioso se quedó viendo quedando muy sonriente al ver a aquel niño bajar del auto y no tardó en salir de su casa para verlo.
—Oye tu, no me dijiste tú nombre—dijo molesto confrontando al mayor
—Me llamo Benjamín — dijo el mayor sonriendo divertido por el comportamiento de Valentín — ¿y tu?— Me llamo Valentín— sonrió tiernamente— espera un momento....¡No sabías mi nombre y me besarte!
—Me pareciste tierno
—Esa no es razón...
—Para mi si, de hecho lo volvería a hacer pero creo que no me aceptarias
—¿Cuántos años tienes?
—eh...tengo doce, pero eso no tie....— Benjamín se quedó en silencio cuando vio a Valentín dar saltitos buscando alcanzarlo —¿Qué haces?
—¿Puedes agacharte?— Benjamín asintió y se agachó recibiendo un beso en los labios de parte del pequeño Valentín que rápidamente se separó— ¿Lo hice bien?—De inmediato Benjamín asintió sonriendo.
Así paso el tiempo hasta que oscureció y no tuvieron de otra que dejar su "juego" para el día siguiente.
El paso de los días se volvía cada vez más rápido estando ambos niños juntos y cada vez aquel juego de los besos se hacía mucho más común en ellos. Hasta que llegó aquel día, el último día de vacación cuando los niños ya no corrían por las calles y si lo hacían no era por más de un par de horas.
Como cada día Valentín fue a la casa de su "mejor amigo" para jugar, pero ese día algo cambió; Benjamín actuaba muy distante lo que sólo lograba preocupar a Valentín.
— Ben...¿Estas bien?—preguntó temeroso
—si...
—Ben, por favor dime que pasa
—ya te dije que nada, Valen, creerme yo nunca te mentiría— susurro Benjamín desviando la mirada para que Valentín no logre ver sus ojos llorosos.
Casi al mismo instante Valentín comenzó a llorar abrazando al mayor quien hacía lo que podía para que las lágrimas no salieran de sus ojos.
—Valen, eres mi mejor amigo...pero no puedo contártelo
—¿P-porque?
—Sólo...ten —le entregó un sobre de colores en el que se alcanzaba a ver una carta— no la leas hasta mañana
—Esta bien— muy confundido, Valentín guardó la carta en el bolsillo de su chaqueta.
Después de aquella charla ambos niños siguieron sus típicos juegos hasta la hora en que comenzaba a oscurecer y debían volver a sus casas. Sólo que, como lo había sido en la mañana, la actitud de Benjamín era muy extraña aunque de nivel menor en comparación al momento en que se despidieron Valentín no le dio importancia y tras un beso un poco más largo de lo normal Valentín volvió a su casa.
•••
Al día siguiente, el autobús escolar había llegado a aquella calle y Valentín lo tomó esperando poder ver a Benjamín; al ver por la ventana la casa de su amigo quedó confundido al no ver el auto estacionado en la entrada y en ese instante recordó aquella carta que aún tenía en su bolsillo. Sacó la carta del sobre y en cuanto la leyó comenzó a llorar.
Valentín.-
No se como decírtelo en persona por eso escribí esto para ti. Hoy me iré de la ciudad, mis padres terminaron de acordar con quién me quedaré después del divorció, así que debo irme...espero no me olvides, yo jamás lo haré y por favor no olvides que esto no es un adiós, es un hasta luego.
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Juego de niños (Yaoi/Gay)
Short Story¿Cuanto te podría lastimar un amor infantil? Para Valentín la respuesta es demasiado, debido a un error cometido en su infancia...ese error llamado Benjamín.