Me encontraba sentada en una parada de autobús en medio de la calle,mis ojos pesaban y los sentía algo irritados, acababa de despertar si se le podía llamar así, apenas empezaba a reconocer el lugar, era cerca de mi trabajo; no era la primera vez que sucedía, al principio me preocupe porque a mis 24 años era muy joven para tener alguna enfermedad como el alzhéimer o algo parecido, además siempre estaba muy pendiente de lo que sucedía a mi alrededor debido a la hora que salía de mi trabajo tipo 5 de la madrugada en un bar, este suceso ya se había repetido cuando mucho desde hacía dos meses, días atrás había ido al médico a practicarme exámenes de sangre y de más para ver si algo iba mal en mí, pero los resultados no habían arrojado nada para que se pensara que era una enfermedad u otra cosa.
Por el contrario, la mayor parte del tiempo me sentía observaba, no estaba tranquila, era desesperante. Las veces que sucedía y empezaba a tener conciencia, aparecía sentada en la misma parada de autobús, pensé en el primer mes, que estaba siendo víctima del nuevo fenómeno de robo en Colombia, en el que por un nuevo mecanismo drogaban a las personas con una sustancia que impregnaban en los empaques de golosinas que vendían en las calles o en los buses y unas cuantas cuadras más allá de haber comprado el producto, interceptaban a las persona y le quitaban sus pertenencias, esta sustancia hacia que cuando el ladrón hablara uno hiciera todo lo que este pidiera, así ya se daban a conocer robos en las viviendas, donde no se podía culpar a nadie porque este método era muy efectivo, era como si uno le entregara las llaves de la casa porque quisiera hacerlo a un amigo y eso no era sospechoso ¿verdad? Cuando la persona despertaba como de ese trance después de unas horas, se daba cuenta que no tenía nada de sus pertenecias y sus casas prácticamente quedaban desocupadas. Pues en un principio creí que eso era lo que me estaba sucediendo, pero esas especulaciones desaparecieron porque siempre tenía mis pertenencias, mi dinero, mi celular, mis papeles, todo siempre estaba conmigo. También llegue a pensar que era víctima de tráfico de órganos porque usaban casi el mismo método, pero también quite esa teoría de mi cabeza, ya que en los exámenes no había salido nada mal y todo estaba en su lugar.
Por el contrario de todo esto, después de unos cuantos sucesos de estos mismos cuando llegaba a mi pequeño apartamento iba directo a bañarme, pues sentía mi cuerpo pegachenta, muy sudada y aún más era para mi sorpresa cuando veía mi reflejo ante el espejo el tener chupones sobre la piel de mis costillas, cerca al ombligo, en mis hombros, marcas alrededor de mis tobillos y muñecas y no era tonta ya sabía que habían abusado de mí y que no era la primera vez.
Tenía miedo de poner un pie en la calle, sentía que me perseguían, que me observaban, extrañamente tenía ese mismo olor en mi cabeza desde que había empezado todo esto, era como a especias refrescantes combinadas con el olor a ámbar que contra toda lógica de la situación me causaba paz...tranquilidad y quien estuviera haciendo esto, ni siquiera me había dejado pisar la cuadra del CAI de policía, porque cuando me daba cuenta aparecía en esa parada de autobús al otro día. No podía encerrarme tampoco, pues ¿Quién iba a darme de comer? Tenía que trabajar para mi sustento, pero hoy después de llegar al apartamento y bañarme llame a la policía, si no podía ir donde ellos pues ellos podrían perfectamente venir donde yo me encontraba.
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El comienzo, espero que disfruten.
¿ Que les parece?
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Por tu deseo
RomanceLexy Martinez es una chica hermosa, ingenua pero independiente quien ha trabajado duro para juntar dinero y empezar con sus estudios, justo cuando piensa inscribirse en la universidad es tomada por Jarek, un hombre Polaco al que no le hace falta n...