Toda la noche luego de que llegue al apartamento llore en oscuras, tenía miedo y me sentía más sola que de costumbre, pensar en los chupones en mi cuerpo y que habían abusado de mi oprimía mi pecho, el ver en el supermercado a ese hombre me había creado tanta ansiedad y aún más porque recordando su mirada me hacía pensar que lo conocía o que lo había visto y su tacto me hizo temblar al hacerme recordar mi cuerpo en el estado que estaba.
Estuve todo el día viendo programas en el televisor y cocinando, el bachiller ni se había aparecido en todo el día y supe que la policía no haría nada al respecto, apague el televisor y la luz de la pequeña sala y entre al baño para tomar una ducha y relajarme un poco, puse música en mi celular y recogí mi cabello. Escuche un ruido, me asuste y salí de la ducha, envolví mi cuerpo en una toalla y abrí la puerta despacio, me asome y vi gracias a la luz del baño que se había caído un pequeño wol de una pequeña mesa que tenía frente al televisor donde había puesto críspetas, lo alce y me dirigí hacia la cocina que estaba al lado del baño, prendí la luz y al hacerlo percibí perfectamente el mismo aroma, me gire rápido y pude observar en la encimera de la cocina una botella de vino abierta, me asuste como nunca, mi cuerpo subía y bajaba exageradamente, mi respiración era irregular y mi corazón quería salir de mi pecho.
Empecé a retroceder torpemente, pero fui rudamente jalada de la toalla y chocar contra la pared, en este momento odie no haber dejado prendida las luces. La persona habia puesto una mano en mi boca para que no gritara y la otra la había puesto en mi cintura, pego su cuerpo contra el mío para inmovilizarme, mientras yo trataba de respirar, llevo su mano desocupada hacia mi mano izquierda e hizo un camino con sus dedos desde la palma de mi mano hasta mi oído, se acercó y susurro:
- No grites, o lo lamentaras Kochaine – dijo y reconocí perfectamente esa voz
Mi cabeza daba vueltas, era él el mismo tipo del supermercado, no recordaba su nombre, pero era él, su toque, su aroma, su voz, su acento, su cuerpo y su cabello que lo había cortado dejándolo por completo bajo como rapado.
- ¿Entendiste? – pregunto llevando su mano hacia mi espalda
Con mis manos estruje la toalla que era lo único que me cubría, tenía miedo de lo que pudiera hacer, y me quede quieta. Dejo de hacer fuerza con la mano que tenía en mi boca, una vez que la destapó grité pidiendo auxilio, tratando de correr al mismo tiempo, pero él fue rápido y sujeto de mi toalla haciéndome volver de manera brutal junto a su cuerpo, abrí mis brazos para tratar el cogerme de algo debido al choque contra él, pero aprovecho para quitarme la toalla dejándome desnuda en el piso. Se movió rápido y me tomo mi cabello entre su mano haciéndome gatear hasta mi cuarto, yo sollozaba y le pedía que me soltara, su agarre era muy brusco.
Me soltó frente a la cama para luego tomar mi cuerpo entre sus brazos y lanzarme contra el colchón.
- ¡No me hagas daño por favor, dime que quieres y te lo doy!- solloce - pero por favor no me hagas daño.
- ¡Lo que quiero es a ti y nadie va a impedir que lo haga, ni siquiera tú amor! – dijo con un tono serio
Empezó a soltar su cinturón y se acercó a mí, pero empecé a golpearlo en donde podía, con mis pies también trataba de golpearlo en su miembro pero era tan fuerte que en realidad estaba haciendo poco,
- ¡Déjame! ¡déjame! – gritaba y lloraba mientras trataba de patalear
No vi en momento en el que su golpe llegó, por tratar de zafarme de su agarre pero su mano había chocado contra mi mejilla dejándolo caliente y palpitante del dolor
- ¿Te vas a callar o quieres jugar de otro modo?- dijo con los dientes apretados
Yo solo me quede quieta, mientras observaba al hombre levantarse de la cama y sacar un frasco y un pañuelo de su bolsillo trasero, se subió de nuevo sobre mí y empezó a forcejear con mis manos para dejarlas atadas a los barandales de la cama, después de eso vacío un poco de líquido en el pañuelo y lo puso sobre mi nariz, luego lo quitó, lo tiró al suelo y se abrió la bragueta de su pantalón, yo trate de decir algo pero percibí mi lengua cansada y y adormilada, ví como se posiciono frente a mí, acercó su boca a mis senos los lamió y mordió con rudeza mis pezones y grite como nunca, pero fue usolo observaba mientras él me violaba... de nuevo, sentía cada estocada y sengrito en el borde de mi inconsciencia, porque con lo que me había drogado no dejaba que pudiera mover ningún músculo y mucho menos articular palabra, hormigueaban mis piernas, veía sus movimientos en cámara lenta y no lograba entender lo que me decía, así siguió hasta que consiguió su propio placer.
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Por tu deseo
RomanceLexy Martinez es una chica hermosa, ingenua pero independiente quien ha trabajado duro para juntar dinero y empezar con sus estudios, justo cuando piensa inscribirse en la universidad es tomada por Jarek, un hombre Polaco al que no le hace falta n...