De chingadazos y confesiones sorpresa

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Mamihlapinatapai es una palabra palabra del idioma de los nativos yámanas de Tierra del Fuego, que antes nadie conocía pero que ahora se volvió popular gracias a publicaciones de Facebook sobre palabras intraducibles, que describe: Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar.

Esta bonita palabra que ahora encontramos por todo internet, describe perfectamente la situación en la que se encontraban Hiro y Miguel en esos momentos. Después de su no-cita en el parque de diversiones estaban atrapados en un constante estira y afloje. Habían comenzado a pasar más tiempo juntos; salían a comer, a explorar las calles y Hiro incluso había invitado a Miguel a patrullar con él un par de noches. De esta manera sus vidas se iban entrelazando cada vez más, no podían negar que esta cercanía era algo les provocaba una inmensa felicidad.

De haber sido personas con un poco más de inteligencia emocional se habrían dado cuenta que estaban locos el uno por el otro y hubieran iniciado una relación con relativa facilidad. Lamentablemente para ellos, no eran este tipo de personas. Por esto habían dejado pasar momentos perfectos para confesarse sus sentimientos.

Por ejemplo: el día en que se habían quedado viendo las estrellas en un parque y Hiro empezó a explicar la historia de la astronomía. Miguel había estado tan fascinado por la plática del japonés y lo bonito que se veía bajo el cielo estrellado que había estado a punto de mandar todo al carajo y besarlo en esos momentos. Lo malo fue que en su momento impulsivo calculó mal y acabaron ambos con un fuerte golpe en la cabeza que arruino el momento. Terminaron yendo con Baymax para que les atendiera la herida y la tía Cass se había reído de ellos por lo chistosos que se veían con los paquetes de verduras congeladas en sus caras.

Otro momento adecuado pudo ser durante una de las tocadas de Miguel, la cual dedicó puramente a canciones romanticas, inspirado completamente en el japonés. Para dar un ambiente acorde a las canciones habían bajado las luces del café y puesto velas en las mesas. La luz romántica había hecho que no pudieran quitarse los ojos de encima durante toda la presentación y hasta alguien ciego pudo haber visto lo que sentían uno por el otro. Hiro tuvo que usar todo su autocontrol para evitar ir hacia el cantante y plantarle un beso frente a todos. Tal vez ese hubiera sido su gran momento de no haber sido por el hecho de que ambos habían terminado demasiado nerviosos para decir algo coherente, por lo que terminaron hablando de películas de acción para evadir el tema.

Estaba claro, ninguno de los dos era demasiado hábil en esto.

El problema realmente era que les daba miedo. Miedo de no ser correspondidos, de perderse y de ya no tenerse de ninguna forma. Estaban en un precario balance que temían romper, las apuestas eran demasiado altas. Cada vez que alguno daba un paso al frente, uno de ellos se echaba para atrás.

Cada uno tenía sus propios conflictos internos. Hiro tenía poca experiencia en relaciones y no sabía cómo acercarse al mexicano para ver si el otro sentía lo mismo por él. Creía ver interés por parte de su amigo en cómo le brillaban los ojos a veces, en las sonrisas que le dirigía y en la forma que le tomaba la mano cuando salían como si fuera lo más natural del mundo. A pesar de esto le daba miedo mal interpretar todas estas señales, confesar lo que sentía y ser rechazado.

Por otro lado Miguel no estaba seguro de cómo expresarle a Hiro su interés de una manera que no lo fuera a ahuyentar. Era fácil coquetearle a alguien en una presentación y ligar a alguien que acababa de conocer. Pero Hiro era mucho más que una simple atracción, ante todo se había convertido en una de sus personas favoritas. No podía emplear con él lo que funcionaba con otros, pero no sabía otra forma de hacerlo. Pudo haber hablado con él directamente, pero estaba seguro que un acercamiento de este tipo podría resultar en que Hiro saliera corriendo.

Y yo no buscaba a nadie y te viWhere stories live. Discover now