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Había tenido un par de días buenos, pero no podía dejar de pensar en Herby y en Matteo. Más en el último, ya que antes de a verme ido hizo aquello, sus palabras aún estaban en mi cabeza;

«Hay, Luna. Me encantas.»

Es así como termine enfrente de la puerta de Matteo más temprano de lo que pensaba llegar. Tenia ansias por llegar y tener a Herb entre mis manos e irme para siempre de este edificio.

Toco la puerta lentamente y espero a que abra. Solo imploro por no encontrarlo con una chica, eso me pondría... ¿molesta?. ¿Qué me pasa con él?. Matteo es el típico chico que utiliza a las chicas solo para complacerse.

— ¿Luna? — miro hacia enfrente mirando a un Matteo con solo una toalla en su cintura. Su cabello esta mojado y goteando. — ¿Haz venido por Herby?

— Sí, ¿porqué otra cosa vendría? — él asiente y abre la puerta para dejarme pasar.

— Adelante, solo iré a ponerme algo y vengo con Herby. — asiento, comienzo a adentrarme a su hogar.

Es algo lindo, diferente a mí departamento. Tiene muebles que parecen viejos pero lindos, en la sala hay un sofa grande de color gris y unos pequeños sillones. Él se va dejándome sola, miro lamparas y cuadros de pintura cercanos.

Hay fotografías en un mueble cercano, miro las fotos con sorpresa. Es la familia de Matteo, o eso creo yo. Tomo una que fue tomada en una montaña con capaz de nieve.

— Mala noticia, Herby esta debajo de la cama durmiendo. — Matteo llega y dejó el retrato en su lugar.

— Se despertara muy tarde. — le digo, me siento abrumada mientras Matteo me sigue mirando.

¿Qué estara pensando?, me siento absorbida por su mirada, por sus ojos marrones que podrían atrapar a cualquiera. Se acerca a mi cauteloso.

— ¿Te divertiste en la playa? — pregunta estando frente de mí y tomando un mechón de mi cabello entre sus dedos.

— Fue agradable. — aunque no deje de pensar en ti.

— Eso es bueno. — dice mientras observo como sus profundos ojos miran mis labios.

Siento esa aceleración a mi corazón. Mi sangre comienza a hervir y el cuero cabelludo me pica. No entiendo esta atracción por él, no comprendo como puedo desear a un chico de mala reputación. Mujeriego, egocéntrico y guapo, demasiado.

Siento como su respiración va acercándose a mí, es en aquel momento cuando nos miramos de nuevo a los ojos. Me lleno de valor, pero Matteo se me adelanta.

— Luna, quiero preguntar ¿si tienes novio? — respiro  con dificultad, esto va a ser algo difícil de explicarle. Y más que nada no entiendo por que quiere saber de ello.

— ¿Para que, quieres saber? — susurro mirando sus labios y sintiendo lo cálido pero frío que emana su piel.

— Por que me gustaría tener una oportunidad contigo, una sola. — gracias a esas palabras mi corazón comienza a acelerarse más, las nuevas sensaciones cerca de Matteo me confunden.

— No sé, si quiero dártela. — le respondo en un susurro. Él, sin perder tiempo, acerca más su rostro al mío. — Aún, no sé, si cambiara esa patán que llevas dentro.

— Haría cualquier cosa para poder estar contigo. — mira mis ojos y después mis labios, me tienta con su mirada seductora.

Junta nustros labios en un practico movimiento, toma mi cabello con su mano y yo sólo pongo mis manos en sus hombros acercándolo más a mí. Nunca antes habia sentido esa gran necesidad de ser besada.

Me pierdo, me pierdo al sentir el tacto que tiene en mi cintura por encima de mi ropa. Doy un pequeño brinco para enredar mis piernas en su cadera. Sus manos me sostienen por el culo, mientras seguimos besándonos. Su piel hace contacto con mi ropa, siento el bulto creciente en sus pantalones. Dejo una mano tomando su cuello y la otra se derije a tomar sus rulosos y jalarlos.

Camina haciendo que terminemos sentados en el sofá, sus manos me toman por la cintura con fuerza.  Rozo mi feminidad con su sexo, haciendo que un gruñido se cuele por su boca hacia la mía. Mi respiración es irregular, cuando siento la lengua de Matteo acariciando la mía.

Mis manos bajan por su pecho desnudó, acariciando su piel con la yema de mis dedos. Esta tibio, él se remueve haciendo que, ahora yo, gruña. Su lengua no juega mas con la mía pero siento sus dientes tomando mi labio inferior.

Nos separamos.

Noto que mis manos están en el dobladillo de su pantalón rozando con mis dedos su cinturón. Mientras tanto las manos de él estan encima de mí culo, sus dedos están estendidos y es una sensación que no me desagrada pero tampoco me agrada mucho.

— ¿Eso fue un sí? — pregunta mirando primero mis labios y después mis ojos. Aquellas luces marrones se han vuelto en un color más oscuro.

— No lo sé, tal vez. — una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Me quedo disfrutando de aquella vista hasta que un ladrido de emoción me trae de vuelta a la realidad.

Miro a Herby quien para que estuviera durmiendo tiene muchas energías. Me quito de encima de Matteo y tomo a Herb entre mis manos haciendo que me pase su pequeña lengua por mi mejilla.

Escuchó ruidos de pisadas, pensando que es Matteo, quien se a parado, pero no. El ruido viene de la habitación de Matteo, creo yo. Y si, de una puerta entre abierta sale una esbeltica chica un tanto bronceada, con el cabello rubio alborotado y una camisa de Matteo puesta.

Y todas aquellas sensaciones que me había echo sentir. No solo las palabras y ese me encanta de hace unos días, si no también la sensación de mi sangre, la sensación de batido en mi estómago y el paso veloz de mi corazón, se han ido. Esa sensación de sentir que me encanta, que me gusta. La sensación perfecta del beso que acabamos de compartir.

Y recuerdo como es que Matteo tiene ese don de mandar todo a la mierda. Como hace con todas.

Soy una del montón.

La chica rubia me sonríe, miro a Matteo quien al parecer esta pálido. Trato de mantener mi cólera en raya, no quiero que piense que me afecta mucho.

— Sabes qué, ese tal vez se fue por un tubo. Gracias por cuidar a Herby, Matteo. — me doy la vuelta hacia la salida con todo y mi cachorro.

— Luna, espera... — escuchó a Matteo pero lo ultimo que quiero es otra mentira.

Azotó la puerta de su departamento, camino hacia afuera sin perder el tiempo. Por momentos pienso que tal vez Matteo pueda seguirme para aclarar las cosas, pero recuerdo que es un patán cabron y que tiene un elixir rubia en su casa, ¿porqué vendría detrás de mí?

Saliendo de su edificio, me recargo en la pared comenzando a sacar lo tanto que me afecta él, salen mis lagrimas de cólera por no darle su merecido y también de estupidez.

Matteo Balsano es un estúpido mujeriego, no tendrá algún interes por mi, solo que sea terminar en su cama.

Siento la lengua de Herby limpiando mis lágrimas y sonrió. No tengo que llorar por ese idiota, tengo que seguír siendo yo, tengo que seguir siendo la villana con él, tal y como había echo hace unos días, ver pero no tocar.

Odio a Matteo Balsano.

×××

Que sad todo, me parezco a disney ahr no :v

Me podrían ayudar a difundir esta historia a las personas que piensan que les gustara (?), si quieren obviamente.

Les deseo un lindo domingo.

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⏰ Última actualización: May 20, 2018 ⏰

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