Ya Alfred se había ido a dormir, y como David me dijo, fui a su habitación, abrí la puerta y lo vi acostado, escuchando música.
-Que querías decirme, David.-
-María, es algo muy importante, no creo que te guste..-
-Dime ya David- Dije asustada.
-Bueno, verás, mi padre es rico, y tal, y tengo que ir dos meses con él a Viena, serán dos meses eternos, pero debo irme con él. Mi futuro está en ir ahí o no. Debes entenderlo.
Una lágrima me cayó por el cachete y le dije: -David, en Viena, pf, todas son rubias, ojo azules, todas son preciosas. Te enrollarás con alguna, y te olvidarás de mi..que te vaya todo bien en Viena, y si alguna te tira los tejos, tú enrollate con ella, que sé que de mi te olvidarás.- Salí corriendo de su habitación, recogí mis cosas y salí de su casa.
No sabía a donde ir, eran las 00:30, pero tenía que salir de ahí antes de que David saliera a buscarme.
Salí corriendo sin girarme hacia atrás. Oía como David gritaba mi nombre, pero yo no era nadie para retenerle, y me fui caminando a mi casa.
Llegué a las 02:00. Miré mi móvil y tenía unas doce llamadas de él.
Pasé de todo, y decidí dormir.
Eran las ocho de la mañana y mi padre me estaba despertando. Hoy salía el avión de David con destino a Viena, y yo quería despedirme de él. Pero cuando llegué ya había salido su avión.
Empecé a correr por todo el aeropuerto, y vi a un chico igual que David, estaba de espalda, y no lo pude ver bien. Le toqué la espalda y..
¿CREES QUE ERA ÉL O SE HABÍA MARCHADO?
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