Capítulo 4

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Un beso, Grora Inconsciente y un ángel que no entendía lo que había ocurrido, esos últimos días habían sido bastante confusos para él y agregarle tal acción solo le hacía las cosas más difíciles, su cabeza era un lío.

Ahí estaban ellos, en la entrada del castillo, habían pasado unos minutos, la chica seguramente ya no despertaría hasta la mañana siguiente, solo estaba Wodahs sosteniéndola. Dudó por un momento más y decidió terminar con todo esto, era bastante tarde y necesitaba un descanzo, así que tomó a la chica en sus brazos y emprendió camino hacia las habitaciones.

Al llegar a la habitación de su compañera, la acomodó en la cama y se quedó observándola por un momento, su rostro parecía tener un efecto algo hipnotizante sobre él, como si fuese la primera vez que la veía así de indefensa, a pesar de no ser así. ¿pero qué había cambiado de aquellas otras veces? No lo sabía y tampoco tenía intenciones de averiguarlo, se negaba a la posibilidad de que algo lo distrajera de su trabajo, aún tenía mucho que hacer o almenos eso quería, pero el recuerdo de aquel beso no dejaba de interrumpir la paz de su cabeza. Aquello lo hacía sentir algo culpable.

Dió un pesado suspiro y se retiró del lugar. En lo que quedaba de noche trataría de conciliar el sueño.

[...]

Los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar poco a poco cada rincón del castillo, y con ellos, una somnolienta Grora trataba de evitarlos con las sábanas, lo que no lograba ser muy efectivo por la clara traslucidez de estas. Ni siquiera se cuestionó el por qué las cortinas no estaban cerradas, en ese momento lo más importante era el punzante dolor de cabeza que interrumpía su sueño, producto de la resaca, junto a los rayos del sol que se abrían paso por aquella ventana.

Maldiciendo en voz baja, se sentó sobre su cama y comenzó a observar a su alrededor, hasta detener su torpe vista mañanera en una pequeña bandeja junto a su cama, que sostenía un vaso de agua y pastillas para el dolor de cabeza.

–Wodahs– pensó, solo él pudo dejarlo ahí, idea que provocaba un ligero y agradable calor en su pecho, cosa que aún no quería aceptarlo totalmente.

Trató de recordar los hechos de la noche anterior, no razonaba el cómo había llegado a su habitación o siquiera cuándo había vuelto al castillo. Lo último en su memoria eran las interrogantes de Etihw antes de tomarse el contenido de la botella. Pero pensar más allá, hacía que el dolor de cabeza se intensificara, por lo que abandonó el intento y se levantó pensando en comenzar su día como siempre.

Mientras se alistaba, comenzó a razonar lo que significaba el haber vuelto al castillo ebria, seguramente junto a una Etihw en las mismas condiciones, devolviendola poco a poco a la realidad en la que se encontrara.

Le era incómodo imaginar lo que pudo haber hecho, aunque en la mayoría de las situaciones similares le decían que tras tomar mucho, simplemente caía en un profundo sueño, pero en esta ocasión tenía la ligera sospecha de que ese no sería el caso de la noche anterior. Parte de sus recuerdos yacían borrosos, aún mantenía imagenes de lo que sería una Etihw en plena celebración y luego la sensación de ser cargada por alguien, pero no lograba unir las piezas.

Decidió no seguir dándole vueltas al asunto y una vez lista, salió de la habitación en dirección a la cocina. Ya era algo tarde, pero quizá aún encontraría restos del desayuno, o almenos eso esperaba, pero al llegar no encontró alma alguna en el lugar, esperaba encontrar al chico de cabellera plateada​ ya preparando el almuerzo, pero no habían señales de siquiera hubiese despertado. Tampoco le dió mucha importancia, tomó un trozo de pan y tranquilamente caminó nuevamente hacia las habitaciones mientras saboreaba el escaso desayuno.

Toc toc – golpeó la puerta, pero no hubo respuesta.

Toc toc toc – volvió a golpear, mas no parecía que alguien fuese a responder al llamado.

¿Ángel Jefe, estás vivo? – levantó ligeramente la intensidad de su voz, sin percibir ningún sonido desde el interior. Extrañada, giró la manilla de la puerta lentamente y se adentró en el lugar, mientras volvía a llamar al ángel, pero ahora más suavemente pues al mirar solo un poco en el interior, notó que todo estaba oscuro, así que prefirió no llamar mucho la atención.

La poca luz que se filtraba por la puerta, le permitía ver sutilmente lo que la rodeaba. De tantos años de conocerlo, era la primera vez que siquiera daba una ojeada allí, pero no le llamaba mucho la atención, pues no tenía mucho más de lo que había en su propa habitación. Comenzó a inspeccionar el lugar poco a poco, buscando rastros de vida, comenzando por un ordenado escritorio, el ropero, la puerta del baño, la ventana, para finalmente posar su mirada en la cam. Se maldijo por un momento, estaba claro que estaría ahí pero a pesar de creer que no le importaba nada de lo que hubiese dentro, algo en ella le hacía querer saber más.

Se acercó a él con intención de despertarlo, estaba molesta consigo misma y quizo desquitarse molestándolo, quizá con taparle la nariz o destaparlo, eran muchas las travesuras que pasaban por su mente a medida de que se acercaba, pero al llegar a su lado todas esas ideas se desvanecieron con solo ver su rostro, centró su mirada en sus ojos cerrados y precisamente en aquellas bolsas que marcadas hacían presencia bajo sus pestañas. Supuso que la causa de eso no había sido nada más y nada menos que ella misma, por sus acciones de la noche pasada.

–ah...– dejó escapar un suave pero pesado suspiro y con una expresión molesta susurró –Ahora no te deberé nada, gracias– le dedicó una leve sonrisa y se retiró sin hacer ningún ruido, cerrando la puerta que hace instantes había sido abierta tras de sí.

Ahora no le quedaba de otra que cumplir con las responsabilidades que él no pudo hacer frente por su causa.

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Al fin! Ando algo seca de ideas pero por fin tengo algo de tiempo :') debo ordenar mis ideas... Si tienen alguna sugerencia sobre la historia, no duden en comentar~ y gracias por leer 🤗






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