1.5K 154 33
                                    

La alarma que yo no puse sonó, al abrir mis ojos veo la habitación totalmente obscura, me levanto para abrir las cortinas y dejar entrar la luz.

Veo una bolsa grande que tiene escrito en grande "Pimentel", abro la bolsa y veo demasiada ropa.

Me visto con algo decente, antes de irme agarro una bebida energética de la pequeña heladera que está a un costado de la cama.

Tomo las llaves y voy camino a la habitación de Joel.

Cuando llego lo encuentro diferente a como lo deje, tenía la venda puesta y la boca tapada.

La ropa nueva que le había dado parecía que la hubiera usado por un año.

Antes de quitarle las cosas veo pequeñas marcas en su rostro que ayer no tenía.

Lo maltrataron.

Apenas quito la venda veo sus ojos cafés enrojecidos.

— Buenos días — Quito la cinta de su boca — ¿Por qué tus ojos están rojos?

— Ellos...me rociaron con algo — Dice fregando sus ojos.

Pobre.

— ¿Quién? — Pregunto abriendo con mis dedos sus ojos para poder ver bien.

— No lo sé, era alto, usaba un gorro y tenía un raro acento.

— Charles... — Sale de mi boca el nombre de quien fue y Joel lo escucha.

— Si logro salir de aquí, juro que se pudrirá en la cárcel — Dice bajito.

Aprovecho de ver las pequeñas heridas enrojecidas que están por su rostro.

Toco cada una de ellas para ver si le duelen.

— ¿Él también te hizo esas marcas? — Mueve su cabeza de arriba a abajo indicándome un "sí" — Imbécil...

— Tengo hambre.

— Primero te baño y luego te alimento — Le empiezo a bajar el pantalón y me mira mal.

— ¿Q-qué haces? — Empieza a moverse.

— Desnudándote.

Sigo arrastrando el pantalón hasta que logro quitárselo.

Voy por la camiseta que lleva.

— No, para — Intenta de alguna manera quitar mis manos.

— Piensa que después apestarás, así que deja lavarte.

— En lo único que pienso es que vas a abusar de mí.

— No me va eso.

Se queda callado y mis manos van a las esposas que tiene en cada mano y están enganchadas en cada lado de la cama.

Quito la de su mano derecha y me que le estaba causando daño, levanto su camiseta para sacarla.

— Te las quitaré de vez en cuando para que no te hagas daño, pero lo siento ahora necesito amarrarte — Quito la de su otra mano y rápidamente la uno con la otra, logro quitar la camiseta.

Lo levanto de la cama y lo llevo hacía el baño, nos encierro en el baño.

Abro la puerta acristalada de la ducha y lo meto ahí dentro, quito sus calcetines y luego su ropa interior.

Quien diría que terminaría secuestrando personas y desnudándolas en el baño.

Abro el grifo de la ducha y nivelo el agua.

— ¿Está bien? — Dije tocando el agua.

— Sí.

Busqué el shampoo para empezar a lavar su cabello, coloqué un poco en mi mano y las llevé a su cabeza.

— ¡¿Qué clase de shampoo es ese?! — Se mueve hacía el otro lado de la ducha.

— No lo sé — Miré la etiqueta —. Head Shoulders.

— ¡Mi cabello no puede tocar esa asquerosidad!

Lo miro con enojo y lo atraigo hacía mí.

— Lo único que me interesa es que estés limpio, no tus ricitos de oro — Pongo el producto en su rizada cabellera.

Suelta gruñida que logra sacarme una sonrisa.

Me estoy esforzando en no bajar la mirada, tengo curiosidad.

Resisto mientras masajeo su cabeza, no entiendo porque soy tan suave con él.

— Iré por unas gotas que tengo, para que se te quite la irritación de los ojos — Enjuago su cabello en el agua y sigue el acondicionador.

Ahora me toca su cuerpo.

No puedo.

— Te soltaré un momento para que te laves tus...partes — Abro las esposas —. Intenta hacer algo porque te meteré un tiro en cada mano.

Con una expresión bastante extraña agarra el jabón, doy rápidamente la vuelta, muerdo mi labio nervioso, así serían las próximas semanas.

— Listo.

Lo miro otra vez y no puedo resistir más, miro su cuerpo de arriba abajo, es interesante, hasta incluso podría decir que no es desagradable, veo largas marcas rojas, sé de qué son esas marcas.

Agarro la toalla que está en el perchero y se la doy, veo como la amarra alrededor de su cintura, cierro el grifo y tomo su mano para salir de baño.

Me acerco a la bolsa de ropa y saco lo que es necesario.

Esta tan callado que me asusta.

Le doy la ropa, veo como coloca cada prenda con dificultad, me acerco a ayudarlo, pero se aleja, cuando termino agarro su cuerpo y lo llevo a la cama.

Tomo cada una de sus manos y las amarro junto a la cama.

— ¡Erick, a comer! — Escucho desde afuera.

Me levanto de la cama para salir de allí, en vez de ir al comedor voy al baño de mi habitación en busca de las gotas.

Llevo el pequeño frasco en mis manos y voy de nuevo donde Joel.

Me mira rápidamente sorprendido, no digo nada y solo voy donde él, me inclino hacia su cara abro el pequeño frasco.

— Tú... Tú no eres como ellos.

Claro que no.

Muevo mi cabeza de un lado a otro esperando que me entienda.

Con una mano agarro su cara y la acerco a mí, por si solo abre bien los ojos, acerco el frasco y deposito algunas gotas en su ojo, hago lo mismo con el otro.

Me pongo de pie con dirección a la puerta, quiero dar la vuelta y decirle algo sin ninguna razón.

— Gracias, Erick.

Aunque no logra verme, le dedico una sonrisa.

Secuestro | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora