Promesas

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Entre idas y vueltas. Una semana de revoluciones. Alegrías intensas, llantos esporádicos. La melancolía de haberse perdido tanto tiempo juntos. Él por buscar lejos lo que tenía en frente. Ella por no saber entenderlo.
Sábado a la noche. Antes, él se había ahogado en promesas que nunca había cumplido. Hoy estaba en su comedor cocinándole un pollo al horno con papas y salsa champiñon. Buscaba deleitar a su invitada preferida. Ella no lo sabía, no sabía que era su invitada preferida. En realidad, no creía que habiendo pasado tantas, ella siguiera destacando sobre las demás.

"¿Por qué espero tanto para hacer lo que quería?" Pensaba ella por dentro. Pero él la miraba, le sonreía, y los interrogantes desaparecían por arte de magia. El vino gran compañero de reencuentros sacaba a relucir toda su experiencia de cupido ocasional. Y ni hablar cuando se trataba de dos que solo se han de acobardar en el momento que hay que demostrar.

Una excusa. Sólo eso necesitaban para dejar que sus corazones jugaran como niños. No pensaron en nada, sólo bailaban al ritmo de sus canciones preferidas. Ninguno quiso pensar en el mañana, sólo disfrutaban. Ella reía, él provocaba esas risas. Ella lo miraba, él se derretía.

El amanecer los encontró en el balcón,
fundidos en un corazón.
Pero así como el sol apareció,
el hechizo de la noche se terminó.
Todos aquellos interrogantes que
gracias al alcohol se hicieron ausentes
venían a golpear la puerta,
en busca de las deudas pendientes
Por una noche fueron testigos
del mayor espejismo jamás visto.
Discusiones, gritos, llantos,
Se hicieron dueños de la escena,
Indiferencia, tristeza y un adiós
¿Sería diferente del último que los separó?

La vorágine del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora