Tercera confesión.

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Odiaba tus ojos,

esos ojos de un común 

café oscuro;

los aborrecía, 

me parecian ordinarios.

Hoy noté mi error,

no son comúnes en realidad,

son hermosos.

Amé ese tono oscuro

en el cual pude ver

mi alma reflejada,

amé que fuesen misteriosos

pero sobre todo

adoré como

se iluminan cuando hablas.

Amo tus ojos

de un común y bello

color café oscuro.

Confesiones a mi amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora