Narra Valeria.
Son las diez de la mañana y no puedo ni con mi alma. Ha sido la noche más larga de mi vida, a penas he dormido dos horas seguidas y Martín hace poco que se ha dormido, al fin.
El timbre de la puerta suena y rezo para que mi hijo no se despierte.
Rápidamente voy a abrir para evitar que vuelvan a llamar, a la vez que quiero matar al que está detrás de esa puerta.
Abro y me quedo sin saber que decir. Es Rodrigo, el pediatra de esta noche.
Valeria: ¿Cómo has sabido donde vivía? -le pregunto sin poder creer que esté aquí-
Él ríe.
Rodrigo: Buenos días a ti también.
Valeria: Buenos días -río- Pero, pasa -me quito de la puerta-
Rodrigo: Gracias -él pasa- Toma, esto es para el enfermito de la casa -me da una pequeña bolsa-
La abro y está el medicamento del niño, el que me recetó anoche.
Valeria: Pero, no hacía falta... -le digo con vergüenza- Iba a salir ahora a por ello.
Rodrigo: No es nada, acabo de salir del turno y pasé por la farmacia de camino -sonríe- Y no hace falta que me des nada -me dice cuando estoy cogiendo la cartera de la mesa para pagarle-
Valeria: Rodrigo... -insisto-
Rodrigo: No me vas a convencer -ríe- ¿Cómo está Martín? -cambia de tema y yo me rindo-
Valeria: Ahora está dormido, hace una hora que conseguí que se durmiera.
Rodrigo: Me alegro que al menos descanse algo. Ya verás como con eso que te acabo de traer en dos días ya le tienes dando guerra otra vez -ambos reímos-
Escuchamos a Vera llorar.
Valeria: Es ella la que da guerra -río-
Rodrigo: Ve a por ella, yo sólo venía a traerte esto -se va a ir pero, lo detengo-
Valeria: Quédate a desayunar -le digo- Me has traído la medicina del niño, te has preocupado por como había pasado la noche... ¿Qué menos que esto?
Rodrigo: Está bien pero, sólo porque me muero de hambre y porque estoy muerto de cansancio -ambos reímos-
Valeria: Genial, pues dame un par de minutos.
[...]
Valeria: ¿Me dirás como has conseguido mi dirección? -le pregunto riendo, mientras meto un trozo de tostada en mi boca-
Él bebe de su café y me mira.
Vera descansa en su carrito, después de haberse tomado su biberón.
Desde luego, esta niña solo come y duerme.
Rodrigo: Bueno... -se hace el pensativo- Está bien pero, con una condición.
Valeria: A ver... ¿Cuál? -suspiro frustrada-
Rodrigo: Que aceptes cenar conmigo.
Su sonrisa me hace querer aceptar pero, mi miedo me hace negarle la invitación.
Llevo casi un año sin salir con un hombre, después de Pablo no hubo nadie más. A todo eso le sumamos que soy madre soltera de mellizos y que fui stripper... Soy un partidazo, vamos.
ESTÁS LEYENDO
No Puedo Vivir Sin Ti.
FanfictionPablo y Valeria, dos personas separadas por el orgullo de él y el miedo a amar de ella. Pero, unidos por el lazo más fuerte y poderoso que existe... Sus hijos. Aparentemente se perdieron el uno al otro pero, el destino es sabio y no permitirá que de...