capítulo 2

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Han pasado ya varios días aquí en el hospital, creo que me estoy recuperando. Aunque físicamente me siento más aliviada, mi mente sigue dando vueltas debido a muchas situaciones las cuales necesito respuesta. Pero la que más me interesa saber es... ¿Quién es él?
Ya que me he mejorado, tengo planeado dejarlo entrar y dejar que me explique quién es él y por qué está conmigo.
Cambiando de tema, sigo con la preocupación de mi hija, ¿qué habrá pasado con ella? Nadie me da respuestas; y sigo en espera. Ya que lo que me he podido ganar en esta vida son enemigos y personas tratando de hacerme la vida aún más imposible, tengo en mi mente las posibilidades negativas acerca de las consecuencias de esto. Y siento la necesidad de salir ya de aquí.
Ya que me siento bien, he decidido hacerlo pasar para quitarme de una vez por todas estas dudas.
-Hola, ¿cómo seguiste?
-Hola, he mejorado. Gracias por preguntar.
-Por favor dime, ¿te acuerdas de mí?
-A eso quiero ir... ¿Quién eres tú?
-Soy el papá de tu hija, en este momento todo lo que tienes.
Hemos tenido que luchar ambos durante todo este tiempo para poder sobrevivir y darle lo mejor a nuestra hija.
Ya que has tenido un terrible accidente en todo este tiempo he tenido que lidiar con ella yo sólo, y no es fácil hacerlo sin ti. Al parecer tu prima simplemente intenta hacernos la vida imposible.
-¿Mi prima?
-Sí, puesto que ella no nos ha querido ver juntos nunca, trata de que nuestra vida sea un caos. Sólo disfrutaba en los momentos en los que estabas sola y triste.
Me alegro que haya podido yo alegrarte unos momentos a tu lado junto con nuestra hija.
-Es horrible. No lo puedo creer.
Para mí es frustrante no recordarte; porque sólo me puedo acordar de mi hija, supongo que es porque es parte de mí.
-Es doloroso para mí también, créelo.
Pero lo último que haré será rendirme, perderte es lo último que quiero en esta vida. Te amo.
-Gracias. Al parecer has sido lo mejor que he podido tener hasta ahora.
-Sé que podemos luchar para seguir. Has sido la persona que en verdad me mostró qué es el amor y me negaré a que eso quede en vano.
-Es un poco tarde, creo que ambos estamos cansados. Deberíamos recuperar energías.
-Tienes razón, te prometo que mañana vendré y con una grata sorpresa para ti.
Después de tener esa consoladora charla con él, se fue para dejarme descansar; y no sin darme antes un beso en la frente como acostumbraba. O al menos eso me dijo.
Al día siguiente cuando me levanté y después de comer ahí estaba él, pero ya no estaba sólo.
No pude contener mis lágrimas de felicidad, ahí estaban las personas más importantes en mi vida; mi hija y su padre quien habría luchado por las dos. Saqué las fuerzas de donde no las tenía para poder pararme e ir hacia ellos. Me ha vuelto el alma al cuerpo.

Memoria ImborrableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora