capítulo 4

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Jueves 25 de Junio 2009

Han pasado dos meses desde que decidí plasmar mis memorias y situaciones en estos escritos, he encontrado a través de este método poder desahogarme y seguir adelante. Después de los momentos por los que pasé he logrado recuperarme junto con la única persona que realmente me apoyó y mi hija, hemos avanzado a pesar de las adversidades que enfrentamos.

En esta ciudad en la que nos encontramos ha sido muy difícil sobrellevar las cosas; tuve que salir de Hawkings, el pequeño pueblo donde vivía con mi familia en Estados Unidos infelizmente. Quise transformar mi vida y empezar de nuevo para así poder alcanzar la felicidad que siempre quise, aún así no ha sido nada fácil. San Diego ha sido una ciudad la cual hemos podido sobrellevar, todo aquí es totalmente normal y el sistema de trabajo que tenemos ha sido flexible para que nosotros tengamos tiempo que dedicar en familia y descansar.
Todo se ha llevado con normalidad y como una rutina, pero no todo puede ser perfecto. Es verdad que no hemos olvidado y por eso nos hemos tenido que acostumbrar a vivir con pensamientos y remordimientos del pasado. Pero lo que es importante es que cada vez nos esforzamos más en realizar nuevas experiencias y buscar nuevas memorias las cuales nos ayuden a centrarnos en otras cosas y olvidar en cierta manera malos momentos del pasado por el cual hemos vivido.

Es verdad que no hemos vivido totalmente felices y que no tenemos una vida perfecta, pero cada vez tenemos más proyecciones en nuestras vidas las cuales nos motivan a seguir y mejorar en lo que hacemos.
Lo que ahora nos importa es tratar de dar un buen futuro a nuestra pequeña, que por supuesto amamos con todo nuestro ser y esperamos que tenga una vida diferente. Es por esto que nosotros nos esforzamos en trabajar para conseguir el dinero a pesar de que el trabajo que tengamos no sea el que siempre quisimos y de cierta manera se vuelva rutinario para nuestra familia.

Cierta mañana, cuando dejé a mi pequeña en la escuela y me devolví a la casa a realizar mis quehaceres, había una nota en el correo. Fué raro, ya que por el momento no estábamos esperando nada en concreto. La nota era anónima, y lo que decía un poco maquiavélico; me asusté.

Al final del día cuando ya llegó mi familia decidí contarle lo pasado al padre de mi hija, y dijo estar seguro de saber quién es la persona anónima que escribió la nota. La nota decía:

-"Lamento mucho lo pasado, ustedes se ven bastante felices.
Ah, pero no me refiero al accidente, juro que en la próxima ya no habrá salvación."

Estaba aterrada. Él decía que cuando yo estaba en el hospital recibió unas cartas, las cuales decían que sólo me querían ver muerta para poder tener el camino libre hacia él. Sólo podía pensar en que esta pesadilla no iba a acabar nunca, que nosotros a pesar de lo que hiciéramos llegarían aquellas personas que con sus maquinaciones nos querían acabar.

Tocaron la puerta...

Memoria ImborrableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora