Hajime nunca estuvo interesado en el amor, pero vaya que el amor sí que estaba interesado en él.
Desde temprana edad él se dedico a lo único que lo a mantenido bajo un techo, comer sus cinco comidas al día, poder comprar lo necesario para sobrevivir a este juego llamado vida; su estudio y ahora trabajo.
A pesar de que ser un guardia de cárcel no era su primera opción de trabajo, resulto ser la vocación que más le sentó de cierto forma un bien a su vida aburrida. Dedico años de preparación para poder desempeñarse en aquel estricto trabajo, como resultado, hoy en día era el mejor supervisor de la prisión más estricta en todo el mundo, Nanba; una impenetrable cárcel donde dicen que quien entre no podrá salir jamás ni aún siendo el mejor escapista en la faz de la tierra. Año tras año trataba con peculiares reclusas que en su tiempo no eran la gran cosa, encargase de niños problemáticos era su especialidad, con una simple mirada podía intimidar hasta al ultimo ser en el universo, su fuerza era sobre humana y su trabajo simplemente impecable. Hasta que ellos llegaron, cuatro mocosos que le hicieron la vida añicos desde que pusieron un pie en Nanba.
Rock... Era el mayor de los cuatro, quien a sus diecinueve años ya se encontraba desperdiciando su futura vida en aquella cárcel.
-.. Vaya sí que los adolescentes hoy en día son más idiotas..- fue lo único que se digno a decir aquel hombre de veintinueve años, más se preguntaba ¿cómo es que los jóvenes de esa época podían caer tan bajo para llegar a estos extremos?
Leer su hoja de datos fue lo más tonto que a tenido que hacer en toda su vida y una ofensa para cualquier otro reclusa que a estado en aquella prisión. La afición del número 69 eran las peleas, pero la acción que lo llevo a fugarse y tener problemas en sus antiguas celdas era la comida, escapaba de las prisiones porque la comida no era lo suficientemente buena para él.
-.. Maldito hijo de..- suspiro con pesadez y prosiguió a leer el resto de documentos sobre los nuevos.
Uno... Era el segundo de mayor edad entre los cuatro, con dieciocho años también se encontraba desperdiciado su vida tras las rejas. Su afición eran las apuestas, pero de igual forma que el contrario era otra la razón de sus constantes fugas..
- TENER CITAS CON CHICAS?!!!..- era el colmo, en verdad el numero 11 escapa de todas las prisiones por ello?!
Nico.. Era el menor de todos, dieciséis años, abandonado en las calles de los estados unidos, usado como conejillo de indias para experimentación con drogas. Una vida totalmente difícil, su afición son las animaciones japonesas y su miedo las agujas.
-.. Al menos escapaba por razones entendibles..- El número 25 escapo de diversos lugares por la mala medicación que se le daba.
Jyugo.. El segundo menor de los cuatro, también con dieciséis años pero a diferencis del resto él ya habitaba en las prisiones desde que era un niño debido a que su padre también se encontraba detrás de las rejas. Tiene unos raros grilletes que no han podido quitarle, según su testimonio se las pusieron mientras dormía, su oficio es escapar de las prisiones, no se sabe nada más de él.
-.....- El supervisor no sabía que decir a cerca del reclusa 15 pero aún así no bajaría la guardia ante él.
- Dos estadounidenses, un inglés y un japonés, casi menores de edad en su mayoría, sin ningún delito mayor que el de fuga, con escasa información, sus parientes ya fueron informados sobre su nueva estadia en Nanba.. O al menos a los dos mayores de edad, los menores no cuentan con familia a excepción de que el padre del numero quince se encuentra también en Nanba..-
[🌸🌸🌸]
A pasado tiempo de ello.
Desde entonces el edificio 13 no es el mismo.
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[Supervisor 13 .- Hajime s.]
FanfictionHajime nunca estuvo interesado en el amor, pero el amor sí estaba interesado en él. El supervisor del edificio numero trece era un desinteresado por el tema del amor, lo único en lo que se esmeraba era su trabajo, siempre fue lo principal en su vid...