Final: A veces el aferrarse es peor que el dejar ir

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Esta novela esta dedicada para mis amigas quienes me ayudan de todo corazon muchas gracias chicas MalfoyBlack6, annydiangelo, VioletaMirandaCastro y AndromedaJackson_.

A mi desaparecida amiga Sandsoul1992 ya no te desaparezcas tanto espero la disfrutes, a mi resucitada amiga JackieMalfoy ya era hora que aparecieras y a mi mejor amiga y no podía faltar el resto de mi grupo de acosadas favoritas gracias por permitirme estar en su vida ustedes saben quienes son.

Por supuesto también a mi gran editor evan2332nave quien me hace favor de que la historia sea la mejor gracias mejor amigo.

Draco apareció con su semblante sereno, su mirada fría pero sus ojos estaban rojos, sabía lo que tenia que hacer para no dañarla más de lo que ya lo había hecho , esta vez no la abrazó pues no se sentía lo suficientemente fuerte para hacerlo, y menos sabiendo que la dejaría ir, se sentó en una banca llevándose  las manos a su cara mientras su corazón se rompía en mil pedazos y sus ojos derramaban unas cuantas lágrimas más mientras su cuerpo convulsionaba por el llanto contenido, una parte de él prefería ser el mismo perro egoísta de siempre y aferrarse a ella... Pero sabía que eso solo la lastimaría más, Hermione no pudo hablar tan solo se sentó y reconfortándolo pasando una mano por su espalda sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas sin ser derramadas sabiendo lo que había decidido ¿Por qué la vida era tan cruel con ellos dos que no podían quedarse juntos de una vez? o mas bien para ella la pregunta correcta era ¿Cómo pudo ser tan estúpida como para no darse cuenta antes de las cosas y vencer sus escrúpulos y sus creencias para ser feliz con él mandando al demonio a Ronald? Lo abrazó en silencio notando que Draco se aferraba a ella como un niño pequeño mientras ambos ya sin poder más comenzaron a llorar de dolor verdadero porque sabían de antemano lo que pasaría ¡Estúpida vida! ¡Estúpidas creencias de pureza de sangre! ¡Estúpido Lucius y sus malas enseñanzas y Ronald por el afán de separarlos! pero sobretodo
 ¡Estúpido, máldito Voldemort sin nariz, cabeza de bola mágica y olor a perro muerto por todo lo que ocasionó sus locuras! 

Draco Lucius Malfoy  se aferró por última vez al olor de su amada, cerró los ojos y se grabó el olor a vainilla que ella desprendía, hundió su nariz en su cabello y besó su suave piel mientras sentía como su cuerpo se estremecía ante eso, sonrió y se separó acariciando su indomable cabello mirando sus ojos sin encontrar las palabras aún para despedirse, tragó saliva intentando mover el nudo que estorbaba y que le impedía hablar, se levantó temblando y la miró fijamente por un segundo sin emitir sonido alguno, después suspiró poniéndose de rodillas tomando sus manos y mirándolas mientras las acariciaba y las besaba sentándose de nuevo.

 Hasta que agarró las fuerzas suficientes para hacerlo sin mirarla a los ojos — Durante toda mi vida nunca pude hacer lo que yo quería, siempre fui para mi padre un lienzo donde podía plasmar sus ideas, un molde que podía amoldar en la forma que sea o mejor aún un títere que podía manejar a su antojo hasta el final de sus días, la única que parecía comprenderme era mi madre... Sabía de antemano que con ella podía contar desde el mismo día que nací, contaba con ella para defenderme o protegerme tanto de las maldiciones, los golpes y los insultos de mi padre y de mi tía la loca  — Hermione sonrió conteniendo una risa ante esto, sin fijarse en eso Draco continuó — Como de las tormentas cuando tan solo era un niño — Se levantó nervioso y con las manos en las caderas continuó mirando un punto fijo evitando sus ojos caramelos — La única persona que podía consolarme cuando lo necesitaba y por la única por la que podía dar todo y el único motivo por el cual me convertí en mortífago con tal de protegerla — Y entonces la miró fijamente robándole el aliento — Hasta que llegaste tu Granger — Avanzó y volvió a tomar sus manos sin dejar de mirarla y sonreírle — Gracias a tu cabello de estropajo alborotado, a tus dientes de castor, a tus ojos caramelo, a tu olor a vainilla, a tu terquedad digna de una Gryffindor, a tu ceño fruncido, a tu afán por siempre tener la razón y no bajar la mirada con los insultos y amenazas que se te daba — Sonrió mientras se sentaba sin dejar de tomar sus manos — Tu con tu mente brillante siendo después de Rowena Ravenclaw la chica más inteligente de todo Hogwarts — Hermione ya soltaba lágrimas las cuales Draco secaba — Tú que con cada gesto, cada sonrisa y cada mirada dirigida a mí me conquistabas cada vez más metiéndote en mí mente y corazón mientras que mis creencias sobre la superioridad y sobre la pureza de la sangre se fueron derribando desde que te vi en ese sexy vestido en el baile de navidad en cuarto grado — Hermione se ruborizó.

Puede ser... Otra vida para nosotros, GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora