A la antigua

766 54 16
                                    

Contenido: Todo el público.

Contenido: Todo el público

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Stiles, no lo hagas. Regresa al auto ahora mismo.— Pese a las súplicas de su amigo, el otro chico bajó su guitarra del cofre con movimientos torpes.

— Vete a casa, Scott, esto es algo que debo resolver yo solo.— Dice Stiles, con las palabras enredadas, puesto que estaba demasiado ebrio para decir algo coherente, o pensar de manera racional para no hacer estupideces.

Justo como la que estaba a punto de hacer.

Más sin embargo, y tomando en cuenta su estado de ebriedad, Stiles tomó camino hacia la vereda. En más de una ocasión se tropezó con alguna piedra en el camino, pero aún ebrio, caminaba con determinación hacia el lugar en concreto al que quería ir.

— Vamos Stiles. Son las 3 de la mañana, probablemente esté dormida y su padre te matará cuando te vea. No lo hagas Stiles...— Dice Scott tratando de llegar hasta él, pero también tenía unas cuantas copas encima, así que era difícil tener que cuidar su propio trasero y el de su otro acompañante.

Como odiaba ser el amigo responsable.

Aunque tiene en cuenta que se lo debe a Stiles. Él aún recuerda cuando tuvo su primera ruptura amorosa y el pelinegro estuvo para él apoyándolo en su casa viendo un maratón de Star Wars, pizza y un par de cervezas. Entonces como el buen amigo que debía ser, aceptó ir a un bar con el chico destrozado, donde había tratado de quitar sus penas con alcohol, cantando canciones rancheras mexicanas, de un tal Chente Fernández, o algo así. No sabía siquiera que su amigo hablara tan bien el español, y se sorprendió aún más cuando se subió a la mesa y gritaba a todo pulmón la letra de la canción y el nombre de su amada.

“Tal vez lloré, o tal vez reí, o tal vez gané, ¡O tal vez te perdí Malia! Que si lloré tambieeeeen ¡amé! Puedo seguir hasta el final... ¡A MÍ MANERAAAAAA! AY NO MI COYOTITA ¡TE AMOOOOO!”

Recuerda también como los meseros empezaron a molestarse por los gritos de su amigo y tuvieron que abandonar el lugar.
No conforme, el pelinegro había decidido recuperar a su chica dirigiéndose a su hogar. No sabe exactamente porqué habían terminado, se les veía tan felices juntos. Pero sin embargo Stiles llegó a su casa ese viernes por la noche, diciéndole que necesitaba un par de tragos urgentemente para olvidar a cierta castaña, puesto que según sus palabras, lo suyo había terminado para siempre, y todo por una hamburguesa involucrada y el mal humor de su chica coyote.

— ¡Shhh! — su amigo, como buen borracho, le habla a una maceta con la que había tropezado, para luego tropezar con otro y con otra. Carajo ¿Cuántas macetas tiene esta familia?

Stiles va rodeando con cuidado la casa de su amada con la guitarra en mano y una bolsa de McDonald's en la otra.

Se paró frente a su ventana, y como había visto en una película de adolescentes, comenzó a tocar la guitarra.

Our One Shot (Stalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora