Capitulo.3 La verdad

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Fátima, al sentir esto, entro en pánico, intento poner todos sus sentidos en alerta y no aparentar asustada, pero esto era imposible, le temblaba todo el cuerpo, hasta el más mínimo músculo. Tenía miedo, mucho miedo, pensó en su familia, su padre, su madre y demás familiares, no quería estar ahí, pero en unos instantes escucho una voz conocida, muy conocida.

-Suéltenla! Ella no tiene que ver nada con esto! HIJOS DE PUT*! – Dijo un hombre cerca pero a la vez lejos

-Por no darnos la plata, ahora nos quedaremos con tu preciosa hija – Cuando dijo eso el hombre que la tenia atada le saco la venda de los ojos y me le dio a ver a su padre, atado en una silla con una pistola en la cabeza.

-PAPA!- Quiso decir Fátima pero no podía por la mordaza en la boca y empezó a llorar porque pensaba en lo peor, en que mataran a su padre, eso seria lo peor, su vida sin su padre no volverá a ser la misma, jamás

-Perdóname mi amor…-Dijo el padre de la joven llorando, esperando lo peor.

Luego de eso el maleante que tenia el arma apuntando al señor jalo el gatillo y le traspaso la bala por la cabeza, dejando salpicaduras de sangre por todos lados.

Fátima estaba llorando como nunca, no podía creer esto, que su padre había sigo baleado en frente de ella, ya no le importaba nada, su padre era lo mejor que tenia, en ese momento sintió que moría, sentía que las piernas no le daban mas los músculos y callo rendida en el piso desmayada.

Los delincuentes la dejaron en el piso, le sacaron la mordaza y salieron de esa casita en el medio del bosque.

Muchas horas mas tarde unos policías que andaban merodeando por el bosque vieron la casa con la luz prendida, al entrar vieron el horror del cadáver del padre de Fátima y a la chica desmayada en el piso, pidieron refuerzos. La ambulancia llego muy rápido para estar en el medio de la nada.

Fátima empezó a abrir los ojos, ya en la camilla se preguntaba donde estaba, y que le había pasado, un enfermero cerca de ella le dijo:

-Ya estas en buenas manos- dijo poniéndole la mascara de oxigeno.

Luego de esto la joven se durmió.

Al despertar, estaba al lado suyo su madre, Almudena, esperando a que despierte su hermosa niña, al ver esto, salto a ella abrasándola y dándole besos en la cara diciendo ‘Gracias a dios’ y estaba un poco débil Fátima y le dolían algunas partes del cuerpo.

A los 5 minutos entro el doctor, la reviso y dijo que todo funcionaba muy bien y que si se sentía mejor a la tarde le daban el alta.

Cuando el doctor se fue Fátima le pregunto a su madre con lágrimas en los ojos

-Mama, ¿Qué paso con papa? ¿Por qué lo asesinaron?-dijo rompiendo en llanto llorando en el hombro de su madre, y esta también comenzó a llorar.

-Es una larga historia mi amor, pero te la contare- dijo alejando a su hija y secándose las lagrimas.

Rosa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora