"...Era como una guerra entre tu sonrisa de enamorado y tus encantos de chico malo y yo me rendía como un tonto..."
Un año atrás...
Esa pequeña espina que seguía atrapada en la garganta de Yuta desde hace varios días, su mente le exigía a gritos preguntar muchas incertidumbres que atacaban su mente como una nube de tormenta. ¿Por qué el debe ser paciente? A Yuta le gusta la calma y el silencio, pero últimamente quien siempre le dio amor y tranquilidad era la causa de sus amarguras e irritaciones, ¡Por favor Lee Taeyong hasta cuando vas a parar con las lagrimas!
Aquella era la cuarta vez en la semana que sucedía la misma situación. Él sentado en posición india sobre el frío suelo de madera en una esquina de la habitación de su novio ¿o ese manojo de lágrimas que deambula? Yuta desconoce al chico que ve recostado en la cama, distraído en perder su vista en el blanco color del techo de aquel departamento sacudiendo sus pies de un lado a otro al compás de la sutil forma que las lágrimas corren por sus mejillas y para el colmo de Nakamoto ni siquiera tenía la oportunidad de acercarse ni 3 metros al que en ese tiempo era de cabello grisáceo. ¿Motivo? Las lágrimas aumentaban con la proximidad del japonés a su novio.
—¿Estás mejor amor? — Después de tres largas horas y un buen dolor en el trasero aquel de cabellos castaños se digno a dirigir su atención a un muy sensible Taeyong.—No tengo idea de como sentirme, quiero decir nunca es suficiente ¿Cuánto tengo que hacerlo para que dejen de caer por mis mejillas? — dando más que la espalda a su novio, el de cabellos grises limpio sus lágrimas antes de esconderse entre las sábanas con audibles quejas en son de lloriqueos llenando la habitación.
Aquel chico de largos mechones que cubren sus ojos solo se dedicó a suspirar más de cinco veces quizá. Se armo de valor colocándose de pie arrastrando cada paso lleno de temor y más dudas acerca de todo lo sucedido. Hunde un lateral del colchón con su cuerpo, se mantiene sentado en silencio varios minutos mientras abraza a su novio por la cintura - ¿Quieres que todo termine? ¿Ya paso una semana, cuánto más Lee?¿No crees que yo debería ser quién llora? - las palabras del japonés escapaban frías como el invierno de sus labios, se negaba a emanar tristeza por quien no merece sus sentimientos.
— Fui claro ese día Yuta, esto se termino hace mucho y tu lo has visto con tus propios ojos — las palabras eran ahogadas y repletas de sonidos indescifrables, respiraciones entrecortadas más notorias lágrimas que se colaban entre los labios del mayor cada que abría los labios.
—¿Entonces por qué estás llorando con tanto dolor y arrepentimiento si ya nada importa? Vamos Lee habla de una buena vez.Las palabras en tono altanero pero emitidas con tranquilidad eran crueles pero exigían respuesta llenas de paciencia y arrepentimiento. La única respuesta que sucedió en aquel instante fue un chico escapando de su refugio imaginario hecho de sábanas, más enérgico que antes y menos racional cabe mencionar. Concentrado en enredar sus brazos alrededor del cuello del menor el chico de cabellos grises se dedica a fusionar sus labios con los del contrario quien no dudo ni un instante en corresponder a tal arrebato de situación a pesar de estar consiente que no era la mejor a la hora de estar lleno de dudas acerca de lo que ellos llaman relación o así era hasta hace una semana.
—Basta Taeyong, necesito que hablemos lo que está sucediendo... -—entre irregularidades en la respiración del japonés este intentaba separarse de la tentación que estaba literalmente sobre su regazo dando color con sus labios sobre la piel del extranjero; de empujones o tirones el joven Nakamoto no reacciono hasta que la sensación humedad llego a su piel, estaba recostado entre las sábanas en las cuales el apuesto de mechones grises había sepultado sus culpas.
Por otro lado el mayor de ambos se mantenía con la mente en blanco, repleto de fuertes deseos de olvidar toda posibilidad de perder a su amado. ¿Era la forma correcta de asegurar su relación? ¿Qué es lo más importante, lo físico o lo emocional? El apuesto grisáceo trabajaba en piloto automático, despojando ciegamente de un par de prendas al japonés a la vez su propio vestuario, era imposible detenerse cuando haces todo lo que deseas y mucho más, pero una fuerte alarma taladro en la mente del castaño al instante que la tela de mezclilla se deslizaba bajando por sus muslos de paso en su piernas descubriendo sus piel hasta las rodillas, mas ebrio de deseo que consiente de aquello que es correcto o no de un tentativo empujón el japones alejo de su regazo al de grises cabellos de una buena vez por todas. Simplemente se coloco de pie dejando sus prendas en orden miro de reojo a su en teoría pareja quien se encontraba tomando asiento en la esquina de la habitación frente al espejo peinando su perfectamente ordenado cabello como gesto de evitar entablar conversación. Él menor puso sus ojos en blanco bastante cabreado por toda aquella situación tan contradictoria estaba al borde de rebalsar el deseo de mandar a la mierda todo.— ¿Te piensas ir? — el joven coreano hacia pequeños pucheros desganado mientras frotaba sus manos contra sus somnolientos ojos denotativos en querer tomar una buena siesta, Yuta no paraba de auto otorgarse bofetadas mentales, a pesar de toda la maldita mierda de problemas causadas por el mayor el japonés nunca cesa su amor por aquel chico; deseaba correr a envolverlo entre sus brazos hasta dejarlo dormido entre varias sábanas mientras lo llenaba de besos por toda la piel que lograra descubrir — Yuyu te extraño.
Un enorme suspiro escapa de los labios de Yuta encogiendo sus hombros a pasos arrastrados se acerca por detrás acomodando sus brazos alrededor de la cintura del mayor, apoya su rostro en los anchos hombros del otro y se dedica a besar la piel ajena al mismo tiempo que mira con detalle el reflejo de ambos frente al espejo. — ¿Porqué lo hiciste? Dime la verdad Lee te conozco, si hablas con toda la honestidad con la que siempre nos hemos tratado nada pasara.
— Yuta..yo..ehh-verás es má..s complicado de lo que parece — las mejillas del mayor se pintaban carmesí bajando la mirada a sus manos que inesperadamente estaban entrelazadas a las de Yuta ¿En qué momento las tomo? No tiene conciencia.
— Te lo pondré mas fácil, dime la verdad y seguiremos juntos. Te amo, tu lo sabes perfectamente.
— Ese es el problema guapo. Tu me amas pero yo no te amo más a ti lo nuestro murió hace mucho.
Silencio sepulcral es con que se podría comparar aquel momento tan desagradable, el cabello de Yuta que comenzaba a crecer de a poco cubrió sus demostrativos ojos Lee Taeyong solo logro apreciar aquella bella sonrisa que su atractivo chico le dedico por a menos tres segundos. Solo diviso toda la escena a través del espejo el japones le dio como cuatro vueltas a la habitación antes de tomar la decisión de abrir la puerta e irse; la verdad lo único que hizo el joven es darle tiempo a su ex pareja para que reconsiderara su propuesta, se arrepintiera y aceptará todo como corresponde, pero no fue así.
— Cuando tomes la decisión de hablarme con la verdad búscame, de lo contrario por favor aléjate de mi ¿Quieres?
Dicen que el silencio otorga en ese justo instante Lee tomo la decisión de otorgar su mejor mentira a su actual ex novio, sabía que su amado chico no le daría espacio, no lo dejaría solo por el simple hecho de que lo amaba. Pero Taeyong estaba consciente todo se le sería perdonado excepto mentir, esa era exactamente la decisión tomada, mentir lo separaría de Yuta. Seria libre de terminar todo para crear el verdadero inicio de un "nosotros"
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CURTAIN CALL. Yutae
Fiksi PenggemarYuta esta dispuesto a seguir su vida superando su ruptura con Taeyong, pero este último no tiene planes de renunciar al chico que dice amar; aunque obtener el perdón de una persona nunca es tan fácil como lo planeas. "Este es el fin de nuestra re...