Prólogo.

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    La oscuridad, y la petulante nigromancia sombría serán, son, y habían sido por toda la eternidad confidentes arteras.

     Canalizando a la destrucción de cada una. 

    Gratitud y lealtad le había jurado.

    La ignorancia, sin embargo, fue por mucho vencedora en la búsqueda contraproducente del significado nocivo profundo, agrietada en aquellas palabras expresadas como un tumulto de aire sugiriendo al  propio escabullido de la terquedad ingrata, cuando la bondad era manantial del alma purificada y tierna en las ocasiones de la castidad. 

    La mujer no era de confiar.

    La mujer no era buena.

   No contaría los momentos encadenados a un propósito con el mismo ciclo de no mirar atrás, la engatusada concurrencia de la magistral opresión causante del delirio consentido.

    Nunca.

   Derrumbo a sus brazos, y el deseo de abalanzar la olor, la caricia, su pecado, la frenesí, al abismo jamás sería algo connatural para tenerlo siquiera en cuenta.

    Porque...

    Trepar al engaño...

    Tampoco era lo sensato.

"No difieras con tu destino. Déjame todo a mí. Que seré yo la única que podrá salvarte de mis tinieblas, pequeño."

dulce delirio | bts; jeon jeongguk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora