Buscaba por toda mi habitación. Había tirado todos los libros de mi librero. Saqué todo la ropa e mi armario y revisé todos los bolsillos de mis abrigos y chamarras. Saqué todos los zapatos y cajas que estaban debajo de mi cama y nada, no encontré nada.
Mi pelota de béisbol favorita se había perdido. Recuerdo que tres días atrás la había sostenido entre mis manos. Recuerdo que dos días atrás tuve que quitarle la pelota del hocico a mi perro. Recuerdo que hoy en la mañana la puse en mi bolsa...
¡Mi bolsa!
Mis cosas cayeron de mi bolsa esta tarde cuando un chico chocó conmigo. La pelota debió haber rodado y terminado en alguna parte del estacionamiento de la escuela. Si espero hasta mañana el estacionamiento se llenará de autos y mi pelota desaparecerá para siempre. Debo ir ahora.
-¿Lista para dormir Carly?- Preguntó mi madrastra abriendo la puerta de mi cuarto y dejando entrar a mi perro. El can se subió a mi cama y se acostó sobre mis piernas. Mi madrastra le echó un vistazo a todo mi cuarto, parecía una campo de guerra- Supongo que recogerás todo en la mañana.
-Si lo haré. Buenas noches.
-Buenas noches- Dijo cerrando la puerta y apagando la luz del pasillo.
Pero primero debo ir a buscar mi pelota-Tú vas a acompañarme- Mi perro se levantó de la cama, esperamos diez minutos y salimos por la ventana.
***
El estacionamiento de mi preparatoria nunca está cerrado, algo muy a mi favor. Llevé mi linterna y un silbato anti violación por si hay algún pervertido rondando por aquí. Solo no debo mantener la linterna mucho tiempo encendida para que el velador de mi escuela no se percate de que hay alguien a media noche en el estacionamiento.
El único ruido que producía mi perro era el sonido que hace cuando saca la lengua, no era un ruido muy fuerte así que no había problema.
Mi método para buscar mi pelota es el siguiente; Diez segundos prendo la linterna y cuando esos diez segundos terminan, apago la linterna por diez segundos más y cuando esos diez segundos terminan, la vuelvo a encender por diez segundos y así sucesivamente. Camino en todo momento y mi perro va detrás de mí. Si escucho algo me detengo por completo y si alguien viene nos largamos y rezaré para que nadie llame a la policía y para que mi pelota siga aquí en la mañana.
Los primeros seis minutos son muy agobiantes. Para los siguientes cuatro ya me he acostumbrado. Cinco minutos después, ya habiendo recorrido la mitad del estacionamiento, el cansancio y el sueño empiezan a apoderarse de mí. Cuando pasan otros cinco minutos empiezo a darme por vencida.
Pero después de los tres minutos siguientes, algo ocurre. Mi perro sale corriendo al otro lado del estacionamiento. Suelta unos cuantos ladridos mientras corre, esta tan oscuro que apenas si puedo ver a dónde se dirige.
Salgo corriendo detrás de él pero me detengo cuando escucho un grito. Vuelo a correr hacía mi perro y me encuentro con mi perro mordiendo la pierna de un chico.
-¿Esta cosa es tuya?- Casi me dan ganas de soplar mi silbato anti violación cuando habla pero me logro contener.
-Sí, lo es- El chico trata de quitarse a mí pero de encima pero no lo logra- ¿Quién eres tú?
-Soy Alex, estudio aquí. ¡¿Puedes quitármelo de encima?!
-¡Zeus! Ven aquí amigo- Revisé la pierna de Alex, por suerte solo se había rasgado el pantalón. Alex se puso de pie y caminó un poco para comprobar que su pierna no tuviera algún daño.
-¿Qué es lo que haces aquí?- Dijo él mientras se apoyaba en un muro.
-Vine a recuperar algo- Acaricié a Zeus para tranquilizarlo- ¿Y tú?
-Lo mismo.
-Bueno, si los dos estamos aquí por las mismas razones. ¿Por qué no nos ayudamos mutuamente?- Ya estaba cansada de buscar mi pelota en la oscuridad sola, yo lo salvé de que mi perro se lo comiera, él me lo debía.
Alex lo pensó por un momento pero al final terminó aceptando. Nos dividimos el estacionamiento. Le expliqué que lo que estábamos buscando era una pelota de béisbol, pensé que Alex creería que era una exageración buscar una pelota a medianoche pero no dijo nada.
Al parecer Zeus se cansó de buscar y fue a recostarse en el césped. Yo también me estaba cansando de buscar.
Al cabo de unos minutos encontré mi pelota. Estaba atorada entre unos arbustos. Recogí la pelota y me di vuelta. No estuve preparada para lo siguiente.
Cuando giré mi cuerpo, un hombre estaba en frente de mí. Tenía el rostro sucio y arrugado y los dientes amarillentos. Su ropa estaba rasgada y vieja. Pero lo que más daba miedo de él era la tarántula que tenía en las manos.
-Niña, ¿te gustaría conservar a esta pequeña?- La acercaba cada vez más y más a mi rostro, estaba tan asustada que no podía ni gritar- La encontré en la calle esta mañana.
Antes de que pudiera gritar Alex apareció, llevaba una tabla de madera en las manos con la que le golpeó la cabeza. El hombre cayó al suelo desmayado, y en cuanto a la tarántula, digamos que Zeus apareció al rescate y derrotó a la malvada araña.
-Gracias Alex- Aún tenía algo de miedo y no pude evitar abrazar a Alex.
-No tienes que agradecerme. Tú me salvaste la vida primero, solo te devolví el favor.
-Si tú lo dices. ¿De dónde sacaste la tabla?
-Los chicos de arte dejan sus materiales por todas partes, es un completo desastre.
-¡Alabados sean los desastres!- El miedo ya había pasado, solo quedaba en mí el sentimiento de emoción.
-¿En contraste tu pelota?- Le mostré la pelota en mi mano. Alex me preguntó si él podía sujetarla, yo dije que sí. La examinó por un momento- Está autografiada por Harry McCall. Nunca escuché hablar de él, ¿es bueno?
-Para algunos.
-¿Okay?-Alex y yo escuchamos qué el sujeto comenzaba a despertar- Es tu turno de ayudarme. Vámonos- Alex me tomó de la mano y me llevó al otro lado del estacionamiento. Zeus nos siguió.
-¿A dónde?
-Vamos a la parte trasera de la sala del coro. Desde ahí podremos entrar a la escuela.
-¿Por qué vamos a entrar a la escuela?- Llegamos hasta la pared de la sala del coro. A lo alto de la pared había cuatro ventanas, una de las ventanas estaban abiertas y había el suficiente espacio como para que Alex y yo pasaramos por ella.
-La cosa que vine a recuperar está ahí adentro- Alex me hizo un escalón con las manos para que pudiera trepar por la ventana. No le dije nada a Alex porque lo mismo que estaba haciendo él, lo había hecho yo, además él me ayudó sin protestar y eso que apenas si me conoce, aunque entrar a una escuela en medio de la noche me parecía llevar las cosas al límite- Date prisa.
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Glee: New dreams, old directions
FanfictionKurt es un reflector que se ha averiado. Tanto su carrera, familia y vida personal se están desmoronando. Es por eso que ha decidido regresar al lugar en donde vivió sus mejores momentos de juventud con la esperanza de poder ser reparado. Mientras t...