Glee: New dreams, old directions

Capitulo 2: Parte 3

La casa Sam estaba mejor de lo que yo esperaba. Dos pisos, un jardín lleno de gnomos vestidos de Jedis y un patio con piscina. Las paredes estaban pintadas de un horrible color naranja pero eso no importa. Sam debió haber trabajado mucho para conseguir esta casa, incluso olvidé que alguna vez Sam fue el chico al que le llevaba ropa mientras su familia vivía en un motel.

El interior de la casa era bastante decente, me refiero a que no me atrevería a utilizar el baño hasta no haberlo limpiado primero, pero al menos no había platos sucios en toda la casa y había menos polvo y suciedad de la que esperarías en el hogar de un hombre soltero.

Sam me había propuesto quedarme con él hasta que papá volviera de su viaje, sorprendentemente no me la pensé dos veces y acepté. La maleta que traje conmigo se había quedado en la casa de mi papá y ya era tarde como para ir por ella, Sam me dijo que buscara algo para dormir entre su ropa. Y aquí estoy, hurgando entre su ropa interior, playeras y pantalones para encontrar algo que ponerme.

Al final no fue tan difícil encontrar algo para dormir, regresé a la sala vistiendo una pantalonera gris y una camisa negra con una imagen de Back to the future. Sam estaba sentado en el sillón viendo la televisión y cuando me vio se esforzó mucho para no reír.

-Te ves bien.

-Me veo cómodo- Sam apagó la tele y extendió una sábana sobre el sillón, después puso un cojín y una cobija.

-Bien, tú puedes dormir en mi cuarto y yo dormiré aquí.

-¿Qué?- Me senté sobre la cobija para que no pudiera continuar transformando el sillón en una cama- No puedes hacer eso, ya me sacaste de prisión, me dejaste quedarme aquí y me diste ropa, no puedes dormir en tu sillón debes dormir en tu cama.

-El sillón no se convierte en cama Kurt, es demasiado incómodo para ti.

-¿Demasiado incómodo para mí?- Por un instante me sentí ofendido- Cuando empecé a vivir en Nueva York improvise una cama con cajas y periódico, eso es demasiado incómodo para ti y tu falso cabello rubio.

-Pues yo y mi falso cabello rubio decimos que no dormirás en el sillón.

-Y tú tampoco- No recordaba que Sam fuera tan noble o tan terco- Sam, ya hiciste suficiente por mí, no puedes sacrificarlo todo por mí.

Sam no dijo nada más, creí que había ganado, pero lo que pasó después me haría arrepentirme de haber abierto la boca. Sam quitó la cobija, el cojín y la sabana del sillón.

-¿A dónde llevas todo eso?

Sam abrió el armario y metió todo adentro- Lo voy a guardar, no lo vamos a usar- Cerró la puerta del armario.

-¿Significa que dormiré sin cobijas hoy?

-Significa que nadie dormirá en el sillón hoy- Apagó las luces de la sala, fue hacia la cocina y regresó con un vaso con agua y unas pastillas- Tienes razón, ya hice suficiente por ti y no voy a dormir en un sillón- Se metió una pastilla a la boca y bebió toda el agua que pudo. Cuando terminó dejó el vaso y las pastillas en el mueble a su lado- Pero estás pasando por un mal momento y por lo menos tienes que dormir cómodo, así que ven los dos dormiremos en la cama.

-Me parece bien- ¡¿POR QUÉ NO CERRÉ LA MALDITA BOCA?!